Ante el estancamiento sociodemográfico de Puerto Rico el gran desafío para el país, según el sociólogo y profesor de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Cesar Rey Hernández , es entender cómo se conceptualiza la universidad y cuánta permanencia tienen políticas públicas universitarias para retener esa población que quiere probar suerte fuera del país.
Y es que según datos del Negociado de Estadísticas de Trasporte federal sobre 80 mil puertorriqueños han abandonado la isla en el último año y más de 218 mil han optado por probar suerte en el extranjero de 2010 al presente.
Para el exsecretario del Departamento de Educación (DE), Puerto Rico enfrenta un decrecimiento sociodemográfico, cuyo impacto se ve reflejado cada día más en la educación escolar, así como en las instituciones de educación superior de la Isla.
“Tenemos que preguntarnos qué tipo de población se está quedando en Puerto Rico. De acuerdo al Negociado del Censo en la isla hay más gente vieja que joven y eso hay que evaluarlo para entender el estancamiento del crecimiento sociodemográfico y plantear soluciones a la crisis de la educación”, detalló el profesor.
Como dato curioso, por primera vez en la historia de la educación nacional este año entraron más estudiantes a cuarto año que a primer grado. Si bien eso representa un reto para el Departamento de Educación, de acuerdo al doctor Rey Hernández, de continuar la tendencia migratoria, serán menos los y las jóvenes que aspiren a continuar estudios universitarios en la Isla. Habría, pues, una reducción en la demanda educativa y, por tanto, un debilitamiento de la Universidad de Puerto Rico y demás instituciones privadas.
Hay que cambiar el paradigma
Para el catedrático asociado de la Escuela Graduada de Administración Pública, es momento para cambiar el paradigma de lo que es el país y pensar en un proyecto educativo que defina dónde la sociedad puertorriqueña aspira estar.
La situación política de la universidad nacional no es diferente a la del Departamento de Educación. Al igual que en la educación escolar, en la superior el constante cambio de Juntas y presidentes afecta y evita que se desarrolle un plan funcional.
“Cada cuatro años aquí se reinventa la rueda y eso tiene un costo social. No hay manera de que haya una estabilidad de política pública. Cada gobierno trae ideológicamente un proyecto que desarme el anterior y como no tenemos un retrato claro del país que queremos, no sabemos a dónde queremos llegar. Nos dividimos como tribus ideológicas y partidistas, pero no hay consenso”, puntualizó el sociólogo.
Fin a la politización
Según el experto es vital la despolitización, tanto del Departamento de Educación, como de los componentes del sistema de educación superior del país. Países como Irlanda, Holanda y Singapur sirven de ejemplo para diseñar grandes proyectos sociales que permitan que la sociedad puertorriqueña trascienda la crisis rompiendo barreras político partidistas.
Para el educador, los grandes proyectos sociales de políticas públicas y de transformación social vienen a partir de diálogos y de la capacidad de empezar a planificar proyectos de alianza.
Entender la emigración como un fenómeno histórico que ha permitido la movilización y transformación de las culturas pudiera ser el primer paso en esta larga caminata al progreso. Hay dos alternativas: reconocer la emigración como el problema o interpretar el fenómeno como una oportunidad para resolvernos como sociedad. He ahí la cuestión, el paradigma y nuestro dilema.
Este es el primer artículo de una serie sobre el efecto de la migración en la educación superior. Pendiente a los próximos artículos.