El escritor Alejandro Soifer habló acerca de su último libro Que la fuerza te acompañe referido a las culturas Nerd, Geek y Freak en la Argentina. Reflexionó acerca de su proceso productivo y profundizó respecto a esta cultura en particular.
¿Cómo fueron tus primeros acercamientos al mundo Nerd, Freak y Geek? ¿Cuál de los tres lo sientes propio?
Tuve un compañero de primaria, Germán Guzik, que me fue inoculando a ritmo lento el virus del nerdismo. Me hablaba de Robotech cuando tenía siete años, me mostró la primera máscara de Darth Vader con efecto de respiración asmática que haya visto a los ocho y jugamos incontables juegos de rol en el patio del colegio aún cuando no le poníamos ese nombre. Me reveló una cantidad demencial de videojuegos para la vieja y querida Mega Drive y me inculcó lo que era en esa época la guerra de las consolas Sega y Nintendo. Además, me presentó Asterix que fue el modo en el que llegué a la historieta y a la literatura. Por eso creo que él fue uno de los principales responsables.
¿Cómo surge la idea de crear crónicas y artículos sobre las culturas Nerd, Freak y Geek en “Que la Fuerza te acompañe”,?
El germen de la idea surgió apenas empecé mi libro anterior, Los Lubavitch en la Argentina (Sudamericana, 2010). Fui a la casa de un amigo nerd junto con otros nerds. Nos juntamos a recibir un pedido de libros de Amazon. Yo había pedido varios para encarar ese libro anterior y estando ahí, en ese ambiente, me di cuenta de que me encantaba la idea de poder escribir sobre este mundo que considero en cierto punto mío. Después le conté la idea [al escritor] Juan Terranova en un restaurante, a la salida de una reunión en Sudamericana por ese libro mío anterior. Le dije que quería escribir una crónica sobre el mundo nerd y me dijo: “Es una buena idea, debería llamarse “Que la fuerza te acompañe”
¿Pensaste a la hora de escribir solo en el público nerd?
La intención siempre fue hacer un libro que pudiera leer cualquiera sin que esto signifique que el nerd no se fuera a sentir más representado y entusiasmado con ciertos pasajes. Realmente no sé si alguien que no tiene idea de nada de la cultura popular de los últimos 50 años o una mínima proximidad con estos temas, terminará entendiendo el asunto en profundidad. Mis padres, por ejemplo, no entendieron del todo el libro. Pero, estoy seguro de que al menos tendrán algunas anécdotas increíbles y curiosas que no dejan de ser divertidas de leer.
¿Te consideraste un nerd durante toda tu vida?
Tuve una adolescencia difícil en el sentido de la socialización porque me gustaban, y me gustan, actividades solitarias como la lectura o los videojuegos antes que sociales. Y eso tiene mucho que ver con mi nerditud. Por otra parte, cuando me refiero a que la nerditud se ha ampliado tiene que ver con que formas de consumo y relación con los productos de la cultura pop, que antes estaban destinadas a un público necesariamente nerd, se ampliaron y ahora abarcan a una cantidad mucho mayor de individuos que en ningún momento se piensan a sí mismos como nerd.
¿Cómo describirías al mundo nerd en la Argentina y cómo evalúas su presente respecto a los inicios que describes en tu libro?
Diría que está establecido y que ha salido de la cofradía para ganar visibilidad. Hace poco fue Trending Topic en Twitter el Hashtag #Gerardo en relación a Gerardo Busto, ex dueño de Camelot, una de las comiquerías más famosas que hubo en Buenos Aires. Twitter obviamente es un micromundo, pero lo que se evidencia es que hay una mayor visibilidad de temas que antes eran solo para híper entendidos. Ahora eso parece ser más cotidiano, menos guetto, más abierto. Y como los que estamos entrando de lleno en la adultez en este momento somos precisamente aquellos que tuvimos la infancia durante los 90s, es obvio que hay mayor proporción de nerds en lugares visibles de la sociedad.
¿Cómo describirías esa década en relación al mundo Nerd Freak?
Con todo lo malo que recordamos de los noventas, y que es mucho, hay algo que es innegable porque es una realidad histórica: se abrieron los mercados y llegó mucho material importado a la Argentina. En esa importación masiva, producto de la globalización, importamos también cultura popular estadounidense. Películas, series de TV, productos, etc. En ese sentido, esos años fueron fundacionales para delinear unas subjetividades al calor de ese ideal híper edulcorado de la cultura pop estadounidense. La apertura a sus formas de consumo cultural también arrastró en buena medida el modo de consumir esos productos.
¿Qué importancia tienen los juegos de rol y de cartas dentro del análisis de tu libro?
Son bastante importantes porque fueron dos factores fundamentales para la expansión de la experiencia Nerd en la Argentina. Además, son dos características bien diferenciales: el que juega rol es nerd. Casi no queda opción. El que juega juegos de cartas todavía puede que no lo sea, pero está en un camino de ida. Los juegos de cartas suelen ser la vía de entrada a los juegos de Rol.
¿Cuál es el papel de la mítica saga Star Wars, que de hecho da título al libro, dentro del mundo Nerd?
Star Wars (SW) es fundamental porque generó un gran mercado de “figuras de colección”. La locura que desencadenó esa serie de películas originales fue tan grande que prácticamente inventó el mercado de los coleccionables y la memorabilia. Esto es un poco exagerado, pero realmente George Lucas, que se quedó con los derechos del merchandising de su saga apenas la planteó ante el estudio, supo exprimir hasta el final todo ese costado del negocio. Creó una forma tal de consumo de sus productos que los fanáticos adoptaron y que extendió globalmente a otros productos similares. Además, SW está pensado como una Space Opera de Ciencia Ficción. El género más básico y liso de ciencia ficción. Lo que también significa: de más fácil acceso para las masas.
¿Qué rol juega el cine y películas de culto en cuanto a la cultura Nerd Freak?
Fundamental. Todo lo que es “de culto” alimenta a la cultura Nerd. Es como el huevo y la gallina: ¿Qué fue antes? ¿El nerd o la peli de culto? Porque es el nerd el que transforma una película en “de culto” pero a la vez, esas películas por algún motivo interpelan al nerd.
¿Cómo caracterizas el animé y el manga en la Argentina de hoy? ¿Lo definirías como algo propio de un Nerd o lo ves más como un grupo con su propia estética (Otakus)?
No soy especialista y no soy tampoco fanático del animé y el manga, pero puedo decir que hay dos tendencias: una que tiende a la separación de los mundos y otra que intenta una convivencia pacífica. Los nerds que tienden a la separación sienten que el mundo Otaku no los representa para nada y que el modo en el que consumen manga y animé no les interesa. Hay otra postura que trata de que esa convivencia sea sin sobresaltos. Pero es cierto que existen eventos específicos para cada tipo de público.
¿Puedes contar alguna anécdota que haya quedado fuera del libro o algún hecho destacado que hayas descubierto a partir de su elaboración?
En el apartado de los “pendientes” me quedó ir a hablar en profundidad con los que juegan WarGames [juegos que mezclan el modelismo con el rol, a grandes rasgos]. Me hubiera encantado pero no se dio. En síntesis, es un mundo apasionante, lleno de anécdotas jugosas que quedó afuera y que espero en algún momento poder recuperar.
Fuente Revista Alrededores