Este puede ser un año clave para que las mujeres accedan a los principales cargos de poder en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y también en Estados Unidos.
“El empoderamiento de las mujeres es real. Es un momento extraordinario en el cual las principales candidatas para el próximo presidente de Estados Unidos y el próximo secretario general de las Naciones Unidas son mujeres”, destacó el secretario general adjunto de la ONU, Jan Eliasson, de Suecia.
“Será histórico y cambiará las reglas del juego, si es que sucede, porque sería la primera vez desde la fundación de la ONU y de Estados Unidos”, declaró la subsecretaria general del foro mundial, Lakshmi Puri, en diálogo con IPS.
Asimismo, subrayó: “en primer lugar, imagine el simbolismo que la presidenta de Estados Unidos y comandante en jefe del país más poderoso y con la mayor economía del mundo, y un constante defensor y líder mundial en materia de igualdad de género y de derechos de las mujeres… sea una mujer”.
“Del mismo modo, imagine el simbolismo de que la ONU – el gobierno mundial, pacificador y constructor de la paz, fijador de normas y defensor de los derechos humanos, incluidos los de las mujeres y las niñas, y del desarrollo sostenible y la acción climática, líder en acción humanitaria – sea dirigida por una mujer”, dijo Puri, quien también es director ejecutiva adjunta de ONU Mujeres.
Sería una señal no solo para el gobierno y el pueblo de Estados Unidos, sino también para los sistemas políticos patriarcales del mundo el tener que lidiar con una presidenta estadounidense, añadió.
En la actual carrera por las candidaturas para las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre hay dos mujeres, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, del Partido Demócrata, y Carly Fiorina, exdirectora ejecutiva de la empresa Hewlett Packard, del Partido Republicano.
En general se especula que Clinton será elegida la candidata a la presidencia por su partido en la convención demócrata el 25 de julio.
En la ONU existe una intensa campaña para que una mujer sea elegida secretaria general por primera vez en los 70 años de historia del foro mundial.
La lista de candidatas posibles son Michelle Bachelet, la actual presidenta de Chile y exdirectora ejecutiva de ONU Mujeres, Irina Bokova, de Bulgaria y directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Helen Clark, exprimera ministra de Nueva Zelanda y actual administradora del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, y Kristalina Georgieva, de Bulgaria, una de los vicepresidentes de la Comisión Europea.
Las dos búlgaras están en primera fila porque, según el sistema de rotación geográfica, el cargo de secretario general debería corresponderle ahora a Europa oriental.
El secretario general Ban Ki-moon, cuyo mandato cesa en diciembre, ha dicho en repetidas ocasiones que es hora de que el cargo lo ocupe una mujer. La persona que sustituya a Ban asumirá sus funciones en enero de 2017.
Yasmeen Hassan, directora de Igualdad Ya, una organización con sede en Nueva York, dijo a IPS que 2016 podría ser un año clave para la participación política de las mujeres.
“Sería realista ver a una mujer líder en la ONU debido a las muchas mujeres calificadas de todo el mundo que podrían ocupar el cargo de secretario general y a un proceso de selección más transparente por el cual nosotros y nuestros socios hemos estado abogando”, señaló.
Una mujer al frente de la ONU podría contribuir en gran medida a la consecución de la paz y la seguridad mundiales, y transformar las actitudes, los comportamientos y las normas sociales sobre cómo son valoradas y tratadas en todo el mundo las mujeres y las niñas, afirmó.
“Esto ayudaría aun más a romper los techos de cristal para las mujeres, mientras que las niñas también podrán ver que no hay límites al cargo que puedan aspirar. Una presidenta estadounidense también es una posibilidad fuerte y una que enviaría un mensaje muy importante”, según Hassan.
Shannon Kowalski, de International Women’s Health Coalition, advirtió que 2016 podría ser histórico para las mujeres y las niñas, pero solo si los países cumplen los compromisos asumidos en la Agenda 2030 y la Plataforma de Acción de Beijing, el acuerdo adoptado en 1995 para hacer efectivos los derechos de las mujeres.
“Todavía nos queda mucho por recorrer”, recalcó.
Mavic Cabrera-Balleza, coordinadora internacional de la Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz, expresó sus dudas al respecto. “Es hora de separar los hechos de las falsedades”, manifestó.
El secretario general Ban asegura que designó a un número sin precedentes de mujeres en la ONU, pero en un artículo de diciembre de 2015, Karin Landgren, una investigadora del Centro sobre la Cooperación Internacional, indicó que las selecciones del año pasado para el nivel más alto de personal en el foro mundial fueron en un 92 por ciento de sexo masculino.
Del 1 de enero al 10 de diciembre de 2015 se designaron 22 hombres y solo dos mujeres como subsecretarios generales de la ONU.
Por otra parte, el artículo de Landgren señaló que en 2015 seis mujeres subsecretarias generales fueron reemplazadas por hombres, lo que socavó aun más el objetivo de generar un liderazgo femenino dentro de la ONU.
“Con este tipo de declaraciones de los dirigentes actuales, que son predominantemente hombres, me atendré al viejo refrán ‘ver para creer'”, expresó Cabrera-Balleza.
También es lamentable que una mujer presidenta todavía sea una novedad en Estados Unidos, añadió. La absoluta necesidad de liderazgo y participación de las mujeres en la toma de decisiones ya es un hecho y no una novedad en muchos países, argumentó.
La resolución 2122 del Consejo de Seguridad de la ONU hace hincapié en el liderazgo y la participación de las mujeres en la toma de decisiones, así como en la protección de los derechos humanos de las mujeres como elementos esenciales de la paz y la seguridad internacionales.
“Estos se encuentran en la base de toda sociedad civilizada y en las democracias que funcionan. Son requisitos para el desarrollo sostenible y son un requisito en las operaciones humanitarias que prosperan”, sostuvo Cabrera-Balleza.
“Tener una secretaria general mujer en la ONU debería haber ocurrido hace décadas y no después de 70 años. Sin embargo, me gustaría subrayar que debería ser la mujer adecuada”, agregó.
“Alguien que no está en deuda con los grandes contribuyentes de campaña, los partidos políticos o los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Alguien que esté profundamente conectada con la sociedad civil y que solo esté en deuda con la gente, con el 99 por ciento al que se supone que tiene que servir”, indicó.