Equilibrio nervioso, fue una muestra en dúo de las artistas Catherine Matos Olivo y Karla Cott que se celebró este pasado 25 de octubre de 2012 en Área: lugar de proyectos en Caguas.
Ambas artistas además de compartir un espacio de reflexión e intimidad mutuo, decidieron diseñar una experiencia colectiva que contó con la participación de un surtido de escritores y artistas que se hicieron parte del proyecto dialogando con las piezas a través de comentarios, reacciones, cuentos y sonidos.
Dalila Rodríguez Saavedra, Laura Bravo, Lilliana Ramos Collado, Yara Liceaga, Anjali Sunita, Hermine Ford y Omar Obdulio Peña Forty, construyeron una conversación pública sobre lo privado; eco público de las ideas que te sobrecogen cuando tienes una epifanía.
Una experiencia que revelaba verdades cifradas de las autoras, articuladas en piezas detalladas cuidadosamente en elementos que describían algo que también podía estar hablando de quien lo miraba. Cada pieza en su montaje, emulaba la página de un libro al que se podía entrar. Esas paredes/páginas, algunas duras y otras no tanto, organizaban una invitación a un diálogo que comenzaron los artistas invitados, pero que se completaba con los lectores. El lector nunca es un espectador pasivo, siempre recrea una versión del texto en su cabeza. En esta muestra, todos fuimos lectores.
En la foto las artistas Catherine Matos Olivo y Karla Cott.
Ese equilibrio compositivo que se logra a través de la simetría, se adquirió también a través de la solidaridad, a través de la comunicación horizontal, a través de la honestidad de las partes y los elementos del diseño. Esta bitácora inconexa de situaciones sugerentes se valió del diseño y la composición, para lograr narrativas que revelan recreaciones del yo en distintos estados.
Tanto Karla como Catherine mostraron evidencias honestas sobre la construcción del equilibrio existencial entre las partes del ser sin obviar sus dudas y sus contradicciones. Hay que ser enfático en la relevancia del diseño en esta muestra, y no hablo del diseño en servicio de ningún producto o marca en particular, es más bien una noción del diseño en términos conceptuales, que iba desde la concepción de las piezas y el catálogo, hasta la distribución de los objetos en el espacio.
La apropiación de tipo instalación, de los techos, los pisos y las partes de las paredes que estaban alrededor de las obras, iba de la mano con la temática y tratamiento de las imágenes. Todo ello paralelo al sonido diseñado por Omar Obdulio, quien tocaba en vivo la música que compuso usando como pie forzado las imágenes de la exhibición.
Cada una de las artistas, valiéndose de un repertorio de experiencias individuales construyó cuerpos de trabajo reflexivos que contrapuntearon entre la realidad y una visión juguetona de los sueños. Tanto la muestra como el catálogo, sirvieron de plataforma para la co-creación, dejando en los ojos el sabor de un buen libro, un buen paisaje y un gran abrazo.
El autor es artista y gestor cultural.