Cuando la epidemia de ébola de 2014 se desató en Guinea, Liberia y Sierra Leona la comunidad internacional respondió con promesas de más de $5,800 millones para combatir la enfermedad que mató a más de 11,300 personas en esos países de África occidental.
Pero seis meses después de la Conferencia Internacional sobre la Recuperación del Ébola, organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aproximadamente $1,900 millones de los fondos prometidos aún no se entregaron y existe “escasa información” disponible sobre los 3,900 millones restantes, según un nuevo estudio de Oxfam Internacional.
Los fondos de recuperación prometidos “demostraron ser casi imposibles de rastrear”, según la organización humanitaria con sede en Gran Bretaña.
“Esta falta de transparencia no se debe a una sola causa. Es un desafío sistémico que es responsabilidad colectiva de todos – donantes, gobiernos y organizaciones ejecutantes – mejorar”, dijo a IPS David Saldivar, de Oxfam Estados Unidos, cuando se le preguntó si la falta de transparencia se debe a la corrupción.
Oxfam considera que se deberían dar más fondos directamente a los gobiernos y a las organizaciones locales que entienden mejor el contexto y las necesidades del lugar y son más responsables ante las comunidades a las que atienden.
“Es importante que los países que hicieron un trabajo tan excelente con la reciente crisis del ébola reciban los fondos que se les prometieron”, declaró el portavoz de la ONU, Farhan Haq, a IPS.
El brote de ébola no solo fue un revés para las economías de los países afectados sino que también devastó los sistemas de salud, de por sí inadecuados, y arruinó los medios de vida de muchas personas, señaló Oxfam.
Sin embargo, la epidemia de ébola no terminó aún. La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció a fines de enero que 150 personas más fueron expuestas al riesgo de la enfermedad en Sierra Leona.
“Este no es el fin del ébola en África occidental ni en el mundo”, advirtió Oxfam. “Llevó casi dos años, más de 11,300 muertes, numerosos recursos, asistencia técnica y miles de millones de dólares de todo el mundo para lidiar con la epidemia en África occidental, en concreto en Liberia, Sierra Leona y Guinea”, añadió Saldivar.
Oxfam pidió a los jefes de Estado y de gobierno africanos, que se reunieron en Etiopía para la cumbre de la Unión Africana (UA) del 21 al 31 de enero, que dediquen su atención al derecho a la salud.
“La lentitud en la identificación y la respuesta de los servicios de salud pública ante los recientes casos de Sierra Leona y Liberia demuestran claramente que todavía no son capaces de responder con eficacia al ébola y otras enfermedades altamente contagiosas”, sostuvo Saldivar.
En abril de 2001, los gobernantes de la UA se comprometieron a fijar una meta para destinar al menos 15% de su presupuesto anual para mejorar el sector de la salud.
En 2013, justo antes del brote de ébola, solo seis estados miembros de la UA habían cumplido con ese compromiso. El promedio para África occidental fue de ocho por ciento y en Sierra Leona llegó apenas a 6.22 por ciento, indicó Oxfam.
“Aunque Oxfam y otras organizaciones respondieron mediante la movilización de voluntarios comunitarios, eso no basta. Si vamos a tener éxito, las comunidades deben ser parte del proceso y parte de la planificación, desde el principio”, exhortó Aboubacry Tall, director regional de Oxfam para África occidental.
“Después del reciente brote de ébola en Liberia quedé horrorizado al ver los mismos patrones de desconfianza en ciernes. Los rumores abundaban, algunos no creían que fuera ébola y otros creían que fue reintroducido a propósito. Este tipo de rumores son muy peligrosos”, advirtió Tall.
Con el fin de evitar que la misma tragedia se repita, Oxfam insta a los gobiernos de Guinea, Liberia y Sierra Leona a facultar a las comunidades locales para que asuman un papel de liderazgo en su propia atención sanitaria, asegurándose de que la población participe plenamente de las decisiones acerca de dónde se destinan los recursos y cómo se utilizan.
La experiencia de Oxfam durante la respuesta del ébola demostró que el liderazgo comunitario y la confianza en los sistemas de salud locales son absolutamente vitales y deben considerarse una necesidad médica, agregó.
Cuando se le preguntó si la merma en los fondos se debe a la recesión económica mundial y a la caída de los precios del petróleo, Saldivar respondió que el sistema humanitario mundial debe lidiar con un número sin precedentes de crisis simultáneas, lo que hace que sea aun más importante que los países que se están recuperando de problemas como el brote de ébola tengan las herramientas y el apoyo que necesitan, incluida la información para planificar y gestionar la recuperación.
“El mayor problema es con… el seguimiento de los fondos de recuperación y la falta de un sistema único para la presentación de informes con información clara y actualizada de todos los donantes”, añadió.
Los donantes reportan la información de diferentes maneras, por lo que los actores locales tienen dificultad para rastrear los fondos.
Más de mil millones de dólares en fondos prometidos por los principales donantes están a disposición de los países a medida que los gobiernos determinan sus necesidades de recuperación más acuciantes.
“Es razonable que a solo seis meses de la conferencia de la ONU no se hayan gastado todos los fondos prometidos. Pero la cuestión clave es que los actores locales merece tener información actualizada sobre la situación para que puedan vigilar y tener voz en cómo se gastan los recursos”, afirmó.