Desde su inauguración el 23 de agosto de 1943, la Facultad de Estudios Generales se ha caracterizado por delinear el comienzo de la experiencia universitaria de los estudiantes que ingresan al recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico. Mediante la adquisición de conocimiento general, se pretende brindar al estudiante una perspectiva más amplia del mundo que le rodea, de manera que comprenda y se involucre en el funcionamiento de una sociedad que es resultado de la cultura, las artes, las ciencias y del quehacer humanístico.
Fundar esta facultad fue una iniciativa de Jaime Benítez, primer rector y posterior presidente de la Universidad. Benítez, creía fervorosamente en una educación que abarcara conocimientos más generales, es decir, no creía que las personas deben limitarse a conocer conceptos ligados a un campo de estudio específico, sino que la sensibilidad cultural y la integración de saberes científicos, sociales y lingüísticos crearían un individuo cuya preparación académica trascendería limitaciones impuestas por una educación especializada.
Muchos educadores y grandes intelectuales de la época compartían la misma filosofía de Benítez. Ángel G. Quintero Alfaro, destacado educador que contribuyó a los procesos de reformas en la Universidad de Puerto Rico, también creía que la Facultad de Estudios Generales era esencial para desarrollar en las personas la capacidad de mantener una comunicación cívica, elemento imprescindible para la existencia de una sociedad democrática.
No obstante, los fundamentos y la misión de esta facultad no han sido del todo comprendidas –o aceptadas– por algunos dentro de la educación post secundaria. Aducen que la existencia de los estudios generales no es necesaria para la formación de profesionales debido a que resta tiempo y recursos al desarrollo de una carrera especializada.
Vista de uno de los edificios de la Facultad de Estudios Generales (Foto: Ricardo Alcaraz)
El actual decano de la Facultad de Estudios Generales, Luis A. Ferrao Delgado, opinó que en estos tiempos en que impera la desinformación y la trivialización de la cultura, los estudiantes tienen que desarrollar conocimientos amplios que les ayuden a desenvolverse positivamente en un panorama mundial que exige profesionales con una visión periférica, es decir, que tengan apertura y plena comprensión de la diversidad en que está cimentado nuestro entorno.
“Creo que el estudiante que pasa por aquí empieza a valorar los aspectos más profundos de la producción cultural del ser humano… hay que leer Don Quijote, hay que saber de Einstein, hay que saber un poco de los orígenes de la botánica para poder ser un profesional completo y esa es la aportación que la facultad busca proveer […] la cultura general que afuera no encuentra, que no se cultiva o no se estimula”, expresó.
Declaró por otro lado, que aunque la idea de lo que deben ser los Estudios Generales ha ido evolucionando a través de estos setenta años con la incorporación de nuevos profesores, y por ende, nuevas perspectivas, se mantiene una misión constante, que es la de hacer que la cultura sea complemento de las carreras elegidas por cada estudiante de la Universidad y que el conocimiento de la misma no se limite a la oferta de las manifestaciones populares. Hizo énfasis también en que se apoye la gestión de la Facultad de Estudios Generales como una noble, que busca mantener viva la necesidad del estudiante por conocer un poco más de lo que se le permite apreciar a diario. “Mientras la sociedad entienda que debe formar profesionales con una visión cultural, con una educación amplia y no meramente especializada, la facultad tiene una misión importante”, concluyó.
UNA VIDA DEDICADA A LA ENSEÑANZA
En 1964, cuando la Facultad de Estudios Generales cumplía apenas 21 años de su fundación, un joven profesor vio realizada su meta al comenzar a ejercer sus funciones en el principal centro docente del País. Desde entonces, Juan Edgardo López Román [–cuyos primeros tres años como educador transcurrieron en la Universidad Interamericana–] ha dedicado gran parte de su vida a lo que él llama su sagrada vocación: enseñar a los estudiantes la belleza y la historia de nuestra lengua vernácula como una de las nobles contribuciones de la educación general.
El camino que ha recorrido López Román en la Universidad no ha sido corto. Han sido muchas las experiencias vividas, pero el profesor recuerda con particular entusiasmo los años en que los cursos de Estudios Generales se impartían en edificios aledaños a la emblemática Torre del recinto riopedrense.
Interior del Edificio Anexo Jaime Benítez Rexach (Foto: Ricardo Alcaraz)
El educador estima que la experiencia estudiantil no está completa sin obtener los conocimientos que brindan los Estudios Generales. Según él, esa Facultad debe ser respetada y atesorada.
“Muchos estudiantes llegan aquí muy deficientes. Necesitan llenar lagunas académicas […] si se eliminan estos cursos, me da la impresión de que los alumnos van incompletos hacia una concentración y eso sería un error”, advirtió.
Considera, además, que una enseñanza enfocada solo en cursos de concentración enajenaría a los estudiantes de temas que resultan esenciales a la hora de su formación como individuos. “No se está menospreciando la enseñanza especializada que viene después, al contrario, es como si fuera un edificio, que hay que hacer una zapata honda, profunda para luego tener una estructura completa”, señaló.
FACULTAD DE ESTUDIOS GENERALES
► Está conformada por los departamentos de: Español, Inglés, Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Biológicas y Ciencias Físicas.
► Cuenta con 162 profesores.
► El Bachillerato se concentra en la investigación multidisciplinaria. Además, brinda la opción de hacer una segunda concentración y obtener certificaciones en cualquier otra facultad.