Si escuchas hablar a Francisco Rosario Vega por primera vez no imaginarías que es puertorriqueño. A través de los años, ha ido adoptando un vocabulario un tanto españolizado, pero cuando la conversación fluye no pasa mucho tiempo sin que un “chévere” o un “gufiao” delaten sus raíces caribeñas.
Y es que “Patxi”- Francisco en Vasco– como cariñosamente le conocen sus amigos, lleva viviendo en España más de 20 años.
Ahora viajemos a Puerto Rico, donde comenzó el sueño de este exitoso músico boricua.
Francisco nació en el pueblo de Carolina y desde los 10 años comenzó a coquetear con el trombón. Sus hermanos estudiaban en la Escuela Libre de Música de San Juan y él no fue la excepción.
A sus 13 años, Francisco tenía claro que el trombón lo acompañaría a lo largo de su vida, pero más que aspirar a pertenecer a una orquesta de salsa, su balanza se fue inclinando por la música clásica. Antes de cumplir la mayoría de edad, sus estudios en la Escuela Libre de Música habían terminado.
Para el 1984, decidió trasladarse a Estados Unidos en donde continúo sus estudios de trombón en la Universidad de Indiana en Bloomintong. En el 1990 terminó su ciclo universitario y su trabajo comenzó a rendir frutos. Inmediatamente, consiguió una Plaza en la Orquesta Sinfónica “New World” en Miami.
Por otro lado, el destino ya tenía algo preparado para el carolinense y España se asomaba por el balcón. En el 1992 se celebraría la Exposición Universal en Sevilla y el gobierno de Andalucía quería que la Orquesta Sinfónica de Sevilla fuera una representación de los mejores músicos de todo el mundo. Se hicieron audiciones en Moscú, Londres, París, Sevilla y Washington.
Luego de un año y medio tocando en Miami, Francisco se presentó a la audición de Washington, al igual que 90 músicos más. En diciembre del 1990 el trombonista ya estaba instalado en España como solista de la Orquesta Sinfónica de Sevilla.
¿Por qué España y no Puerto Rico?
“En el mundo de la música las Orquestas Sinfónicas tienen muy pocas vacantes y cuando yo me vine a Sevilla en la Sinfónica de Puerto Rico no había vacantes”, aseguró el músico.
Según Francisco, es muy difícil entrar a una Orquesta Sinfónica porque las vacantes pueden aparecer cada 20 años. Cuando la oportunidad de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico llegó, él ya se encontraba establecido en España en una Orquesta nueva que le ofrecía mejores condiciones.
Como solista de la orquesta, este músico tiene la responsabilidad de mantener un alto nivel de calidad dentro de la sección de trombones. “No solo toco y tengo que asegurarme de que toque bien, con un nivel altísimo y de que cada vez mejoro, sino que también tengo que asegurarme que mi sección se mantenga arriba”, señaló.
Según el trombonista, en España hay 25 orquestas sinfónicas profesionales y la de Sevilla esta catalogada entre las 3 mejores del país. La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) tiene el mayor número de representaciones públicas combinadas (Óperas y Conciertos Sinfónicos). Esta Orquesta presenta entre 95 y 100 conciertos al año.
“El mayor reto una vez dentro de la Orquesta es ver cómo pasan los años y asegurarte que mantienes el nivel de calidad que tenías cuando entraste o incluso, lo mejoras”, dijo.
Los grandes músicos siempre tienen una fuente de inspiración y Francisco no es la excepción. Su primer profesor de trombón, Antonio Salcedo, de origen español, fue una pieza clave en su carrera. Tanto así que uno de los sueños del puertorriqueño es fundar una escuela de música en España en honor a su profesor.
Feliz en España
“Yo estoy establecido aquí, tengo familia y llevo 22 años trabajando aquí. Sí, me gustaría de alguna forma poder devolverle a Puerto Rico lo que me dio porque muchas de las oportunidades que conseguí como músico las tuve en Puerto Rico”, aseguró.
Además de músico, Francisco da clases privadas a jóvenes que comparten su pasión por el trombón.
“Yo disfruto mucho enseñando, disfruto mucho aprendiendo enseñando y creo que se compenetra también el campo de la interpretación con el de la enseñanza”, manifestó.
Varios de sus estudiantes se destacan en diferentes partes del mundo y, aunque disfruta enseñar, no se visualiza solo como profesor. “Yo soy muy de campo, yo estaré en la orquesta hasta que no pueda más”, dijo entre risas.
A parte de ser el solista de la ROSS, Francisco disfruta de ofrecer varios recitales en diferentes conservatorios, además es la imagen en España de la reconocida línea de instrumentos musicales Vincent Bach.
“En el mundo de la música nunca puedes decir he llegado o me puedo retirar. Por ejemplo, a mi me gustaría ser el primer trombón de la Orquesta Sinfónica de Chicago, que es la mejor del mundo. Es una aspiración que tengo desde los 13 años”, dijo con ilusión.
La realidad es que este puertorriqueño no se limita a perseguir un solo sueño, prefiere ir en continuo crecimiento día a día.