Hacía dos años, a finales del 2010 para ser exacto, los jóvenes Martín Albarrán y Jaime Rodríguez Crespo recién inauguraban el espacio de exhibiciones y taller conocido como Cart Watch ubicado en la Calle Cerra en Santurce. Esta plataforma de exhibiciones y encuentros no solo tuvo una gran acogida sino que llenó un gran vacío en la agenda cultural de las artes visuales en el área de San Juan. Durante su año de trayectoria, esta plataforma celebró más de 8 exhibiciones, entre muestras colectivas e individuales que incluyeron tanto estudiantes como artistas profesionales en necesidad de espacios para compartir su producción.
Luego de una presentación en la edición 2012 de la feria de arte Scope en Nueva York, el proyecto sufrió un cierre inesperado; un desenlace amargo para los artistas y gestores que crecían dentro de esa incubadora. Esta plataforma que prometía éxito y continuidad vio tronchado sus planes por un momento. Pero no por mucho; inmediatamente ambos artistas, Martín y Jaime, rearticularon sus posibilidades y se lanzaron a la calle en búsqueda de nuevos lugares. Esta vez separados, con propuestas contundentes que se diferencian en método y enfoque pero compartiendo un mismo fin: la creación y la sostenibilidad de plataformas culturales para la nueva generación de artistas visuales.
Esa separación, más allá de ser vista como un divorcio de intereses, multiplicó las posibilidades de gestión en la zona. Ahora como vecinos inmediatos, celebran aperturas en fechas diferentes, generando más actividad en la calle, y exhibiendo mayor cantidad de artistas.
La Calle Cerra en Santurce fue la meca de la producción musical durante la década de los setenta. El paulatino abandono que sufrió la zona, desgastó por un tiempo el brío y buena energía que concentraba a tantos artistas y productores en una calle. La visión de algunos jóvenes combinada con la necesidad de conseguir espacios accesibles y adecuados en cuanto a ubicación por su cercanía a los museos y centros universitarios, hizo de Santurce y la Cerra la cuna ideal para una nueva batería de talleres y espacios de exhibición.
Precisamente, Recinto Cerra a cargo de los artistas Jaime Rodríguez Crespo y Jesús ‘Bubu’ Negrón, es un espacio de taller compartido que sirve de estudio y plataforma para ellos y algunos de sus colegas. Desde agosto de 2012, han procurado fungir como canal para la presentación de muestras individuales, charlas y proyectos de recaudación de fondos. Tanto Rodríguez como Negrón, ven este espacio como una oportunidad para que los artistas desarrollen con precisión y contundencia propuestas individuales y proyectos de discusión. Además ven como prioridad, construir la base para un proyecto que fomente el mercadeo de objetos de arte y diseño a precios accesibles a un público más amplio que el de los coleccionistas. La sala de exhibiciones de Recinto Cerra, mostrará únicamente proyectos individuales, esto como método de gestión que pretende ofrecer una oportunidad para el desarrollo de proyectos temáticos y de instalación, con miras a que los artistas puedan trabajar en la construcción de su propio discurso
a través de las muestras que allí se celebren.
Martín Albarrán, artista y director de la sala de exhibiciones, La Productora.
Por su parte, este pasado enero abrió sus puertas La Productora, una plataforma a cargo del artista Martín Albarrán y el arquitecto Roberto Sánchez. Albarrán, quien es el administrador de la sala de exhibiciones del espacio, pretende que el mismo sirva de plataforma para artistas profesionales sin representación de galería —sin descartarles del todo en las ocasiones que lo amerite. Como parte de sus ofrecimientos, Albarrán y Sánchez han subdivido una de las habitaciones del espacio en pequeños estudios que están disponibles para la renta. Como director y coordinador del espacio, Martín se ha propuesto dar visibilidad a medios poco vistos durante los últimos años a través de exhibiciones colectivas y proyectos curatoriales (medios como el grabado y la escultura). Al igual que su vecino y antiguo socio, entiende que es inminente apoyar la creación de mercancía de diseño que fomente la generación de un nuevo mercado, más amplio y accesible. Como vemos, si en algo se diferencian los enfoques de ambos proyectos, es en la forma en que van a celebrar sus exhibiciones. Tanto Rodríguez como Albarrán aspiran a un mayor rigor en procesos de selección, presentación y montaje de las muestras. La experiencia del Cart Watch no fue en vano y se debe hacer sentir en el producto y oferta de estas dos nuevas salas de exhibición que gana la Calle Cerra en Santurce.
Es importante subrayar, que tanto La Productora como Recinto Cerra, son parte de una gesta más amplia que incluye al artista José Jorge Román del Centro Curatorial La 15, Alexis Bousquet de Clandestino 787 y el festival cultural Santurce es ley, Chemi Rosado Seijo de Chemi’s Room, Omar Obdulio Peña Forty con el Doble O, Amed Echevarría con el ArtLab 753, Agustina Ferreyra de Agustina Ferreyra Gallery, Francisco Rovira con la Galería Roberto Paradise, y más recientemente el 20/20 de Tony Rodríguez e Izam Zawahra. A la vez, esta serie de espacio convive con un surtido de proyectos que también alimentan la escena cultural de la zona como lo son el café-teatro Abracadabra, El Josco ahora a cargo mayormente de la compañía de teatro, Teatro Breve, el estudio de “Y no había luz…” y La Respuesta, solo por mencionar algunos. También, del lado de las instituciones debe mencionarse al Museo de Arte de Puerto Rico, el Museo de Arte Contemporáneo, el Espacio 1414 de la colección Berezdivin, el Conservatorio de Música y el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferrer; todos fichas de un Santurce que promete una oferta cultural que nace de las manos de sus artistas.