El Teatro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, sirvió de sede para la apertura de la gira de presentación del libro Mi mundo adorado (My Beloved World), escrito por Sonia Sotomayor, la primera jueza hispana y puertorriqueña en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Aunque nació en el Bronx en Nueva York, sus padres son puertorriqueños y ella siente mucho orgullo representado a la Isla.
Durante la mañana del martes 2 de abril, cientos de personas acudieron al Teatro con la intensión de acercarse al proceso de redacción de este libro en el que la jueza comparte con el mundo las experiencias de su niñez y de su vida universitaria y profesional, que fueron la base para alcanzar el actual puesto en el Tribunal Supremo estadounidense. Entre los invitados especiales estuvo Celina Sotomayor, madre de la honorable, quien fue ovacionada por el público cuando mencionaron que se encontraba en la actividad.
Celina Sotomayor, madre de la jueza. (Ricardo Alcaraz)
La presentación del libro constituyó una de las partes de la serie de eventos conmemorativos del Centenario de la Escuela de Derecho de la UPR. Para culminar con broche de oro las actividades de celebración del Centenario, en marzo de 2014 se le otorgará a Sonia Sotomayor el grado “honoris causa” el cual reconocerá los retos que sobrellevó para convertirse en jueza.
Conversatorio íntimo
Tras las palabras de bienvenida ofrecidas por la decana de la Escuela de Derecho, Vivian I. Neptune Rivera, se apreció un ambiente de confianza y amistad. La catedrática y reconocida escritora Mayra Santos Febres y la jueza Sotomayor conversaron dinámica y jocosamente sobre ciertos temas que se destacan a través de todo el libro.
Entre comentarios cómicos, Mayra Santos le hizo preguntas serias a la jueza. Cada pregunta marcó una transición temática. La primera pregunta giró en torno a la imagen de Puerto Rico que Sotomayor quiso representar en su libro. Según explicaba Santos Febres, en el exterior se han construido una imagen de la Isla que se ha encargado de transmitir la literatura puertorriqueña. Esta imagen presenta una isla paradisiaca o sumergida en un caos. En este sentido, Mi mundo adorado no es un libro común porque presenta la realidad de la cultura puertorriqueña; el Puerto Rico que la jueza conoció. Sotomayor no negó la existencia de males en la Isla, pero afirmó que se hacen las cosas de manera honrada.
“No se le puede sacar a la vida más que la educación”, expresó Sotomayor cuando Santos Febres le preguntó sobre la transferencia de conocimientos de los hijos a los padres, tema del que habla en el capítulo 7 de su libro. La jueza comunicó que al momento de ingresar en la universidad, su madre se motivó a continuar estudios graduados. Para la jueza “uno tiene que estar aprendiendo hasta el día que se muera”. Añadió a este tema de la educación que “la inteligencia no es el ingrediente más importante, sino el deseo y la determinación”.
Otro tema señalado fue cómo Sotomayor ha podido vivir en mundo paralelos; cómo hace para transitar por dos mundos a la vez. Para aportar a este asunto, más adelante en la sección de preguntas del público, una profesora del Recinto interrogó a la jueza sobre cómo ha podido sobrevivir aún siendo hispana en Estados Unidos, país en el que se manifiestan el racismo y el clasismo. Sotomayor le puso fin a estas inquietudes con una idea: “Yo estoy frente al mundo”. Con esto quiso decir que los seres humanos tenemos que enfrentar con valor y firmeza a la ignorancia del otro porque somos.
Entre niños
Loe estudiantes de la escuela elemental e intermedia de la Universidad asistieron a la actividad y participaron activamente de este conversatorio. Cuando el público pudo interactuar con la jueza, las dudas de los niños figuraron el primer lugar. Sonia Sotomayor les pidió a las personas del público que pasaran al escenario si su pregunta había sido seleccionada. Las preguntas de tres niños fueron escogidas, así que estos se acercaron a la jueza, quien solicitó que apareciera “un corazón enorme” que le regalara una copia del libro a cada niño para que lo tuvieran ortografiado. E l ambiente que la jueza creó con los niños fue muestra de la sencillez con la que vive.
La jueza junto a la estudiante Laura Vázquez, de la Escuela Elemental de la UPR. (Ricardo Alcaraz)
La gira de presentación del libro continuó esa misma tarde en Plaza Las Américas y luego, el miércoles 3 de abril, la jueza compartió con los estudiantes y el público general en la Universidad del Turabo en Gurabo, y en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce.
Según informó Mayra Santos Febres, hasta la fecha se han vendido 275 mil copias en inglés del libro Mi mundo adorado y más de 30 mil en español. Quien lea el libro que, a petición de la jueza fue traducido del inglés a un español puertorriqueño, se identificará con Sotomayor porque está redactado de la manera más humana posible. Luego de la lectura se quedará en la persona el sentimiento de poder alcanzar todo lo que quiera, siempre que actúe con sencillez.