El País actualmente atraviesa por una crisis en muchas áreas y la salud no es la excepción. De acuerdo a El Nuevo Día, distintos hospitales han cerrado pisos y han tenido que hacer un sinnúmero de recortes con el personal. A esto se le suma la cantidad de proveedores de salud que han optado por emigrar a los Estados Unidos. Sin embargo, ¿se ha pensado cómo se deben sentir las personas trans que de por sí pasan trabajo para conseguir servicios de salud eficientes? Sobre esto se habló el pasado martes en el pleno Salud de las personas transgéneros y transexuales: Implicaciones para la práctica de la Salud Pública.
La discusión, que formó parte de la V Conferencia Puertorriqueña de Salud Pública, contó con la participación de expertos que discutieron algunas de las realidades a las que las personas trans se tienen que enfrentar a la hora de solicitar algún tipo de servicio.
En el panel participó Carlos Rodríguez, estudiante doctoral de la Escuela Graduada de Salud Pública del recinto de Ciencias Médicas; José Martínez, educador de Salud Pública en el Centro de Investigación y Evaluación Sociomédica de la Universidad de Puerto Rico; José Mulinelli, director ejecutivo de Coaí, Inc.; e Ivana Fred, activista de la comunidad transexual.
“El sistema no está construido para atender la diversidad o diversidades que planteamos como seres humanos. Tenemos que cambiar la estructura de los servicios a las comunidades porque de otra manera no vamos a solucionar los problemas”, sostuvo Rodríguez quien hizo hincapié sobre el mal servicio que recibe la mayoría de la comunidad LGBTT.
Asimismo, Fred y Mulinelli aprovecharon la oportunidad para hablar sobre las microagresiones y sus efectos en la comunidad trans.
“Un ejemplo de microagresión es cuando en una sala de espera no saben cómo identificarte y en vez de preguntarte, en privado, prefieren gritarte ‘nena o nene porque no sé lo que eres’”, mencionó Mulinelli. Fred, por su parte, indicó que una de las consecuencias de este tipo de comportamiento es que muchos trans deciden dejar de buscar asistencia médica.
Por lo malos tratos que recibe la comunidad LGBT, un grupo de personas, incluyendo a los panelistas, decidió tomar acción y desarrollar el proyecto Somos, propuesta dirigida a la educación sobre la salud trans y la reducción de estigmas.
“El fundamento de este proyecto es una buena práctica de lo que es Salud Pública. Con el mismo proponemos trabajar con la estructura porque requiere un cambio para que todos y todas tengamos, independientemente de nuestra identidad de género e identidad sexual, buenos servicios de salud. Pero al mismo tiempo, mientras la estructura cambia, queremos fortalecer nuestras comunidades trans para que puedan utilizar adecuadamente los servicios de salud”, explicó Rodríguez.
Según los hallazgos de sus investigaciones, el problema fundamental es el estigma puesto que este se ejecuta en acciones discriminatorias.
Por tal razón, este proyecto busca capacitar a los proveedores de salud mediante unos módulos y a su vez crear una intervención grupal con personas trans para el manejo de estigma. “Proveedores más educados y competentes serán los que potencialmente ayuden a cambiar el sistema y aportarán a que los servicios sean accesibles”, añadió Rodríguez.
Somos se encuentra en desarrollo y abierto a consejos de la comunidad. Pero cualquier persona interesada en conocer más sobre el mismo puede escribir a carlos.rodriguez64@upr.edu o a jose.martinez48@upr.edu.
Para finalizar, Rodríguez se disculpó con todas esas personas trans que han tenido malas experiencias al momento de acudir a un servicio de salud. “Les pido disculpas porque no merecen tener esas experiencias. Los exhorto a que lo documenten porque todo proveedor de servicio debe cumplir con unas regulaciones y nadie tiene derecho a discriminar por la identidad de género u orientación sexual. Hay que adjudicar responsabilidad a ese mal médico que dio un servicio inadecuado”, puntualizó el estudiante doctoral.