Nota de la editora: Diálogo presenta a continuación una serie de artículos sobre Geografía Urbana elaborados por un grupo de estudiantes del Departamento de Geografía de la Universidad de Puerto Rico. Los cuatro textos analizan temas que van desde la geografía de la criminalidad hasta el dilema de la transportación y la organización de las ciudades. Los escritos se inspiran en distintas investigaciones académicas que realizaran recientemente los autores en torno a estos temas. Los textos fueron recopilados por el doctor Carlos Guilbe, catedrático de esa unidad académica.
¿Está la Isla arropada por los asesinatos?
De una forma u otra, todos hemos sido víctimas de la ola criminal que azota a nuestra Isla. Los asaltos, hurtos, escalamientos y asesinatos se han convertido en temas cotidianos dentro del Puerto Rico moderno.
Entre los diversos tipos de delitos que se clasifican como Tipo I, los actos contra la vida son de los más terribles, si no los peores. Robo domiciliario, asalto, carjacking, robo de identidad: todos son menos traumantes al ser comparados con el hecho de quitarle la vida a un ser humano, sean cuales sean las razones o circunstancias bajo las que se comete dicho acto. El derecho a la vida es un interés de máxima prioridad protegido por nuestra sociedad al disponerlo así nuestra Constitución, la que hasta prohíbe la pena de muerte. Noticias de asesinatos y homicidios inundan las redes cibernéticas, la radio y otros medios de comunicación diariamente, lo que nos hace sentir aún más inseguros en una isla que aparenta estar “arropada por el crimen”. Pero, ¿será esto último cierto para los crímenes en cuestión? ¿Cómo se distribuyen éstos geográficamente a través de Puerto Rico? ¿Qué factores determinan dónde y cuándo ocurren?
Para tratar de contestar estas y otras interrogantes, se realizó un estudio sobre la distribución geográfica de asesinatos y homicidios en Puerto Rico, durante el 2011, en el cual se registró un nuevo récord de número de casos: 1,136. El estudio fue diseñado para conocer la distribución geográfica de los asesinatos y homicidios en la Isla. El propósito fue analizar si ambos tipos de delitos son un evento que cubre toda la Isla o si se concentran en lugares o zonas particulares. Una vez identificado el patrón geográfico, se intentó elaborar un modelo de correlación con los datos socio-económicos de cada municipio.
Como era de esperarse, los resultados preliminares reflejaron que a mayor cantidad de habitantes, mayor el número de eventos registrados. Un 39% de los casos ocurrieron el Área Metropolitana, la cual según el Censo del 2010 tenía una población de 1.07 millones de habitantes, y el 21% del total se dieron en el municipio de San Juan. Sin embargo, el municipio que resultó con la tasa de asesinatos más alta, 13.31 muertes por cada 10,000 habitantes, fue Loíza. Aunque solo contaba con unos 30,000 habitantes para el 2010, se registraron 40 casos. El 80% de los casos se dio en áreas urbanas, mientras que 57.7% ocurrieron en las cercanías de las vías de rodaje principales. Además, se encontró que históricamente, en tiempos de relativa prosperidad económica, se dan menos asesinatos, basado en la correlación de los eventos con el Producto Interno Bruto del País.
En cuanto a conclusiones obtenidas de los asesinatos como conjunto, 94% de las víctimas eran masculinos. Para ambos sexos, el intervalo de edad de la mayoría de las víctimas fue de 25 a 29 años de edad, para una mediana de 30 años. El 85.5% de los casos se ejecutaron con armas de fuego, aunque en la gran mayoría de los casos, se desconoce qué arma específicamente.
Estos resultados demuestran, primeramente, que este delito en específico (asesinato) no “arropa a la isla”, sino que es un fenómeno que responde a la distribución poblacional y las áreas urbanas. Se encontró una gran conglomeración de estos casos en el área metropolitana. Por otro lado, en zonas como el área policiaca de Utuado que incluye a dicho municipio, Lares, Adjuntas y Jayuya, solo se registraron cuatro eventos. Para poder realizar estudios a profundidad y mejorar las estrategias de mitigación, se debe recopilar toda la información posible al momento de darse el evento, y analizarla minuciosamente en búsqueda de posibles patrones geográficos y socio-económicos.
La distribución espacial de los asesinatos en Puerto Rico hace evidente las falacias geográficas que existen en muchos fenómenos que ocurren en la Isla. Proyectar los mismos como un problema de toda la Isla es incorrecto. El crimen es un fenómeno delicado que requiere un mejor manejo de parte de las organizaciones mediáticas. Asumir que la Isla, como un todo, está peor que muchos otros países también es un crimen.