Me topé casualmente con este filme y, aunque el estándar estipulado por la audiencia a través del popular sitio web Rotten Tomatoes designó un porcentaje bajo al largometraje, por alguna razón extraña decidí ignorarlo. Para mi sorpresa, el filme Beyond the Black Rainbow, del director y escritor canadiense Patos Cosmatos, resultó en una puesta en escena extravagante que transporta al espectador a Arboria, una institución similar a una comuna, de la cual el personaje de Eva Allan, interpretada por Eva Bourne, intenta huir bajo efectos de sedativos.
Cosmatos debutó en el campo cinematográfico con este thriller de estilo futurístico para el año 2010. La propuesta de Cosmatos sumerge a la audiencia en visuales surreales en los que predomina la experiencia multisensorial, provocando un exhausto que paulatinamente expande la percepción de la realidad del argumento expuesto.
Contribuye a la propuesta de Cosmatos la influencia de películas de suspenso y ciencia ficción entre finales de los años 60 y principios de los 90, como por ejemplo THX-1138 (1971), Silent Running (1972), 2001: A Space Odyssey (1968), Solaris (1972), Crimes of the Future (1970), The Brood (1979), y Scanners (1981), según el artículo Analogue Dreams por Jason Anderson.
En el filme prepondera una iluminación distorsionada que en raras ocasiones muestra colores reales; la escala se mueve entre tonalidades frías y cálidas, lo que podríamos interpretar como una expresión de desesperación por parte de la protagonista.
La institución Arboria surge de la visión del fundador, el doctor Mercurio Arboria, interpretado por Scott Hylands, quien tiene como objetivo principal converger diversas ramas de la medicina relacionadas a la farmacología, a la terapia sensorial y a métodos de canalizar la energías, para que todo ser humano alcance un estado emocional más allá de satisfacción común de la felicidad. Beyond the Black Rainbow provee una desmantelación del tiempo real a través de los impetuosos cambios de escena o flashbacks que oscilan según avanza la historia.