El Gangnam Style de PSY, que I Got a Boy del grupo Girl’s Generation ganara Vídeo del año en los2013 YoutTube Music Awards a pesar de tener rivales como Lady Gaga, así como las giras de grupos musicales en América y Europa, parecen demostrar que el K-Pop está expandiéndose por todo el mundo. Puerto Rico no ha estado exento de la influencia del Hallyu u “ola coreana”.
La población de fans puertorriqueños, también conocidos como k-popers, sigue creciendo. Actualmente, existe en la Isla un programa radial dedicado a este género musical y próximamente un grupo surcoreano se presentará en concierto por primera vez en un teatro local.
¿Qué es K-Pop? En términos simples, es el concepto que se utiliza para hablar de la música pop surcoreana. Dentro del K-Pop, existen subgéneros que abarcan desde la balada hasta el hip-hop y exponentes que van desde solistas hasta grupos de trece miembros. Es un mercado que en la última década se ha convertido en uno rentable y se beneficia de la inversión de compañías foráneas.
Según Kirstie Morales, estudiante graduada de 23 años y administradora del fan page en Facebook Puerto Rico Also Loves KPOP, el K-Pop es un género que se caracteriza por su diversidad y contenido “positivo”. Según la fanática, pocas canciones son de alto contenido sexual y muchos grupos mayormente se enfocan en canciones de amor o amistad, debido al sesgo conservador de la sociedad surcoreana.
Si algo es seguro es que el género ha trascendido las fronteras del mercado asiático. Según la locutora del programa Haru Haru Radio, Coralys Ruiz, o Cora, como se le conoce, en la Isla “hay una demanda bastante grande de K-Pop”. La joven indica que la estación recibía muchas peticiones de este tipo de canciones y a raíz de esto comenzó a producir Haru junto a su compañera Jessy, segmento transmitido a través de la emisora local Hot 102 desde abril del 2013.
Por otra parte, quedó constatado a través del estudio de diversos fan pages en Facebook y la exploración de blogs que la mayoría de los k-popers en la Isla son mujeres, aunque también hay un componente activo de hombres fanáticos del género.
En Puerto Rico, el K-Pop predominantemente atrae a jóvenes de entre los 13 a 24 años, pero no se limita a esta población. Según Cora, también hay mujeres mayores k-popers que comienzan a interesarse por esta música luego de ser fans de los doramas o novelas coreanas.
La locutora también señaló que para mantenerse al tanto de todo lo que sucede con los idols, nombre con el que se le conoce a los artistas, es posible encontrar diversas plataformas dedicadas al K-Pop en la web, así como redes sociales que sirven de gran ayuda para mantener el flujo de información.
Una bloguera entrevistada por la investigadora y académica Xiaochang Li en su artículo Dis/Locating Audience: Transnational Media Flows and the Online Circulation of East Television Drama indica que “aún tengo conceptos erróneos sobre Asia, pero ya no siento que está en el otro lado del planeta”. Este sentimiento es compartido por muchos k-popers en la Isla, quienes han ingresado al mundo del K-Pop gracias a las puertas que ha abierto la convergencia mediática y la tecnología.
El grupo Girl's Generation es considerado uno de los grupos representativos del Hallyu.
Pop cosmopolitan fans
Henry Jenkins, profesor de University of Southern California, en su artículo Pop Cosmopolitanism: Mapping Cultural Flows in an Age of Media Convergence, argumenta que existe una población de fanáticos que la Academia denomina como cosmopolitans.
Originalmente, estos fans “pensaban más allá de las fronteras de sus países”, pero ahora el cosmopolitan moderno “piensa globalmente” y se inclina más a ser consumidor de cultura popular, convirtiéndose en lo que denomina como “pop cosmopolitan”.
“Los cosmopolitans abrazan la diferencia cultural, buscando escapar de la atracción gravitacional que ejercen sus comunidades locales para así poder entrar a una esfera más amplia de la experiencia cultural”, sostiene el profesor.
Este tipo de fanático aprecia que los “textos” o producciones culturales que sean diferentes del sitio desde donde se está consumiendo el material, escribe por su parte Li, argumentando que este factor provoca un sentido de “exclusividad compartida” y el sentimiento de “ser diferente” junto a otros fanáticos.
Si algo ha percibido Cora es que dentro del fandom puertorriqueño existe “una unión bien bonita” que nace de ver al K-Pop como un estilo de vida. “Es un género que hace que la gente comparta”, sostuvo.
El que sea un estilo de vida tiene su raíz en la cantidad de tiempo y energía que losk-popers invierten en estar al tanto de las últimas producciones musicales y presentaciones, estudiar los grupos y buscar las últimas noticias de sus idols.
Incluso, muchos fans se dedican a ver las presentaciones musicales de madrugada, debido a la diferencia de horario entre Puerto Rico y Corea del Sur, aún cuando estas son completamente en coreano y estas k-popers no dominan el idioma, según narra Stephanie*.
El K-Pop y los imaginarios culturales
Kirstie indica que el impacto del K-POP en su vida ha sido uno “sumamente positivo”, pues el ser fan le ha permitido interesarse por otros modos de vivir y “otras culturas”, incluyendo la taiwanesa y la japonesa.
Sin embargo, Jenkins argumenta que el pop cosmopolitan camina una línea delgada entre las “fantasías orientales y el deseo de honestamente conectar y entender una cultura extraña (a la propia)”. También, el profesor cuestiona si el “consumo sin contexto de materia cultural lleva a un mayor entendimiento de estas poblaciones étnicas” o si crea un imaginario incorrecto de la vida en estos lugares.
Por otro lado, el académico sostiene que el acercamiento de los pop cosmopolitans representa “el primer paso significativo hacia la consciencia global.
La reproducción del K-Pop más allá de sus fronteras, al ritmo acrecentado que lleva desde hace una década, no hubiese sido posible de no ser por la ventana de oportunidad que ofrece la tecnología. Sin embargo, aún queda por cuestionarse si la difusión de este género ha servido para permitir que fuera de Corea del Sur se interesen por una cultura, una historia y un idioma que de otra manera, se hubiese limitado a reproducirse en su propio territorio.
Cora ha observado que existe una porción significativa de los fans que se preocupan por conocer estos elementos. De igual forma, hay personas que simplemente se dedican a escuchar la música y no se interesan por profundizar su conocimientos. “Ambas cosas están bien”, concluyó.
*Seudónimo