Desde que comencé a laborar en Diálogo en septiembre del 2013, gran parte de mis conversaciones toman el siguiente rumbo:
“¿Dónde es que tú trabajas?”
“En Diálogo, el periódico de la UPR”.
“Ah…”
A veces responden con las alternativas: “¿Qué hacen allí?”, “¿Y te pagan?” y mi preferida, “¿La IUPI tiene un periódico?”.
Estas experiencias me han hecho reflexionar sobre la importancia del periodismo universitario. Soy estudiante de Periodismo, pero para los efectos, en Diálogo soy periodista. El alcance y la magnitud cuantitativa de la información producida aquí no puede compararse a medios de mayor circulación, pero nos regimos por el mismo o por un mayor sentido de compromiso, valores periodísticos y estándares éticos.
El problema con los periódicos universitarios parece tener su raíz en dos niveles: se desconoce su existencia o no se perciben como un ejercicio periodístico y mediático serio.
Recuerdo muy bien que durante el foro Voto Universitario, en octubre del 2012, un candidato político se refirió a Diálogo como “la gaceta” del poder en la Universidad. No sólo demostró no tener conocimiento de la línea editorial y en qué consiste nuestro contenido, sino que se unió al grupo de personas que no consideran a Diálogo como un medio de comunicación similar a cualquier otro, perpetuando el imaginario de que el periodismo universitario no es crucial.
Sin embargo, Diálogo es un rotativo con las mismas características básicas de otros medios en el País. Esto fue lo que estableció el Tribunal Supremo en el año 1995, cuando falló a favor de este periódico en un pleito versus la Comisión Estatal de Elecciones (C.E.E.). En el año 1992, la C.E.E. pretendió imponer la veta electoral a Diálogo, bajo el argumento de que este periódico era financiado con fondos públicos. Sin embargo, el Supremo confirmó en su sentencia que Diálogo constituye un foro público con garantías idénticas a los demás periódicos de circulación general en la Isla, de modo que el Reglamento para Gastos de Difusión de la C.E.E. no podía ser aplicado.
No sólo este triunfo estableció un precedente en los casos de libertad de prensa en Puerto Rico, sino que el trabajo de Diálogo como un medio de comunicación necesario en el País fue validado desde otras esferas.
Es por esta razón que cuesta hasta cierto punto creer que exista la noción de que lo que hacemos en los periódicos universitarios como es Diálogo no es periodismo na’. Parece que muchos olvidan que algunos de estos vehículos de comunicación existen desde el siglo 19, tales como el Yale Daily News de la Universidad de Yale, The Daily Tar Heel de la Universidad de Carolina del Norte y un sinnúmero de publicaciones, particularmente en universidades norteamericanas.
Sobre esto, el profesor y académico David Robie, de la Auckland University of Technology en Nueva Zelanda y director del Pacific Media Centre de dicha institución, recalca en su artículo Independent Journalism in the South Pacific: Two campus-based media case studies in Fiji and New Zealand que “los medios universitarios independientes contribuyen a una nueva generación de periodistas que tienen un entendimiento propio más profundo y un sentido más arraigado de cómo utilizar el cuarto poder para beneficio de la sociedad”.
Por otro lado, John V. Bodle demuestra en su investigación The Instructional Independence of Daily Student Newspapers que tres cuartas partes de sus entrevistados sostienen que “trabajar en un periódico estudiantil debería ser una experiencia similar en propósito a lo que ocurre en un salón de clases universitario.” La combinación de ambas esferas permite el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes, así como el obtener experiencias formativas en contextos que el salón de clases no permite.
“Las universidades están fomentando sus propios periódicos y vehículos de comunicación. Promueven la fusión de las emisoras radiales y los medios cibernéticos universitarios y han logrado convertirlos no sólo en laboratorios donde los futuros periodistas pueden hacer sus prácticas, sino también en vehículos rentables para generar ingresos para las universidades, así como reputación a nivel regional e internacional. ¿Por qué no hacen lo mismo en la UPR?”, argumentó la periodista Sandra Rodríguez Cotto en el 2011, momento en el que Diálogo se enfrentó a un cambio de mando en la dirección del periódico bajo la presidencia de Miguel Muñoz.
Periódicos tales como Wansolwara de la Universidad del Pacífico Sur en Fiji y el Pacific Scoop de la Auckland University of Technology en Nueva Zelanda, se han establecido como marcas periodísticas reconocidas nacionalmente por sus trabajos investigativos y el manejo de temáticas que van más allá de las fronteras impuestas por la narración exclusiva de eventos dentro de las universidades, según narra Robie.
También ambas publicaciones han logrado esta exposición debido a acuerdos que han llegado con los periódicos Fiji Sun y la organización mediática Scoop Media Limited, respectivamente.
Otros casos se dan en la coyuntura de periódicos que se mueven mayormente dentro de la comunidad universitaria, pero cuya línea editorial no se limita a narrar qué sucede en estas instituciones. Ejemplos de este tipo lo son Aula Magna, de la Universidad de Málaga en España, el periódico Altus de la Universidad Sergio Arboleda en Colombia y The Cornell Daily Sun de la Universidad de Cornell.
En los ejemplos presentados de otras universidades, las plataformas digitales producen contenido diariamente, mientras que las versiones impresas varían: algunas son de carácter diario, otras son mensuales e incluso, semestrales.
Si algo tienen en común con Diálogo es que todos son periódicos cuya plantilla de periodistas son en su mayoría estudiantes universitarios y que poseen tanto una versión impresa como digital. Estos medios también se nutren de su presencia en las redes sociales, principalmente Facebook y Twitter, a la vez que trabajan narrativas dentro y fuera de las universidades.
Ejemplos de estas narrativas pueden ir desde la cobertura que hizo Diálogo del conflicto huelgario de la UPR en el año 2010 a temas de carácter ambiental que realizamos anualmente para nuestra edición de Diálogo Verde. Hemos reseñado historias de proyectos y acontecimientos dentro de la UPR como hemos realizado historias que nada tienen que ver con el contexto universitario, desde escribir sobre el roller derby como deporte a discutir la problemática de los brownfields en el País.
La importancia del periodismo universitario va más allá del contar historias dentro de los límites del campus, o en nuestro caso, del sistema UPR. El periódico se convierte en un taller de trabajo que le permite a los estudiantes crecer profesionalmente a la vez que contribuye un cúmulo de informaciones que muchas veces no se trabajan en medios más mainstream, ya sea porque son temas que requieren un nivel de preparación e investigación en las que un medio de carácter diario no puede invertir tiempo o porque tocan muy de cerca la realidad universitaria desde otra perspectiva.
Se escribe, se produce y se crea dentro de un contexto muchas veces lleno de limitaciones que contribuyen a un aprendizaje constante y a desarrollar la capacidad de enfrentar retos que de otra manera no conoceríamos hasta llegar al "mundo real". Es en este matiz que este tipo de periodismo llega donde otros medios no pueden llegar.
Desde mi escritorio, puedo asegurar que el tratamiento que se le da a las historias dentro de nuestro contexto como medio de comunicación universitario difiere del tratamiento que se le da en uno de circulación diaria y nacional, pero al mismo tiempo, considero que es fundamental llenar un espacio en el campo de la Comunicación por narradores que están al interior de una realidad distinta. Y es que somos estudiantes, pero también periodistas.