Apenas un día después que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprobara el Puerto Rico Oversight, Management and Economic Stability Act (PROMESA) –proyecto congresional que establece una junta federal de control fiscal para la isla–, las manifestaciones en contra del nuevo cuerpo no se hicieron esperar.
Unas 100 personas se congregaron ayer frente al Capitolio a eso del mediodía para expresar su indignación ante la creación de un ente que atenta contra la democracia –planteada jurídicamente desde el 1952 como el Estado Libre Asociado– del territorio estadounidense.
Simultáneamente, el campamento que estableció el jueves un grupo de ciudadanos en los predios del Tribunal Federal en Hato Rey seguía en pie, aun con los intentos de varios alguaciles de la corte estadounidense para removerlo. A pesar de esto, los protestantes mantienen la intención de pernoctar indefinidamente frente a la entrada del edificio en señal de protesta ante el nuevo método de intervención federal.
“Vamos a quedarnos aquí. Ya estamos preparados para la resistencia. Ya la junta se aprobó y este pueblo está de rodillas. Es tiempo de salir y estar listos para todo. Se está haciendo una convocatoria a toda la gente para que venga. A las organizaciones, a los ciudadanos, a los mismos partidos políticos. Aquí hay mucha molestia”, dijo a Diálogo un manifestante que se identificó como Luis Rogelio.
A eso de las 2:00 p.m., un nutrido grupo de los manifestantes que dos horas antes se encontraban frente al ala norte del Capitolio en el Viejo San Juan llegó hasta la avenida Chardón en apoyo a los campistas, lo que permitió que se formara una línea de piquete que consiguió obstruir la mayoría de los carriles de la concurrida vía.
Al igual que ocurría en la protesta frente al Palacio de las Leyes, muchos de los conductores que transitaban por el área sonaban las bocinas de sus autos en una muestra de solidaridad con los reclamos.
“Aquí hay un pueblo que está a la vanguardia y que quiere atraer gente a esta resistencia y no permitir que [la junta] venga. Ya está aprobada, pero no la vamos a aceptar. Y hay que estar molestos, porque no podemos esconderlo. Estamos indignados”, aseguró Luis Rogelio.
“Yo creo que esto debe ser una confrontación. Esto es una coyuntura histórica y debemos aprovecharlo. Ahora es nuestro momento. Creo que esta [el campamento] ha sido nuestra primera base de resistencia, quedarnos aquí [frente al Tribunal Federal]. Esto puede ser un momento de resistencia. Así que vamos a estar listos porque, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a seguir dejando que se entregue el país por completo?”, denunció el joven.
En el calendario de actividades del campamento se incluyó un taller de desobediencia civil. Asimismo, se informó que la alcaldesa Carmen Yulín Cruz Soto ordenó colocar letrinas en el lugar para beneficio de los manifestantes.