Representantes estudiantiles y profesores del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) emplazaron a las agencias de salud a cumplir con el deber de mantener correctamente informada a la población para evitar la propagación de información no verificada sobre la fumigación aérea.
“La sobreexposición a este tipo de plaguicida puede resultar en efectos adversos a los sistemas nervioso y respiratorio, por ejemplo, convulsiones y depresión respiratoria”, puntualizó Nancy Cardona Cordero, presidenta de la Escuela Graduada de Salud Pública (CESP) del RCM.
Asimismo, Christian Rivera Cátala, estudiante de maestría en Epidemiología, cuestionó el efecto a largo plazo de la fumigación aérea, a pesar de que las agencias ya establecieron los límites de exposición para reducir la probabilidad de efectos adversos.
Rivera Cátala explicó -en el comunicado del Consejo General de Estudiantes del RCM- que los parámetros de control sobre este tipo de insecticida establecen unas condiciones climatológicas específicas con las que Puerto Rico no cumple necesariamente.
Catedráticos y profesores se sumaron a la voz de alerta del estudiantado del RCM y la doctora Cruz Nazario Delgado, epidemióloga especializada en salud comunitaria, sentenció que “aunque las agencias explican que usarán dosis mínimas, no explican cuántas veces fumigarán, ni el efecto acumulativo de múltiples eventos de fumigación con las sustancias tóxicas”.
De hecho, Nazario Delgado expuso que las campañas de prevención de embarazos no son más que una maniobra de miedo, culpa y estigmatización en contra de la mujer. “Igualmente, se ha identificado casos de Guillain-Barré como consecuencia de otras infecciones virales, aparte del zika”, agregó.
De ese modo, la especialista en salud comunitaria hizo un llamado a las agencias de salud y al gobierno central para que hagan un análisis de riesgo y beneficio “antes de fumigarnos a todos los 3.4 millones de habitantes, para posiblemente eliminar menos del 10% de los mosquitos”.
Por otro lado, el doctor Luis Bonilla Soto, catedrático y salubrista ambiental especializado en temas de bioética, sostuvo que “si llegan a tomar la decisión de llevar a cabo la fumigación aérea con naled, estarían violando todos los principios éticos básicos como la no-maleficencia, beneficencia, autonomía y la justicia, ya que la comunidad puertorriqueña no quiere la fumigación con naled’’.
“Estarían creando un serio problema de justicia ambiental, en un país bastante maltratado ya por las decisiones más recientes de las tres ramas del gobierno de los Estados Unidos”, añadió Bonilla Soto.