“Desvinculada de la comunidad la UPR”, lee una portada del desaparecido periódico El Mundo, para mayo del año 1989. Durante décadas, este ha sido el reclamo de ciertos sectores dentro de la comunidad universitaria, quienes son conscientes de la necesidad de estrechar lazos entre la Universidad de Puerto Rico (UPR) y la comunidad adyacente, así como de los propios habitantes del casco urbano de Río Piedras, quienes han vivido el deterioro urbano, los problemas de seguridad y otros conflictos que han plagado el casco riopedrense a través del tiempo.
Con el propósito de encaminar los debates que lleven a soluciones para enmendar esta situación, Diálogo presentó el pasado miércoles, 19 de marzo, el foro Universidad y casco urbano: estrategias para diseñar una comunidad en el Auditorio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).
El grupo de panelistas estuvo compuesto por el profesor Juan Giusti, historiador, sociólogo y abogado; el profesor Jorge Lizardi, historiador de arquitectura y ciudad; el profesor Manuel Bermúdez, arquitecto y diseñador urbano; y el planificador José “Tato” Rivera Santana, director de la Oficina de Planificación, Ambiente y Urbanismo del Municipio de San Juan.
Cada ponencia trajo a la mesa un enfoque diferente sobre las propuestas que son necesarias considerar para dar inicio al diálogo multisectorial y comenzar a estrechar los vínculos entre la UPR y el casco urbano riopedrense. Se discutió desde la necesidad de repensar cómo la Universidad se relaciona con Río Piedras a la enumeración de posibles causas históricas que provocaron el deterioro urbano. También se presentaron proyectos concretos y estrategias que se intentan implementar actualmente por distintos sectores, por lo que el foro constituyó un primer paso en dar comienzo a las conversaciones sobre una temática que, de acuerdo a todos los panelistas, requiere un esfuerzo colectivo.
Para Giusti es crucial la coordinación entre la rectoría, la presidencia y la Junta de Gobierno de la UPR para comenzar a planificar intervenciones en el casco riopedrense por medio de iniciativas que nazcan desde las áreas administrativas y académicas del centro docente. Sin embargo, también apuntó como necesario la presencia de la comunidad de Río Piedras en la conceptualización de estas ideas. “Basta de proyectos estudiantiles efímeros. Los proyectos deben hacerse en coordinación misma con la comunidad”, subrayó el historiador.
El profesor Juan Giusti durante su ponencia en el foro / Foto por Adriana de Jesús Salamán
Por su parte, Lizardi señaló que el casco riopedrense se ha ido convirtiendo en “una ruina que insiste en ser habitada”, a pesar de los embates que han provocado elementos tales como el dominio de los centros comerciales, el desarrollo de urbanizaciones y las dificultades que ha presentado los cambios en la estructura vial desde la década del 1950 con el establecimiento del carro como medio de transporte principal y la creación del Tren Urbano a comienzos de este siglo. El historiador también recalcó la importancia de recordar que Río Piedras existe “más que para los universitarios”, pues se ha destacado por albergar una diversidad de comunidades que coexisten en este espacio.
Lizardi argumentó que a pesar de que no se percibe de esta manera, el vínculo entre la Universidad y la comunidad riopedrense existe aún. Sin embargo, señaló que “es cada vez más débil”. Desde mediados del siglo 20, comentó el historiador, las prácticas universitarias y las decisiones administrativas han fortalecido la idea de la UPR-RP como un recinto aislado en lugar de fomentar la idea inclusiva de “ciudad universitaria”.
El profesor Bermúdez, por otro lado, presentó cinco proyectos académicos, creados por estudiantes del curso de Diseño Urbano del programa graduado de la Escuela de Arquitectura de la UPR-RP, que permiten una mayor interacción entre la Universidad y el casco urbano. El desarrollo de algunas de estas iniciativas urbanas reestructuraría los límites físicos del centro docente, acercandolo más a la comunidad riopedrense, mientras que otros funcionarían como una aportación que haría la UPR para el desarrollo de nuevas viviendas y mejoras a la transportación y seguridad en Río Piedras.
Bermúdez también señaló como necesario el que la administración universitaria provea los recursos para el desarrollo de estos proyectos de la Escuela de Arquitectura que atienden directamente el desarrollo urbano de Río Piedras.
En representación del municipio de San Juan, el planificador José “Tato” Santana señaló que la administración de la ciudad capital visualiza como necesario el desarrollo estructural, económico y social en aras de lograr detener el deterioro urbano en el casco de Río Piedras. Santana también sostuvo que es imprescindible también una vinculación entre la Universidad, el municipio y la comunidad riopedrense.
Ante el cuestionamiento de por qué estos proyectos que se han ideado al interior de la administración no han ido progresando con la rapidez que muchos quisieran, al igual que los límites que existen en situaciones como la intervención y eventual expropiación de edificios en desuso, el planificador apuntó que el municipio de San Juan se han enfrentado a ciertas limitaciones económicas entre las que se encuentra una posible reducción al presupuesto en el próximo año fiscal.
Universidad y casco urbano: estrategias para diseñar una comunidad constituyó un esfuerzo para dar inicio al diálogo entre sectores y el desarrollo de propuestas con el potencial de eventualmente convertirse tanto en política universitaria como política pública, partiendo de la vinculación entre el centro docente y la comunidad riopedrense para beneficio de todos los que conviven en ese espacio que idealmente será una ciudad universitaria.