Hay quienes en tiempos duros y de crisis se refugian en los estudios, otros en familiares y amigos. Sin embargo, algunos encuentran una fortaleza especial en el arte, como le sucede a Mariangelie Vélez.
Es sorprendente cuánta tabla -como dicen en el teatro- o experiencia tiene la joven de 24 años. Son muchas las murallas que Vélez ha atravesado para alcanzar sus metas. Pero nada ha impedido que la estudiante del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras pueda trabajar, profesionalmente, como actriz.
Al principio de su carrera Vélez no tenía tanto taller. A los 20 años, luego del fallecimiento de su abuela, se quedó sin hogar y sin ingreso. Tuvo que ser completamente independiente. “¿Qué iba hacer? Sabía que tenía que conseguir un trabajo. Eso hice. Busqué un trabajo y no tenía dónde dormir, así que, dormí en el estacionamiento del trabajo dentro de mi carro”, indicó la joven. Esto último sucedió en varias ocasiones, aunque a veces se quedaba en casa de amistades.
El apoyo para su carrera artística consistía en su propia voluntad. No obstante, los “chavos” para las clases de actuación nunca faltaron.
“Yo siempre pagaba mis clases de actuación. Uno tiene que estar dispuesto a sacrificar unas cosas”, expresó a la vez que confirmó que dejaba de comer para poder asistir a sus clases.
Estas clases eran dirigidas por la actriz Sully Díaz. Desde entonces, Díaz ha sido la mentora de Vélez. Tan es así que, más tarde, formó parte de una obra dirigida por Díaz en el Departamento de Drama de la universidad.
Aunque Vélez trabaja para diferentes obras y películas, tiene que sostenerse económicamente trabajando como mesera en el restaurante Punto Fijo en Santurce. Muchas veces se le hace difícil manejar su tiempo, pues también, es parte del Teatro Rodante del Recinto de Río Piedras desde agosto del 2015.
Vélez comentó que algunos de los trabajos que la ayudan a sostenerse no han sido tan condescendientes con el tiempo. Cada obra requiere ensayos que a veces pueden durar horas, pero siempre ha dicho que prefiere “pedir el tiempo a estar pendiente a la vida económica”.
¿Cuándo fue que pudiste decir que ya eras una actriz profesional?, le preguntó Emergente mientras se arreglaba el cabello que recaía en sus hombros.
“Bueno, cuando hice Rosaura. Pero lo que me ayudó fue hacer Locos de amor de Sam Shepperd en la universidad”, contó.
En la puesta en escena de Locos de amor de Sam Shepperd, Vélez tuvo la oportunidad de interpretar un papel protagónico. Para ella, ese momento fue el que marcó su carrera. Al mismo tiempo, Rosaura, la película donde Vélez interpreta a la protagonista en su juventud, estrenó en las salas de cine.
Vélez recordó entre risas que al principio “fue horrible” porque no lograba pasar ni una audición en el departamento. Desde el principio de su bachillerato audicionaba para el Teatro Rodante dirigido por el profesor Dean Zayas, pero no fue hasta su último año que logró pertenecer al grupo de teatro.
Actualmente, la actriz es candidata a graduación y piensa continuar siendo parte del Teatro Rodante. También planifica dedicarse al arte y ser actriz independiente. Siempre ha creído fielmente en que en la industria de la actuación “no puedes esperar que las cosas te van a llegar, tú las tienes que buscar”.
Al enunciar estas palabras muestra su fortaleza. El tiempo la ha hecho fuerte y devota al arte en todos los sentidos.