Under the Skin (2013), el filme más reciente del director inglés Jonathan Glazer, es puro deleite cinematográfico con un giro de ciencia ficción. En este largometraje filmado en Escocia, la protagonista, interpretada por Scarlett Johansson, encarna a un extraterrestre sin nombre que se hace pasar por humano y utiliza el cuerpo atractivo que habita como herramienta para seducir hombres.
Cuando se resume la trama así, sin sutilezas, puede parecer genérica y hasta potencialmente explotadora del cuerpo femenino. Sin embargo, lo que Glazer (también director de Sexy Beast y Birth), logra es mucho más abarcador que lo que sugiere su sinopsis ya que la película plasma el proceso de descubrimiento de una criatura que examina un planeta que no conoce y experimenta por primera vez cómo funciona un cuerpo humano. El libreto es una adaptación de una novela de Michel Faber con el mismo título, no obstante la película deja a un lado casi por completo la alegoría principal del texto original por que sus intereses son otros.
La presentación inicial del personaje de Johansson es tan escueta como la ambientación de las escenas que le siguen. En una de las primeras escenas de la protagonista, ella camina completamente desnuda en un espacio absolutamente blanco que acapara todo el encuadre. Cuando atrapa hombres para aparentemente nutrirse de sus cuerpos, se los lleva a una guarida completamente oscura.
El personaje anónimo caza hombres por razones desconocidas pero urgentes. Foto suministrada
Estos son ejemplos de cómo la película trafica la incomodidad de estar perdido y el placer de la exploración que le puede seguir ya que, parecido a 2001: A Space Odyssey de Stanley Kubrick, la cinematografía y el libreto trabajan en concierto para contar la historia con poco diálogo y mucha imagen visualmente ambigua. El trabajo de Glazer mayormente evita las sorpresas grotescas que definen el genero de terror hoy en día; la incomodidad que causa su historia se logra envés a traves de la manipulación de las emociones del espectador como en ese otro clásico del sci-fi, Alien de Ridley Scott.
Cada acto es deliberado y cada interacción humana es comedida, de tal manera que el minimalismo de la película logra imbuir la experiencia de ver Under the Skin con el mismo sentido de descubrimiento que debe estar experimentando su personaje principal. Cuando Johansson se viste con la ropa de su primera víctima, la cámara sigue de cerca a la extraterrestre mientras se mueve por los campos expansivos, costas gélidas y ciudades pobladas del país Europeo en una guagua blanca cazando a su presa predilecta. Todos estos lugares son bellamente retratados por el director de cinematografía Daniel Landin.
Los encontronazos entre el extraterrestre y los humanos con los que interacciona son angustiosos y cargados de sentimiento. Foto Suministrada
La edición de Paul Watts utiliza tan bien las doble exposiciones que son para morirse de envidia. Ademas, la composición de música por Mica Levi (de la banda de Micachu and the Shapes) provocará tantas pesadillas como las bandas sonoras canónicas del cine de terror.
La forma y el contenido de Under the Skin giran en torno a la búsqueda que hace su sujeto principal y si quieres ir al cine a ser retado con interrogantes sobre la naturaleza del cuerpo, el salvajismo innato a la supervivencia y la ética de la simpatía, esta obra maestra del suspenso tiene mucho que ofrecer. La primera contendiente para película del año es a la misma vez desolada, fría y aterradora pero siempre intensamente humana. Y es que ese es el foco central de la odisea del personaje anónimo de Johansson: la búsqueda por lo que nos hace humanos, lo que llevamos bajo la piel.