Desde que el Tren Urbano (TU) estrenó sus rieles para diciembre de 2004, una gran parte de los ciudadanos del área metropolitana vio en este proyecto una alternativa de transportación para poder cumplir diariamente con sus compromisos educativos y laborales. La deuda de $25 millones que lleva a cuestas la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), sin embargo, podría dar al traste con este popular medio de transporte, afectando de paso a sus usuarios, muchos de los cuales son estudiantes universitarios.
La ACT, administradora tanto del TU como de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), se ha visto obligada a realizar dramáticos ajustes que afectarán el funcionamiento del Tren.
Con estos ajustes se pretende una reducción de dos horas en las operaciones del TU y una disminución en la frecuencia con la que pasa el ferrocarril. Según argumentó el director ejecutivo de la ACT, Javier Ramos, en varios medios de comunicación, el tren pasará por cada estación cada 16 minutos. Actualmente, el tren lleva a sus pasajeros cada ocho minutos y cierra operaciones a las 11:30 de la noche. Como parte de las nuevas medidas para atajar el déficit, los pasajeros tienen hasta las 9:30 de la noche para poder tomar el tren y llegar a sus destinos.
Los estudiantes universitarios, un importante sector que hace uso de los servicios del TU diariamente, se perjudicarán directamente con algunas de estas medidas. La comunidad estudiantil representa, según estadísticas del ACT, el 67 por ciento de los pasajeros que usan el Tren Urbano para transportarse hacia sus centros de estudios y trabajos. Es decir, más de la mitad de las personas que utilizan el ferrocaril son universitarios y trabajadores del área metropolitana.
Con un costo de 35 centavos, cada universitario puede hacer uso de los pases estudiantiles para que el Tren los lleve a sus lugares de estudio. Tanta es la frecuencia de los alumnos a este medio de transporte que para el año 2013, el Tren Urbano logró vender sobre 15,678 pases para cada estudiante, según las propias estadísticas del ACT.
Diálogo quiso conocer el sentir de algunos universitarios sobre las nuevas medidas de ajuste que intenta implementar la ACT. Con ello en mente, visitamos las estaciones del Tren Urbano ubicadas en Sagrado Corazón y en la Universidad de Puerto Rico.
Parada #1: Estación Sagrado Corazón, Santurce
Con una mochila en la espalda, Christopher Santana sale de la estación del Tren Urbano en Sagrado Corazón para esperar a que la AMA lo recoja para poder tomar sus clases en la Escuela de Artes Plásticas del Viejo San Juan. El tren y la guagua AMA son sus únicos medios de transporte para asistir y cumplir diariamente con sus clases. Christopher desconocía sobre los nuevos ajustes que se llevarán a cabo en el TU y la AMA y argumentó asombrado: “Me va a afectar. Yo salgo todos los días de la universidad en Santurce a las nueve de la noche para salir para Bayamón (lugar donde reside)”.
Joselyn Cintrón vive en Bayamón y utiliza el servicio de transporte colectivo para tomar sus clases en Centro College. Aunque no parece preocuparle los ajustes que llevará a cabo el Tren Urbano, destacó que su hermano de 32 años desistió de comenzar sus estudios en el Metropolitan Business Training Institute (MBTI) en Santurce, ante la incertidumbre que le plantean los nuevos horarios del tren.
El estudiante Chemi González, usuario de la estación del Sagrado, indicó que el Tren Urbano es fundamental para su transportación diaria. Debido a que no cuenta con el capital para obtener un vehículo propio, la reducción de horario en el TU podría imposibilitar su movilidad en el área metropolitana. “Es difícil vivir en este país sin carro como yo. Más difícil será si reducen el horario del tren”, aseguró el alumno.
Parada #2: Estación Universidad, Río Piedras
De la estación Universidad, a las afueras de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, salen varios universitarios de las vías del tren caminando a toda prisa. Entre ellos está el estudiante Luis Sánchez, quien aseguró que el corte de horas en el tren va a tornar más tensa de lo que ya es la vida estudiantil, especialmente para los estudiantes graduados y los del Programa Nocturno. “Se va a tornar un medio de transporte eficiente en uno deficiente”, declaró.
Por otro lado, el alumno Benjamín Rosario entiende que la estación ubicada en Universidad en la Avenida Ponce de León, debería tener un horario especial para los universitarios. El joven recomendó que la estación en Universidad debería cerrar más tarde que las demás estaciones, teniendo en mente los estudiantes que toman clases en horario nocturno. “Si cojo una clase a las nueve de la noche me tendría que quedar aquí durmiendo. La estación de la Universidad debe cerrar tarde”, apuntó sorprendido el estudiante.
Los estudiantes que sostienen su economía con la ayuda del Programa de Estudio y Trabajo también se ven afectados con las nuevas medidas del ferrocarril. El alumno Marino Puello, del Recinto de Piedras, destacó que a pesar de que el horario de cierre no afecta sus clases, sí se “retrasaría” su jornada laboral, más aún con la disminución de horas con la que pasará el tren.
Parada #3: Un recogido por otras vías
En diferentes partes del mundo, el sistema de transporte masivo a través de un ferrocarril funciona para los ciudadanos como una alternativa de transportación.
El Metro de Santiago en Chile, cuenta con 108 estaciones que cubre gran parte de la ciudad capital. Por otro lado, el Metro de la Ciudad de México cubre 195 estaciones mientras que el metro en Perú tiene 16 estaciones que recorren toda la ciudad de Lima. En Puerto Rico, al igual que en Perú, el Tren Urbano recoge pasajeros en 16 estaciones que van desde Bayamón hasta Santurce.
Para el 2012, se armó en España un conflicto económico contra el Metro de Madrid y la compañía de energía eléctrica, HC Energy que establece algunas tangencias con la situación actual de Puerto Rico. La deuda del Metro sobrepasaba los $20 millones por impago al servicio eléctrico. La secuela del Metro en Madrid fue cortes en los horarios de cierre, disminución de la frecuencia con el que pasa el tren en cada estación y aumento en la tarifa. Luego de varias marchas, huelgas y protestas, el Metro de Madrid encaminó un Plan de Ahorro Energético en el 2013 para disminuir el uso de energía en el tren.
Mientras tanto, en Puerto Rico aún no se han entablado acuerdos entre Alternet Concepts, Inc., empresa encargada de la operación y mantenimiento del Tren Urbano y la ACT. El letargo en el desarrollo de estrategias se refleja en la confirmación de la compañía privada a este medio de no estar aptos para dialogar sobre los proyectos que tienen entre manos ante el déficit económico con la Autoridad de Carreteras.
Alternet Concepts ha trabajado de la mano junto a la ACT desde el 2005. Luego de que esta compañía privada comenzara a operar el Tren Urbano, se fueron acumulando deudas por parte de la ACT hasta llegar a un déficit de $25 millones.