Los problemas médicos trascienden cada vez más las fronteras de los 194 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un desafío al que deberá hacer frente quien resulte elegido entre los seis candidatos que compiten por encabezar el organismo.
Los 194 países deberán decidirse en mayo de 2017, después de que el Consejo Ejecutivo de la OMS redujo a seis la lista de candidatos.
El noveno director o directora general desempeñará un papel crucial en diseñar la respuesta global a la creciente lista de problemas complejos y contradictorios que afectan la salud, como la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos por el cambio climático, la tuberculosis resistente y la tarea sin terminar de controlar al VIH/sida.
Pero también hay otros problemas que afectan la salud como la contaminación del aire, la violencia doméstica, el aumento de enfermedades no transmisibles, como la diabetes, y el inevitable surgimiento de otro patógeno similar al virus del ébola.
La persona elegida para encabezar la OMS deberá caminar por la delgada línea entre servir a cada uno de los estados miembro y garantizar que la organización sea más grande que la suma de sus partes.
“En la actualidad, cuando hablamos del papel de la OMS, este realmente trasciende a los estados, entra en la categoría de respuesta global”, puntualizó Esperanza Martínez, directora de la Unión de Salud del Comité Internacional de la Cruz Roja.
“Se necesita alguien que pueda dirigir a la organización, no que confronte a los estados, sino que los impulse a actuar mejor, a cumplir con sus obligaciones, a que sean más efectivos y eficaces”, precisó.
Pero como cualquier otra agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la OMS “no es mejor ni peor que los gobiernos que la integran”, explicó Susannah Sirkin, directora de políticas y alianzas de Médicos por los Derechos Humanos.
La nueva persona que esté al frente de la OMS llegará luego de un período de intensa búsqueda para la organización, tras la profunda crítica que recibió por su gestión del brote de ébola en África occidental.
“Hay una enorme necesidad de más transparencia y eficiencia dentro de la organización”, subrayó Sirkin.
Para atender el surgimiento de epidemias, como la del ébola y el zika, Martínez señaló que es fundamental que la OMS esté lista y dispuesta a pasar a la acción.
“El hecho de que la OMS tenga que esperar que ministros de Salud y gobiernos califiquen una crisis realmente demora las intervenciones en momentos críticos”, explicó Martínez.
La persona que dirija la organización también tendrá que estar preparada para “lanzarse a la acción”, es decir que tendrá que ser “alguien que comprenda cómo funciona el sistema de la ONU y cómo trabaja la OMS”, precisó.
“Necesitamos a alguien que entienda la dinámica de las respuestas humanitarias y de emergencia”, remarcó Martínez.
Para Sirkin, el nuevo director o directora general deberá, además, trascender las “limitaciones históricas”, que han hecho que la OMS adopte un “silencio relativo” respecto de asuntos considerados bajo el control de los gobiernos nacionales.
La salud está politizada, observó Sirkin, cuando los gobiernos no logran “invertir lo adecuado para tomar medidas de prevención y atención o no destinan un monto proporcional o razonable de sus presupuestos a la salud”, añadió.
La persona elegida “tendrá que tener valor político y la capacidad de motivar” para superar las restricciones que históricamente han impedido que la OMS se pronuncie sobre diversos asuntos.
“De alguna forma, la OMS como agencia debe trascender esa situación”, apuntó Sirkin.
Por ejemplo, la OMS debería poder expresarse cuando el gobierno sirio “obstruye abiertamente la distribución de asistencia humanitaria, incluida la médica, de forma alarmante”, acotó.
Más allá de las crisis humanitarias, el nuevo director o directora general deberá afrontar desafíos complejos, como las amenazas emergentes tales como podría ser la resistencia antimicrobiana u otras más viejas como la mortalidad materna.
Dos de los seis candidatos para encabezar la OMS son mujeres. A diferencia de la Secretaría General de la ONU, que siempre estuvo a cargo de un hombre, ya hubo dos mujeres al frente de esa organización, la china y actual secretaria Margaret Chan y la noruega Gro Harlem Brundtland.
La salud de mujeres, niñas y niños siempre fue una prioridad de la ONU y de la OMS, pero Sirkin remarcó la necesidad de hacer más para lograr la igualdad de género en el sector, independientemente de que sea un hombre o una mujer quien esté al frente de la organización, “en especial ahora que se conoce la enorme correspondencia entre la salud y los derechos de las mujeres”.
“Los derechos básicos de las mujeres, como los reproductivos, la violencia contra las mujeres y la violencia sexual, a la larga serán una continua y enorme barrera para el desarrollo de la salud global”, subrayó.
Los seis candidatos se dirigirán a la OMS, así como al público, el 1 y el 2 de noviembre.
Todos tienen distintos orígenes: cuatro proceden de Europa -Italia, Francia, Hungría y Gran Bretaña-, y los otros dos son de Etiopía y Pakistán, pero todos son médicos con una vasta experiencia en políticas y salud públicas.
La persona que resulte electa reemplazará a Chan en julio de 2017.