Una puerta grande color escarlata se destaca al fondo del salón. De ella emergen las tres bailarinas que ensayarán el Gran Pas de Quatre. El lugar es CoDa 21, compañía de danza dirigida por la bailarina y coreógrafa Denise Eliza. Se encuentran tres grandes amigas (recordando que falta una que, por motivos de trabajo, se ausenta en esta ocasión) que compartieron el escenario en su adolescencia y que ahora, más de diez años después, se reúnen para representar a Puerto Rico en el World Stars of Classical Ballet Gala, que se celebrará mañana domingo 19 de octubre en el Centro de Bellas Artes de Santurce.
“En los últimos diez años no habíamos bailado juntas. Bailamos en nuestra adolescencia y ha llovido. Es como si fuera la primera vez”, cuenta Denise Eliza sobre la experiencia de haberse reencontrado con sus compañeras.
Y es que, verdaderamente, es la primera vez. Nunca antes se había presenciado un intercambio cultural tan importante de ballet clásico en la Isla. Las cuatro primeras bailarinas de las principales compañías del País estarán compartiendo el escenario de la Sala de Festivales Antonio Paoli con estrellas internacionales como Vladimir Malakhov, director artístico del Tokyo Ballet, Maria Kochetkova, primera bailarina del San Francisco Ballet, y Viengsay Valdés, primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba. Estos bailarines son solo un ejemplo del nivel técnico y de expectativas detrás de este magno evento.
De izquierda a derecha: Laura Valentín de Balleteatro Nacional, Denise Eliza de CoDa 21 junto a Betina Ojeda de Ballet Concierto.
Ensayar Grand Pas de Quatre
El Grand Pas de Quatre se estrenó en 1845 en Londres con la participación de las cuatro primeras bailarinas más importantes de aquel tiempo. Entre ellas, la reconocida Marie Taglioni. Su estilo romántico se caracteriza por movimientos delicados, faldas de tulle largas e inclinación del torso hacia el frente. “El estilo romántico es antiguo. Hoy día nos piden que bailemos grande, que nos movamos y, al uno sentirse comprimido en ese estilo, pues es bien complicado”, cuenta Denise Eliza.
Y es que el carácter atlético del ballet de nuestros tiempos hace que bailar una pieza romántica se convierta en un gran reto. “Es transportarte a esa época desde que te pones el vestuario, desde que te estás maquillando, desde que te estás peinando”, dice Lourdes Gómez, ensayadora y ex primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba.
Durante el ensayo, Gómez se muestra carismática pero exigente. Cuando una de ellas hace la coreografía a perfección, no tiene problemas en reconocerlo. Si hay problemas técnicos, tampoco tiene dificultades en parar el ensayo y trabajarlos para asegurar la mejor calidad al llegar al escenario. “Es una delicia porque, no es solo lo que ha sido como bailarina, sino que tener la oportunidad de ensayar con alguien que ya lo bailó y que lo hizo con el Ballet Nacional de Cuba”, así describe Denise Eliza la experiencia de trabajar con Lourdes Gómez.
Al igual que las cuatro bailarinas, no es la primera vez que Gómez trabaja con estas chicas. “De alguna manera también nos conoce porque ha trabajado con nosotros. Ese detalle que ella tiene con nosotras pues lo hace todo mucho más agradable”, dice Betina Ojeda, bailarina principal de Ballet Concierto de Puerto Rico.
Lourdes Gómez, ensayadora de CoDa 21 y la bailarina Laura Valentín durante el ensayo para el Grand Pas de Quatre.
Una gala sin precedentes
Más allá de presenciar ballet internacional en la Isla, estas bailarinas quieren hacer resaltar el talento boricua en esta gala. “Definitivamente, nos pone en un lugar para que el mismo Puerto Rico respete el trabajo de aquí”, dice Laura Valentín, primera bailarina del Balleteatro Nacional de Puerto Rico.
Sin duda, esta gala posiciona el ballet puertorriqueño a la par con las más reconocida compañías del mundo. Es un llamado a que el público boricua se enamore de la cultura del ballet clásico y lo apoye reconociendo que hay talento y calidad técnica.