A medida que se acerca el 31 de diciembre, las empresas y agencias públicas comienzan a incrementar las tareas de sus empleados al pedir informes de cierre de año. A la agilidad de esta gestión se suma presión que se exige para las entregas debido a la cantidad de días festivos en los que se recesan las labores.
Es en esos instantes, en los que algunos no pueden sobrellevar la magnitud de estas directrices y caen en estrés.
De acuerdo con un estudio realizado por la Mutual de Seguridad CChC y GfK Adimark, se evidencia que el estrés es la gran preocupación de los trabajadores, considerándolo como el gran problema de seguridad laboral, ya que alcanza al 66% de los encuestados.
Al respecto, el psicólogo y coordinador académico de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, en Chile Felipe Vergara, explicó que desde la biología, el estrés es cualquier perturbación que moviliza al organismo. “Sin embargo, desde lo psicológico, el estrés negativo tiene que ver con una vivencia de los acontecimientos, en la cual el sujeto se percibe con cierta incapacidad para poder enfrentarla. De esta forma, al estar bajo este tipo de estrés, muchas veces las personas podríamos sentir que no tenemos los recursos o habilidades para enfrentar dicha situación. La sensación de estar sobrecogido por las circunstancias ha sido descrita por los estudiosos de la felicidad como un factor de infelicidad”, sostuvo el académico.
Empero, el profesional indicó que el estrés en sí mismo no es algo malo. “Más bien lo negativo está en cómo administramos las circunstancias que nos provocan conflictos y/o generan insatisfacción, que es lo que va estar generando consecuencias negativas en nuestra biología y psiquis, y por consecuencia afecta nuestra salud, nuestro bienestar y calidad de vida en definitiva”, aclaró.
Por el contrario, el docente señaló que esta forma de reacción es positiva cuando nos permite movilizar nuestro cuerpo, emociones y pensamientos hacia los recursos que nos permiten resolver situaciones. “Por ejemplo, está el estrés necesario para producir un trabajo de calidad o cuando necesitamos sentirnos incómodos para darnos cuenta de que ciertas circunstancias no nos están haciendo un bien”, acotó.
Pero, ¿qué es lo que provoca el estrés navideño? Vergara explicó que en este punto del año existen varios factores, entre ellos, principalmente las rutinas extenuantes y sin pausas activas de esparcimiento. “Ellas promueven emociones negativas que, por lo general, no gestionamos para que tengan sentido en nuestras vidas”, advirtió.
Según el psicólogo, a lo anterior se suma ámbitos habituales, como los tiempos de traslado del lugar de trabajo o estudio a nuestras casas, los ambientes de trabajo demasiado focalizados en los resultados, perdiendo de vista los procesos, la falta de redes de apoyo para la crianza y cuidado de los hijos, una percepción de un mundo peligroso, donde la interacción respetuosa entre personas no es posible, y el estar centrados en la necesidad de recursos materiales para conseguir anhelos, versus estar focalizados en lo que realmente me moviliza para luego conseguir los recursos.
Conductas que provocan estrés
A pesar de lo natural que es el estrés, no todos saben cómo manejar estos episodios o vivir de manera de evitar llegar a momentos extremos de angustia. En este contexto, el profesional enumeró algunos malos hábitos que nos llevan a vivir estresados:
– Permitir que las circunstancias externas nos predispongan negativamente hacia el trabajo o la vida familiar.
– Sentirnos víctimas de las circunstancias.
– No tener hábitos de trabajo o planificación.
– Mantener hábitos poco saludables, tanto en lo conductual como en nuestra alimentación.
– Aislarnos de relaciones interpersonales gratificantes.
– Acumular resentimiento o emociones negativas sin darles un sentido.
Además de evitar estas conductas, Vergara mencionó que entre las actividades que pueden ayudarnos a eliminar o bajar los niveles de estrés se encuentra aprender a discernir por sobre los factores estresantes y diferenciar aquellos factores que no se encuentran dentro de nuestro campo de influencia y sobre los cuales no tenemos poder alguno, de aquellos frente a los cuales podemos hacer algo para sentirnos más cómodos.
“Igualmente útil es insertar hábitos saludables a nuestra forma de vida, tales como el deporte, realizar paseos al aire libre, meditar, reflexionar acerca de nuestra vida y nunca olvidar los espacios de esparcimiento con las personas que son significativas para nosotros”, expuso.