En el barrio Juan Asencio, Aguas Buenas, se respira aire fresco. Allí la vegetación aventaja al concreto. Los símbolos del progreso no son las grandes construcciones, sino una comunidad que busca la autogestión. Precisamente, es por esto que la Universidad de Puerto Rico (UPR) les dará una mano a través del programa Construyendo Comunidades Resilientes.
En un esfuerzo conjunto, el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la UPR, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y el Instituto de Sostenibilidad Isleña (INESI) brindarán asistencia técnica a esta comunidad rural para que sus residentes aprendan a reducir el gasto de energía eléctrica, servicio de agua, así como a disponer correctamente de sus desperdicios sólidos y los materiales químicos peligrosos que muchas veces tenemos en el hogar.
“La resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos para sobrellevar retos y metas en la vida y crecer en el proceso. De eso es lo que se trata este proyecto, de poder aportar a la comunidad algunas recomendaciones y ver de qué forma pueden crecer”, manifestó la doctora Loraima Jaramillo, quien se desempeñará como gerente del proyecto.
Construyendo Comunidades Resilientes, expresó Jaramillo, surgió por una convocatoria de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), esta rama del gobierno Federal tiene la meta de reducir el uso de agua, materiales peligrosos y potenciar ahorros significativos a los negocios, el gobierno y otras instituciones para el 2018.
Respondiendo a la propuesta de la EPA, continuó la doctora en ciencias ambientales, se unieron el RCM, el RUM e INESI, compitieron con otras jurisdicciones y ganaron la asignación de fondos.
El rol del recinto del oeste estará liderado por el profesor Lionel Orama, quien es parte del programa de ingeniería eléctrica. El doctor, junto a un grupo de estudiantes del RUM, visitarán a los residentes de Juan Asencio casa a casa para realizar una evaluación sobre el consumo de agua y energía, así como la disposición de los materiales sólidos y químicos. Luego ofrecerá recomendaciones de cómo generar ahorros. También, para ampliar la labor que se hará de hogar en hogar, los alumnos impartirán talleres educativos en la comunidad.
Por su parte, el profesor del RCM Aluisio Pimenta será el investigador principal y líder de la iniciativa. Bajo su responsabilidad se gestionó la propuesta sometida a la EPA y será el supervisor principal del proyecto. De igual modo, estará midiendo los resultados de todo el esfuerzo en vista de cumplir con los requisitos de la agencia federal.
La doctora Jaramillo, asociada de investigación en INESI, será el enlace entre la comunidad y los miembros del proyecto.
¿Por qué Juan Asencio?
Este barrio aguasbonense tiene una particularidad: sus residentes no están suscritos a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) hace 48 años, relató la líder comunitaria Migdalia Maldonado. El barrio se nutre de un acueducto comunal.
“En Puerto Rico, en cuestión de suministro de agua, las residencias se dividen en dos: las que se sirven de la AAA y otras que se sirven de acueductos comunitarios. Estos son suministros de agua pequeños operados por la misma comunidad, con agua superficial o agua subterránea. Tienen permisos que le otorga el Departamento de Recursos Naturales para extraer el agua y los residentes se hacen cargo del mantenimiento, la operación y el monitoreo. Todos los costos los cubre la comunidad”, explicó Jaramillo a Diálogo.
Pero actualmente la comunidad se encuentra en una situación crítica, “pues no tenemos agua las 24 horas, el acueducto no está rindiendo lo que se supone”, sentenció Maldonado, presidenta de la Asociación Acueducto Juan Asencio, organización que se encarga del suministro comunitario.
De acuerdo con Maldonado, actualmente el acueducto produce 22 galones de agua por minuto. Se necesitan al menos cerca de 98 galones para suplir a las más de 200 casas que componen la comunidad Juan Asencio.
Así que, la iniciativa Construyendo Comunidades Resilientes, tal y como lo manifestó el doctor Pimenta en una presentación el pasado domingo en Juan Asencio, ayudará a que a través del ahorro de energía y agua el acueducto comunitario pueda brindarle servicios a toda la comunidad sin la necesidad de racionar el agua.
Maldonado destacó que esta comunidad, por el momento, no contempla depender de la AAA. Los residentes entienden que el agua del acueducto comunitario es más saludable que la producida por la autoridad y además es un ahorro sustancial para los bolsillos de los consumidores. El costo mensual de agua por residencia es alrededor de $16, por lo que prefieren continuar gestionando ellos mismos su servicio.