La directora del Instituto de Deficiencias en el Desarrollo (IDD) del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), Annie Alonso, celebró el éxito que ha tenido el Centro de Desarrollo Infantil (CEDI) y el Centro de Autismo de Puerto Rico en atender efectivamente las necesidades en el desarrollo de la población infantil.
Un estudio del IDD concluyó que el 95% de los padres y familiares de los niños en el CEDI y en el Centro de Autismo están altamente satisfechos con ambos servicios.
“El 65% de los padres expresaron que habían observado en sus niños un aumento en su lenguaje, el 95% expresó haber observado un aumento en las destrezas motoras y 62% un aumento en el desarrollo cognitivo”, indicó Alonso, catedrática de la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico
“Nos sentimos satisfechos porque estamos apoyando a las familias de los niños y niñas que servimos a mejorar en su desarrollo para que puedan estar más listos para un ambiente preescolar”, agregó.
El IDD desarrolló en 1993 el CEDI, que cuenta con servicios de cuidado diurno, estimulación temprana y cernimiento para niños. El centro, que atiende a infantes desde los dos meses hasta los tres años de edad, provee estímulos para el desarrollo en cuatro ambientes: cuna, gateo, andarines, y maternal. En el 2014, ofreció sus servicios a treinta niños, de los cuales el 47% tienen deficiencias o retraso en el desarrollo.
Asimismo, el CEDI ofreció adiestramientos a 99 proveedores de servicio de cuidado diurno de los sectores público y privado de Puerto Rico sobre las mejores prácticas de servicios de cuidado del niño, incluyendo la intervención temprana y la identificación de deficiencias intelectuales y otras en el desarrollo.
Por otro lado, el Centro de Autismo, también desarrollado y dirigido por el IDD desde el 2012 en colaboración con el Departamento de Salud, proveyó servicios a 232 niños y sus familias en el 2014, y ofreció siete sesiones de adiestramiento donde se alcanzó a 127 proveedores de servicios y 92 familias.
Alonso recalcó la importancia de un programa de estimulación temprana que atienda las deficiencias en el desarrollo adecuado de los niños pequeños.
“La estimulación temprana le provee al niño las experiencias necesarias para un desarrollo adecuado de los circuitos cerebrales, ya que es el tiempo de más plasticidad neural. Es el momento más idóneo, donde es más fácil, menos costoso y hay más oportunidades de afectar positivamente el desarrollo del niño y la niña”, expresó.
“Es importante que el niño o niña tenga un pediatra o médico de familia que realice cernimientos del desarrollo periódicamente, por lo menos hasta los cinco años. En cada edad, los niños deben lograr unos indicadores relacionados al área motora, física, cognoscitiva, de comunicación y habla, socioemocional, entre otros. Mientras más pronto se identifique un área de necesidad en el niño, mejores resultados tendrá la intervención”, enfatizó Alonso.