Haití y República Dominicana. De un lado, un territorio desierto; del otro, un bosque cada vez más deforestado. En ambos países hay viviendas construidas con hojas de aluminio, desempleo y violencia. Pero solo a uno llegan decenas cada noche para talar árboles, quemar madera y producir carbón de forma ilegal.
Todo esto lo ilustra el documental Muerte por mil cortes, presentado por primera vez en suelo boricua el miércoles pasado, en el Museo de Arte de Puerto Rico, tras haber sido producido en República Dominicana.
El proyecto fílmico, dirigido por Juan Mejía Botero y Jake Kheel, narra la historia de Eligio “Melaneo” Eloy Vargas, un guardabosques dominicano asesinado brutalmente en el Parque Nacional Sierra de Bahoruco luego de encontrar uno de los múltiples puntos de producción ilegal de carbón operados por grupos haitianos en áreas forestales dominicanas.
En la frontera entre estos dos países, el tránsito ilegal de carbón representa uno de los anzuelos económicos principales para el desplazamiento entre territorios, un síntoma del profundo nivel de pobreza que adolece Haití, que es a la vez el resultado de las altas tasas de corrupción que afectan su gobierno local.
El filme parte de la investigación sobre la muerte del cuidador de bosques para ilustrar la complejidad del tráfico comercial del carbón. Y, al incluir entrevistas a comerciantes, a clientes y a peritos en deforestación, entre otros, logra un balance acertado entre datos y perfil humano.
Las voces de la viuda, del hermano y de la madre de “Melaneo”, por ejemplo, llegan a la pantalla para, entre otras funciones, dar cuenta de los códigos de precariedad que operan en las fronteras, un lenguaje que no solo se hace verbo en el contexto dominicano-haitiano, sino además en múltiples áreas fronterizas más.
Por eso, este es también un filme sobre estrategias de supervivencia adoptadas por residentes en ambos países.
Para el 2013 vivían aproximadamente 525,000 inmigrantes haitianos en suelo dominicano. La mayoría migró desde su país de origen en busca de mejores condiciones de vida. Otros cruzan la frontera a diario con múltiples propósitos. Algunos llegan para estudiar o atenderse médicamente; otros para producir carbón.
Filme que moviliza
El proyecto cinematográfico, que ha sido presentado en Haití y República Dominicana, entre otros escenarios, visibilizó el problema de la deforestación y sirvió para ejercerle presión al gobierno dominicano sobre la fiscalización de las políticas ambientales vigentes en su país.
“Yo hice unas denuncias, sobre todo sobre la deforestación autorizada […] Dentro de un mes cambiaron el ministro de medioambiente por la presión pública sobre el tema”, explicó Kheel, director y productor ejecutivo del filme, sobre el resultado de una presentación que efectuó en Santo Domingo y que despertó un gran sentido de indignación en la comunidad dominicana..
Según Kheel, el ministro nuevo ha tomado una actitud proactiva en cuanto a la lucha contra la deforestación.
“El documental ha servido como punta de lanza de acciones en República Dominicana. Todos los días hoy, si abre el periódico, hay algo sobre deforestación. Está el tema, y antes no […] Eso es lo que queríamos lograr. Que hubiera un cambio”, puntualizó el productor, para quien la pantalla grande representa solo uno de múltiples espacios desde donde concienciar sobre el cuidado de la naturaleza.
Llegaría a Fine Arts en abril
Según se indicó a Diálogo, el equipo de producción del documental se encuentra en negociaciones con Caribbean Cinemas para presentar el filme en las salas Fine Arts durante el próximo abril, mes cuando se celebra el Día del planeta Tierra.