No hay mejor premio al trabajo cumplido que ver los frutos cosechados, sobre todo si la labor es realizada por un trío de ex alumnos en pos de la universidad que les dio conocimiento. Conoce la historia de tres graduados de la UPR-Mayagüez que comparten la dicha de volver a trabajar en “casa”.
Regresar al Alma Máter, ahora como profesionales para poner su experiencia al servicio de su Colegio, es el sentimiento que resume lo que experimentan tres ex alumnos del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Recorrer las instalaciones en las que tomaron sus cursos de educación física, participar en la construcción de las nuevas obras, así como el encuentro con profesores, resultó muy emocionante para el trío de ingenieros, que al igual que una decena de otros colegiales, se involucró en la construcción de los complejos deportivos en el RUM. Se trata de: Ivette Maldonado, Héctor J. Rivera y Pedro Archeval de Caribbean Project Management (CPM), compañía encargada de la gerencia e inspección de la construcción de las instalaciones deportivas y proyectos emblemáticos para los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010.
Lo que describen como fruto del trabajo en equipo es la materialización de parte de los proyectos emblemáticos que ubican en el campus mayagüezano. El grupo se encargó de la construcción del Complejo Natatorio Centroamericano que incluye la piscina de competencia, clavado y calentamiento en terrenos del RUM. Además, recibieron la encomienda de construir las canchas de tenis y raquetbol del Recinto, y fuera de este, se ocuparon de la demolición y reconstrucción del estadio Isidoro García, la construcción del estadio centroamericano José Antonio Figueroa y el Parque del Litoral.
De acuerdo con Maldonado, gerente de construcción de CPM y ex alumna de la clase del 1996 de Ingeniería Civil (INCI), es “un privilegio regresar aquí y servir desde otro punto de vista, aplicar los conocimientos que adquirimos aquí, en unos proyectos de esta envergadura”.
Por su parte, Rivera, gerente del Programa Mayagüez 2010 para CPM, subrayó lo positivo de la experiencia de participar en las construcciones en el RUM.
“Yo creo que de alguna manera pudimos devolverle al Colegio las capacidades que en un momento se nos dio como profesionales, tuvimos la oportunidad de un poco, ponerlas en práctica aquí, y un tanto con ese temor de que aquí hay tantos ingenieros que uno piensa que los profesores van a pasar por aquí, van a ver cómo va la obra… pero, realmente, ha sido muy positiva toda la experiencia y no nos arrepentimos. ¡Ojalá, surjan más proyectos!”, expresó el Ingeniero Mecánico de la clase del 1995.
Para Archeval, ingeniero civil de la clase del 1993, la experiencia representó “el orgullo de trabajar en algo que realmente va a ser de mucha utilidad, y que en cierto modo, sentimos que sembramos una semillita pequeña para algo que será del disfrute tanto de los colegiales, generaciones futuras, como de la comunidad en general de toda la región oeste. Realmente lo que se está haciendo aquí es algo que va a ser para largo, de mucho provecho”.
Como explicó Maldonado, los trabajos comenzaron con el diseño en el 2006 y la construcción, en diciembre del 2007, por lo que han sido dos años y medio de arduo trabajo. Actualmente el grupo realiza los toques finales y se encaminan a asistir en la parte operacional de las instalaciones.
Durante la construcción, los ingenieros, más allá de supervisar las obras, tuvieron la oportunidad de compartir detalles o temas de gerencia de proyectos con estudiantes de la facultad de ingeniería. Esto se logró mediante seminarios o al participar en el curso de Gerencia de Proyectos. Igualmente, patrocinaron a un grupo de alumnos de ese curso y supervisaron a estudiantes del plan COOP.
“Era una mezcla de emociones, era el reto, primero en hacer en corto tiempo un proyecto de calidad y que la comunidad universitaria pudiera disfrutarlo. Lo que hicimos fue unir ese conocimiento del grupo de trabajo, que teníamos de todas las disciplinas. No somos los únicos que estamos en este proyecto, que somos egresados del Colegio, hay más gente egresada del RUM en otras disciplinas de la ingeniería, que también aportaron a que el resultado sea el que tenemos hoy día”, enfatizó Maldonado.
Para el ingeniero Rivera, la construcción representó una nostalgia especial, ya que se trataba de los terrenos donde tomó sus clases de tenis y natación. “Era pensar que teníamos que demoler esto; nosotros estuvimos aquí en algún momento de nuestras vidas, pero lo hicimos pensando en que realmente era para hacer algo mejor”.
Los ex alumnos también compartieron acerca de su impresión al encontrarse con sus profesores en esta etapa profesional, como una experiencia muy grata.
“Cuando uno se encuentra con profesores que le dieron clase en el pasado y que después de tantos años se acuerden de uno, fue lo que me pasó cuando visité el departamento de INCI y me topé con su director, el profesor Pagán Trinidad… que un profesor se acuerde de uno… son de las cositas que uno dice, que lo que se está haciendo aquí es algo grande y que verdaderamente llena de emoción a uno como colegial”, concluyó Archeval.
Con él coincidió, Maldonado, pues en una de sus visitas al campus, se encontró con el doctor Antonio González Quevedo, a quien conocía como profesor de INCI y con quien había compartido profesionalmente en el Tren Urbano.
Asimismo, Rivera describió que pudo encontrarse con quien fuera su profesor de termodinámica, el doctor Iván Baigés. “Él fue uno de los profesores que ofrecía el curso de Gerencia de Proyectos en el que les dimos una charla a los estudiantes. Así que pudimos compartir después de tantos años”.
Hoy, al ver su aportación para la celebración de los eventos de natación, polo acuático, nado sincronizado, clavados, tenis y raquetbol, estos colegiales enfatizan en la satisfacción que les produce ver la obra concluida. “Pronto diremos: ¡Misión cumplida!”, aseguraron.
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