Querido Martin:
Te escribe tu viejo amigo, Peter Quiles Ruiz de Porras. ¡Espero que estés bien! No hemos hablado desde tu última película, The Wolf of Wall Street que estrenó en el 2013, y en realidad, me has hecho falta. Tu nuevo filme, Silence, me impresionó. Como me has dicho que soy tu crítico de cine favorito y valoras tanto mi opinión, aquí comparto lo que pensé de ella.
Martin, te digo, cambiaste de tema drásticamente con este trabajo. The Wolf presentó puro hedonismo, y aquí cambias a una historia de sacerdotes jesuitas portugueses que van a una misión en Japón a buscar a su viejo mentor luego de oír que este abjuró a Dios y renunció su fe.
Inicialmente, me sorprendió mucho la temática, pero recordé que la has trabajado anteriormente en los filmes Kundun (1997), sobre el líder espiritual del Tibet, el Dalai Lama, y claro, The Last Temptation of Christ (1988).
Silence también comparte los temas que tanto trabajas de éxito y ruina. Aquí la ruina es un poco diferente a la ruina económica de los mafiosos de Goodfellas o el boxeador de Raging Bull. La ruina es espiritual.
La misión de los sacerdotes es un gran reto a su fe. Estos se enfrentan a una persecución que pone en peligro sus vidas y la de la población cristiana de Japón. El peligro y la tortura retan a los sacerdotes y los llevan a cuestionar la cristianización de los gentiles y hasta la existencia de Dios. Martin, aprecio que tu película no impone contestaciones sobre las preguntas que presenta. Le permite al público llegar a sus conclusiones.
También quiero felicitarte por obtener el mejor performance de la carrera de Andrew Garfield. Aquí, Garfield es intenso sin exagerar pero llena cada momento de emoción, aun cuando el silencio domina la escena. Adam Driver, el otro sacerdote, es tremendísimo actor, y aquí es tan impresionante como esperaba, pero me hubiese gustado ver más de su personaje. Quizá para tu próxima película podrías darle el rol protagónico. De seguro sería nominado para muchos premios.
Ya que llegué al tema de los premios, lamento que la producción haya sido nominada para solo un Oscar. La nominación para el cinematógrafo, Rodrigo Prieto, fue bien merecida y reconozco que su trabajo era de los más admirables del año pasado, aunque no creo que merecía ganar. Los tiros del filme son simples e interesantes y el uso de la neblina establece el tono a la perfección.
Te tengo que preguntar, amigo, Thelma Schoonmaker, ¿tu editora por gran parte de tu carrera, murió? ¿Thelma está bien, o es parte de tu nuevo estilo? Aquí, mano, te confieso que encontré la película demasiado larga. No es como Lord of the Rings, que entretiene en todo momento. Aquí se sienten las horas. Me duele decirte, Martin, que hasta me sentí un poco aburrido y desesperado en algunas escenas. Es muy posible que muchos en Estados Unidos vieran la duración del filme y optaran por ver La La Land, que es mucho más alegre y corta. ¡Aquí en Puerto Rico, en Fine Arts Café, lo que gusta son las comedias españolas livianas! Para esta gente, ver Silence podría ser tan tortuoso como la tortura presentada en la pantalla. Yo sé que no te importa tanto la apreciación de las masas, pero debes considerar editar un poco más tus filmes para que tengan más éxito.
Martin, te aclaro que aunque dije que tu filme en momentos me aburrió, no creo que todos los filmes, como el arte, tengan que ser entretenidos y fáciles de digerir. Silence es una obra bien trabajada que reta el intelecto, la paciencia y hasta la fe del público. No diría que es tu mejor película, pero creo que aquí dirigiste una de las películas más significantes sobre la fe. Le planteas al público preguntas existenciales y pruebas la fe de nosotros con este filme, algo que pocas películas logran hacer tan exitosamente. Es un trabaja cautivador que, aunque no la quiero volver a ver pronto, nunca olvidaré.
Mantente en contacto, Martin. Y dime cómo reaccionaste ante el desastre de los premios Óscar.
Tu crítico de cine favorito,
Peter Q