Los fenómenos y sucesos que marcaron la vida de los puertorriqueños durante el siglo XX han sido objeto de múltiples estudios. El caso que queremos resaltar en este ensayo es el aspecto económico porque fue en éste donde se desarrolló uno de los modelos más impactantes e importantes de nuestra historia que se basó en la industria azucarera. Aunque dicha industria estuvo operando en distintos momentos históricos y lugares del país, Cese ha estudiado muy poco el origen y establecimiento de las centrales en el Isla. Con ello en mente me propuse investigar los procesos de fundación de unas de las centrales más importantes de la región oriental de Puerto Rico: la Central Juncos y su sistema de colonato. Titulé mi investigación, A moler caña: origen de “The Juncos Central Company” y sus contratos de refacción, siembra y molienda de sus colonos durante los años 1905-1926.
Como toda investigación histórica, tuve que visitar diversos archivos del país como el Archivo General de Puerto Rico (AGPR), el Centro de Investigaciones Históricas (CIH) de la UPR, el Registro de la Propiedad en Caguas, entre otros, para consultar diversas fuentes (protocolos notariales, censo poblaciones, contratos agrícolas, etc.) que me ayudaron a construir todo ese pasado azucarero del municipio de Juncos. ¿Qué pude encontrar en esas fuentes?
Según las diversas fuentes consultadas pude establecer que la industria azucarera del municipio de Juncos durante el comienzo del siglo XX, al igual que gran parte de los demás pueblos de la Isla, se encontraba en gran deterioro. La hacienda La Solitaria, la más antigua del municipio, administrada por el terrateniente Manuel Méndez Dueño, buscaba alternativas para mejorar la situación de su ingenio. Es entonces cuando Méndez Dueño comenzó el proceso de transición del ingenio a central realizando varias transacciones que garantizarían el cambio en su empresa y en el municipio en general.
La primera transacción la observamos en 1902 cuando Méndez Dueño otorgó por documento notarial un poder al humacaeño Antonio Roig Torellas para vender la Hacienda La Solitaria en Puerto Rico o en el exterior para convertirla en una central azucarera. Desde ese instante Roig Torellas se involucró en la economía de Juncos hasta que el 1905 se convirtió en el fundador de las corporaciones “The Solitaria Land Company” y “The Juncos Central Company”, que manejaron gran parte de los asuntos azucareros de la región. A partir de ese momento el municipio de Juncos, por medio de la fundación de la central, aceleróel crecimiento económico, poblacional y social durante las primeras décadas del siglo XX. Pero, por otro lado, luego del establecimiento de la central el control de la tierra y su acceso en los municipios de Juncos, Gurabo y Las Piedras estuvo en muy pocas manos, mayormente en las manos de personas pertenecientes y vinculadas directamente con la administración de la Central. De esas personas podemos mencionar a Antonio Roig Torrellas que, ejerciendo como Presidente de la Central Juncos y de su subsidiaría, adquirió durante los años siguientes al establecimiento de la corporación un total de 10,874 cuerdas de terrenos en los municipios mencionados.
Quizás nos podemos preguntar, ¿cómo Roig adquiere tanto poder territorial en esta región? La escasez de capital en manos de los agricultores para el sustento y mantenimiento de sus fincas y siembras de cañas permitió que Roig influyera económicamente en los grandes terratenientes del municipio para así establecer la central azucarera. Ese fenómeno causó el surgimiento del sistema de colonato en Juncos y pueblos vecinos, creando la relación central –colono por medio de los contratos de siembra, molienda y refacción. La relación que creó estos contratos durante los años del 1910 -1926 bajo la administración de Roig no fue tan conflictiva como en otros lugares del País. Esto se debió a que gran parte del colonato perteneció a un círculo privilegiado de esta región donde Roig lideraba gran parte. El colonato estuvo compuesto por descendientes de hacendados del siglo XIX, como por ejemplo; los Collazo, los Palou, los Castro, los Jiménez y el propio Méndez Dueño, entre otros.
Por otro lado, el colonato de la región organizó una Asociación de agricultores de cañas específicamente en los municipios de Juncos, Gurabo y Las Piedras con el objetivo de mejorar las condiciones sociales y económicas de sus miembros bona-fide, buscando un trato justo en sus contratos con la Central Juncos a mediados de la segunda década del siglo XX. El creador de esta Asociación fue Manuel Méndez Dueño, siendo éste, curiosamente, el mismo sujeto que contribuyó en 1905 a establecer la central en Juncos. No obstante, luego del año 1926 que la Central Juncos es vendida e incorporada a la “United Porto Rican Sugar Company” la Asociación de colonos desapareció de esta región. Lo que este hallazgo sugiere es que la nueva administración oprimió al colonato de esa central azucarera y limitó los medios de luchas legítimas; de modo que todo lo experimentado bajo la administración de Roig (la buena relación que mantuvo este dueño de corporación y el colonato de esa zona) también dejo de existir.
El estudio detallado de la central azucarera de Juncos y el análisis de los contratos de siembra, molienda y refacción de su colonato es de gran beneficio para entender el desarrollo económico que experimentó ese municipio durante el siglo pasado. Este estudio sobre la Central Juncos me ayudó también a entender mejor un período tan importante y crítico de este municipio en el siglo XX; llenando un gran vacío en nuestra historia escrita de la industria azucarera. Esta investigación, pues, tiene el propósito de sacar este proyecto a la superficie para provocar una discusión sobre las implicaciones, limitaciones y aportaciones que tuvo este modelo económico en nuestra sociedad
El autor es historiador y profesor en la Universidad Interamericana, Recinto Metro y en la Universidad del Turabo del Sistema Universitario Ana G. Méndez.