La vandalización del mural conmemorando los 300 años de Río Piedras fue aclarada en el día de hoy, luego que el grafitero conocido como Klas se adjudicara la responsabilidad de haber pintado por encima del mural conceptualizado por Regina Bultrón Bengoa.
El grafitero, quien le solicitó a Diálogo que se le refiriera por su pseudónimo, opinó que el artista plástico Edgardo Larregui y Bultrón Bengoa están justificando el mural de Río Piedras sobre el suyo, el de Ske y el de Soten “porque cuenta con el apoyo del municipio y la asociación comunitaria”.
“El código entre los grafiteros y artistas urbanos es que todos los murales deben ser respetados. La única forma que puedes pintar sobre la obra de un artista es con su consentimiento”, destacó Klas.
“Ske y Soten no están contentos con la destrucción de su mural, pero no tuvieron parte en destruir el de Larregui y Bultrón”, afirmó Klas, “Fue un logro para que Soten viajara desde Copenhague, Dinamarca hasta Río Piedras, y una vergüenza para Puerto Rico que su trabajo fue destruido. Esto hará más difícil que lleguen grafiteros internacionales a la Isla”, añadió.
Klas hizo una distinción particular entre los grafiteros y los artistas urbanos. A su entender, “los artistas urbanos tienden a trabajar dentro de los confines de la ley y tienen vínculos más estrechos con instituciones públicas y privadas, y buscan endosos y fondos de empresas privadas o multinacionales”.
Por otro lado, Klas explicó que los grafiteros son altamente marginados por los artistas urbanos y su financiamiento institucional porque no operan dentro de los límites de las leyes.
“En el evento Los Muros Hablan, los organizadores prohíben el uso de letras en grafiti y no proveen materiales para nadie con la intención de pintar un mural en grafiti”, aseguró Klas.
Por su parte, Bultrón Bengoa aseguró que el mural fue trabajado para propósitos de ofrecerle un servicio a la comunidad mediante el arte y la tecnología.
Bultrón Bengoa fue invitada, junto a otros colaboradores, por la Junta Comunitaria de Río Piedras y el dueño del edificio del Sistema de Retiro de la Universidad de Puerto Rico, quienes les autorizaron a utilizar la pared donde estaban plasmados los primeros grafitis.
“Yo me comuniqué personalmente con uno de los artistas, quien tenía murales ahí y me comuniqué con él en tres ocasiones. Nunca me contestó, así que procedimos a continuar con la labor de pintar la pared”, indicó Bultrón Bengoa a Diálogo.
“Con comunicarme me refiero a que queríamos invitar a unas colaboraciones porque entendemos y respetamos el trabajo de los grafiteros y de los otros muralistas artistas de Río Piedras. Nuestra intención jamás y nunca fue faltarle el respeto a nadie”, afirmó.
Bultrón Bengoa aceptó que existen diferencias entre artistas urbanos y que tienen su derecho a diferir.
“Sé que la cultura del grafiti tiene unos códigos que ellos respetan mucho, pero nosotros no estábamos haciendo un grafiti; nosotros no buscábamos estar ocupando el espacio de nadie. Era simplemente facilitar una experiencia a la comunidad”, reiteró.
Asimismo, Bultrón Bengoa relató que se intentará rehabilitar el mural una vez establezcan un diálogo con el grafitero.