“Hasta que la AEE no cambie su modelo de negocio y busque producir energía con otros combustibles como el gas natural o fuentes de energía renovables, la deuda continuará aumentando”, afirmó el economista Antonio Rosado.
En entrevista con Diálogo, Rosado indicó que el mayor responsable de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es la estructura de producción de energía, que utiliza como base derivados de petróleo, sustancias que están sujetas a las fluctuaciones de precios del barril en el mercado.
Pero, ¿cuánto realmente representa el costo de estos derivados de petróleo para la AEE?
Luis Benítez, también economista y miembro de la Junta de Gobierno de la AEE, indicó que para el mes de febrero el precio del barril del combustible Bunker C fue alrededor de $69.68, para el destilado liviano $69.09 y $12.19 para el gas natural. En precios combinados del combustible, según Benítez, el total del barril fue de $72.14, un aumento de 12 por ciento en comparación al mes de enero.
Durante el pasado año, la AEE reportó contratos por $907,915,000 y $842,100,000 con la compañía Petrobas América por compra de combustible #6 o Bunker C, que se utiliza en las plantas de Aguirre, Costa Sur y Palo Seco.
Para suplir combustible #2 las centrales de Aguirre, San Juan, Cambalache y Mayagüez se reportó un contrato con Puma Energy por $335,602,800. Para suplir a Costa Sur y Vieques el contrato fue de $1,008,271 con la compañía Peerless Oil.
Con la empresa Petrowest, informó un acuerdo por gasolina y diesel por unos $4,075,139.35.
Todos estos gastos por compra de combustible de la AEE se ven reflejados en la factura de sus clientes, entre quienes se distribuyen los pagos utilizando una fórmula de ajuste.
Rosado argumentó que el gobierno de Puerto Rico y la AEE han lanzado una cortina de humo para distraer al pueblo del verdadero problema. De acuerdo con él, se han concentrado los esfuerzos en cumplir con la deuda, sin establecer un enfoque para cambiar el modelo de negocio de la corporación, dado a que responde a intereses económicos de algunos sectores.
“Todo lo que se ha invertido ahí es porque se tomó prestado, el hecho de que estemos utilizando petróleo todavía es una decisión gerencial de la AEE”, comentó Rosado.
En sus inicios la AEE era conocida como la Autoridad de Fuentes Fluviales, corporación establecida por la Ley número 83 del 2 de mayo del 1940, y que consistía en un sistema de generadores hidroeléctricos. Sin embargo, atisbando la incapacidad de este sistema para suplir energía a toda la Isla, cambió su modelo de negocio.
Desde la década del 50 la AEE ha dependido de líneas crediticias para subsidiar la compra de combustible para sus plantas generatrices y poder cumplir con la demanda energética. Esto ha significado la acumulación de una deuda pública, que se adhiere a otros factores colaterales como la extrema politización de la corporación y los numerosos proyectos que a través de los años no se han podido implementar por esta situación.
No se habló sobre cambiar el combustible
Precisamente, en el 2014 la AEE tuvo la necesidad de establecer un acuerdo con sus acreedores para poder extender el periodo de pago de una deuda de $700 millones, destinados a la compra de combustible.
Como parte de estos acuerdos, la corporación hizo un compromiso de establecer un plan de reestructuración y contratar una agente que lo viabilizara, para este cargo se escogió a la oficial Lisa Donahue.
Actualmente, el plan de negocio no ha sido completado. Sin embargo, el pasado 14 de abril Donahue se presentó ante el Senado de Puerto Rico para defender su labor en la AEE. En lo que se refiere al asunto del combustible ofreció varios detalles, pero no habló sobre un cambió sustancial de combustible.
“Un número significativo de las unidades de generación de la AEE están tecnológicamente obsoletas, requiriendo que la AEE deba confiar en un combustible caro”, argumentó en su ponencia.
Donahue agregó que el 80 por ciento de los gastos totales de la AEE están relacionados a la compra de combustible y energía. Sin embargo, denunció que en el momento en que llegó a la corporación, esta no tenía controles de inventario para el combustible, necesarios para no adquirir mayor cantidad del que se necesita.
La funcionaria también encontró que no existía relación interdepartamental entre varias oficinas encargadas de manejar la compra de combustible. En la ponencia, estableció que su equipo ha implementado un sistema de integración que incluye reuniones habituales para trabajar con esta situación
Finalmente, Donahue añadió que está en marcha un plan de racionamiento para el uso y la compra de los derivados de petróleo, que generó al momento de su implantación, $36 millones en ahorros y se prevé que economizará de $95 a $200 millones al año.