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Los alumnos del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se preparan para llevar a cabo una Asamblea, donde discutirán los pasos a seguir ante las nuevas políticas, que adelanta la Administración Universitaria. Según un rotativo del País, esta asamblea servirá para desarrollar un plan de acción que ayude a evitar un cambio en la política de exenciones de matrícula. Además de detener un plan de recortes de $100 millones al presupuesto de la institución, que, según su presidente, José Ramón de la Torre, enfrenta un déficit que oscila entre $150 y $200 millones. Por estas y otras razones más, los estudiantes – miembros del Comité Acción de Humanidades Ocup(arte) – se levantaron ayer a eso de las 4:00 a 5:00 a.m. con todo un plan trazado para retomar los espacios de la universidad y ejercer presión sobre la administración, pero lo curioso: no a modo de piquetes y marchas, sino con arte. Su intensión era mostrar a través de pancartas, pintura, actuaciones y demás métodos posibles bajo la libertad de expresión, que como estudiantes no están satisfechos con la forma en que se está administrando el primer centro docente del país. “La persistente amenaza contra las artes liberales por los continuos recortes presupuestarios [eliminación de programas de bachillerato, de cursos y de exenciones de matrícula] y la falta de compromiso con promover su desarrollo más allá de los portones nos motiva a tomar acción”, continúa leyendo el comunicado. Según iban llegando los demás estudiantes universitarios, se daban cuenta de que un hecho histórico y diferente acontecía: todos los salones tenían los pupitres y escritorios puestos boca abajo. Para que fueran asimilando lo ocurrido les era entregado a su entrada un boletín informativo. “Hoy es un día para que salgas de la rutina. Únete y participa”, les decían al entregarles el boletín que la mayoría leía con curiosidad. Para Alejandra García Sierra, estudiante miembro de Ocup(arte), el virar los pupitres y escritorios “es una manera creativa para sacar a las personas de los salones y animarlos a que participen. Es una forma pasiva en que evitamos la confrontación”. De forma parecida declaró Iván Chaar López, estudiante de maestría en Historia. “Estamos hartos de los piquetes que se llevan a cabo sin transformar nada. Queremos romper con la monotonía. No es cerrar espacios, sino transformarlos”. Reacciona la comunidad universitaria Entre los pasillos, algunos andaban exaltados ante tales acontecimientos. “Hay revuelo en la universidad hoy”, le decía un muchacho a otro sonriendo. Otros estaban confundidos sin saber qué opinar, simplemente ajustándose a las acciones de los manifestantes y aceptando lo que sería un día anormal de clases. Sin embargo, no faltaron aquellos que ejerciendo su estado crítico se cuestionaban cuán efectiva será la asamblea de mañana y las razones del por qué ellos no podrán tomar sus clases por las que pagaron. Fueron varios los profesores que aceptando la voluntad del estudiantado, se reunieron con sus estudiantes fuera del salón de clases, en el cuadrángulo de humanidades o en los pasillos de la facultad. Entre ellos la profesora de francés Mary Axtmann. “Hemos decidido hacer el programa de clase que correspondía afuera del salón de clases respetando el contexto histórico e internacional de la protesta estudiantil. Respetando la voluntad de los estudiantes de cuestionar las prioridades que el Gobierno de Puerto Rico ha establecido”, declaró Axtmann.