¿Quién fue Robert Kearns? No mucha gente lo sabe, pero fue el inventor del limpia parabrisas, ese ingenio mecánico que usamos tan frecuentemente. Pero esto cambiará próximamente con el estreno de la película “Flash of Genius”, un filme biográfico sobre la vida de este inventor. Definitivamente el biopic (palabra anglosajona que proviene de la conjunción de biography y picture) tiene un efecto curioso. Sin duda es uno de los géneros que explica con más fidelidad el conflicto permanente en el que vive el cine posmoderno, envuelto permanentemente en el cliché, el eclecticismo, el pastiche, el remake, las sagas y la repetición de patrones. El biopic va un paso más allá, porque el personaje retratado es quien lleva el argumento de la película debajo del brazo. La trama es precisamente la historia de la persona que ha sido la inspiración para el filme. Muchos críticos de cine sienten una relación de amor-odio con este género pues, produce, según ellos, películas terribles que se llevan todos los premios y el amor del público. Comencemos explicando las razones del odio. A veces vemos películas con situaciones demasiado fantásticas para ser verdad o empalagosamente cursis y casi siempre reaccionamos adversamente. Pero, si durante un tráiler en el que se nos muestra una historia en la que un tipo supera todos los obstáculos que se le presentan en la vida (y vaya que son muchos y terribles) y termina convirtiéndose de pobre a millonario, tan sólo por la fuerza de su voluntad, la tildamos de la típica película “hollywoodense” que promueve el sueño americano. Pero basta con que al final del tráiler salga la frase mágica “basada en una historia verdadera” y rápidamente nuestra concepción cambia totalmente para entonces catalogar la película como una historia de superación, tenacidad y alto contenido humano. La película pasa de la condena a la gloria como si el guión hubiese cambiado totalmente. El filme al que me refiero es “The Pursuit of Happiness” de Gabriele Muccino, con la impresionante actuación de Will Smith.
Y es que, a partir del momento en que se nos informa que la historia está basada en la vida real de un individuo, perdonamos todos los clichés, los excesos romanticones y cursis, el abuso de la violencia e incluso el derroche de sexualidad en la pantalla. Pero el amor hacia las películas biográficas también tiene razones poderosas. Los biopics nos dan la oportunidad de conocer figuras históricas grandes y pequeñas. Con los personajes más famosos, se da la oportunidad de presentarlos desde puntos de vista anteriormente no explorados. Ejemplos de esto serían “The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford” con Brad Pitt como el ladrón Jesse James, “Man on the Moon” en la que Jim Carrey encarna al comediante Andy Kaufman y “Monster” en la que Charlize Theron revive a la asesina en serie Aileen Wuornos. Con los personajes menos populares, se presenta la oportunidad de dar a conocer historias interesantes y llenas de genialidad, que de no ser por estas películas, permanecerían perdidas para siempre en el olvido. Ejemplos de esto son las películas “A beautiful mind” con Russel Crowe o la exitosa “Erin Brockovich” de Steven Soderbergh, protagonizada por Julia Roberts. Una película próxima a estrenarse que también ejemplifica esto es el filme “Bronson”, que no tiene nada que ver con el actor Charles Bronson, sino con un criminal llamado Mickey Peterson, cuyo pseudónimo era el nombre del actor de Deathwish, y que fue considerado “el prisionero más peligroso de Gran Bretaña”.
El género biográfico funciona además para revivir figuras carismáticas de la historia y el arte. Los fanáticos de Ray Charles vibraron emocionados al ver a su ídolo en pantalla, magistralmente interpretado por Jammie Foxx en “Ray”. De igual modo, promete cumplir con este cometido la película “Gospel According to Janis” sobre la cantante Janis Joplin. Este género además sirve para darle la importancia que merecen ciertas figuras históricas y las causas que representan. Harvey Milk, político y activista gay estadounidense, quien fuera el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido para un cargo público en los Estados Unidos, recobró su importancia después de la celebrada película “Milk” en la que Sean Penn ganó varios premios por interpretarlo. Fue tanto el auge de la historia de este personaje que el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien abiertamente se negó a leyes como las que apoyaban el matrimonio entre homosexuales, firmó el lunes una ley que instaura el “Día de Harvey Milk”. Lamentablemente hay otros biopics geniales que pasan desapercibidos. Este pareciera que será el caso de “Creation”, un film que muestra la lucha entre la ciencia y la Iglesia, basado en la vida de Charles Darwin, protagonizado por el maravilloso actor Paul Bettany y la siempre genial y hermosa Jennifer Connelly. Esta película no consigue distribuidores para los Estados Unidos debido a que es demasiado controversial para un país en el que sólo 39% de la población acepta la teoría de la evolución de las especies.
Para este año ya se ha hablado del estreno de varios biopics, algunos sobre la vida de Nelson Mandela, Alfred Hitchcock, Coco Chanel, Kurt Cobain, Abraham Lincoln, Nina Simone, Marilyn Monroe, Ian Fleming, Joe Namath y Milli Vanilli, entre otros. Esperemos que traigan buenos aportes al género, a ver si la relación de amor y odio se inclina más hacia el afecto.