Cuando Angelin, quien compitió en 1,500 metros, llegó a la meta ya la medalla de oro la esperaba. Al momento de subir al podio de ganadores la acompañó todo el recinto de Cayey que, según el historiador y exatleta Virgilio Valentín, no alcanzaba medalla de oro desde el 1998 en una competencia.
A los nueve años de edad la atleta de UPR Cayey comenzó a correr representando a su escuela, luego de que varias personas vieran su potencial, formó parte del club de atletismo Cupey Track. En este club de atletismo tuvo como entrenador a Florencio González Nieves, quien se encargó de prepararla hasta los 17 años de edad.
Con la meta de convertirse en quiropráctica atlética, entró a estudiar biología en Cayey. Actualmente cursa su tercer año universitario y, además de su carga académica, forma parte de los atletas de su institución. En las Justas del 2014 logró traer la medalla de plata en la competencia de 1,500 metros, pero en esta edición de las Justas y en la misma competencia, se alzó con la presea dorada.
“Yo esperaba ganar oro, era lo que yo quería y tenía en la mente que lo iba a lograr. Todo el tiempo confié y se me dio. El año pasado logré la plata y como la que ganó en el 2014 terminó su año LAI, yo esperaba ganar. Aunque siempre pueden pasar otras cosas, el secreto es mantener el positivismo”, aseguró.
Según Valentín, la UPR de Cayey tuvo una época de gloria en la década de los 70 cuando logró convertirse en la primera institución pequeña del sistema UPR en ganar la copa global, además de los recintos de Río Piedras y Mayagüez. Este exatleta, que se ha encargado de reunir la historia deportiva de la universidad cayeyana, dijo que sus recopilaciones demuestran que Angelin es la primera atleta que trae medalla de oro a su institución desde el año 1998.
“Yo esperaba mucho de ella porque el año pasado hizo un buen papel. Viéndola practicar este año esperaba que volviera a ganar medalla. Si te digo que esperaba oro te miento, pero sí esperaba medalla. Pero cuando fue transcurriendo la carrera me convencí que ella sería la medallista de oro”, confesó Valentín.
Por su parte, Figueroa, quien pronto cumplirá 21 años de edad, admitió que ser atleta y estudiante conlleva una serie de sacrificios, entre ellos, dejar de pasar tiempo con la familia, pareja y amigos para dedicarle tiempo a su entrenamiento. Pero reconoció que la satisfacción que le brinda la medalla de oro hace que valga la pena todos los sacrificios.
“[La medalla de oro] significa todos y cada uno de mis entrenamientos y sacrificios. Significa también alegría porque hay muchas personas que siempre estuvieron presente y que se sienten bien agradecidas de que yo haya alcanzado oro para la Universidad después de tantos años”, sostuvo la medallista de oro.
La joven agradeció a su familia, a su entrenador, a su novio, y a la gente de Cayey por su respaldo, y aseguró que es un honor y un orgullo que su carrera les haya llenado de felicidad y gozo.
“Se puede llegar lejos”
Elvia Nevárez, estudiante atleta de la UPR en Bayamón, participó en la competencia de lanzamiento de bala de las Justas de la LAI 2015. Pero su proceso de entrenamiento y preparación requirió muchos sacrificios. Nevárez no cuenta con un vehículo con el que pueda viajar desde su pueblo natal, Dorado, hasta la Universidad, por lo que diariamente recurre al uso de guaguas públicas y de la ayuda de algún alma solidaria que la lleve de regreso a su casa una vez termina su entrenamiento.
Sin embargo, después de un año de entrenamiento y sacrificios, Nevárez puede decir que todo valió la pena, pues logró alzar la medalla de oro en la competencia de lanzamiento de bala y la medalla de plata en la competencia de judo en las Justas de la LAI 2015.
La medallista de oro, quien estudia contabilidad, se encuentra en su quinto año de bachillerato y desde el tercero participa en la competencia de lanzamiento de bala en las Justas de la LAI. Además de conquistar el oro en esta edición de la competencia, en 2014 ganó la medalla de plata.
Anterior a Nevárez, durante los años 1998 al 2000 una estudiante colombiana había logrado regalarle a la UPR de Bayamón medallas de oro en la misma competencia. Es decir, hace quince años esta institución no gozaba de medallistas de oro en esta categoría.
“Hace dos semanas abrí una cuenta en Facebook y luego de mi desempeño mucha gente me felicitó. Gente que no sé quienes son me felicitaron, fue bien bonito. Cuando me tocó recibir la medalla me sentí bien contenta, pude ver que se puede lograr las cosas y uno puede llegar lejos”, compartió.
Además del lanzamiento de bala a Nevárez le gusta el baloncesto y la salsa. Vive con su madre y dos hermanos, quienes representan todo para ella. Entre sus metas profesionales, la estudiante atleta espera poder convertirse en una contable certificada y completar una maestría. Mientras que atléticamente sus metas son algún día poder representar a Puerto Rico en algún evento internacional.