El filme boricua Antes que cante el gallo, aclamada por el público y la crítica, ha generado discusión en diferentes foros del país, incluyendo la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH).
El pasado martes, el director de la pieza Arí Maniel Cruz, las actrices Cordelia González y Miranda Purcell, el actor José Eugenio Hernández y el editor Andrei Nemcik, compartieron con estudiantes de la unidad universitaria en un conversatorio auspiciado por el Departamento de Humanidades.
Cruz relató todo el proceso de producción de la película y les dejó saber a los alumnos el esfuerzo que hacen los cineastas del patio para adelantar sus proyectos fílmicos.
Todo comenzó, comentó el director, cuando se mudó con quien sería su pareja y guionista de la película, Kisha Tikina Burgos, a la ciudad de Nueva York, en el 2007. Allí, ella cursaba sus estudios de maestría en escritura dramática en Tisch School of the Arts. Como parte de los requisitos de su grado académico, redactó dos guiones. Posteriormente, estos textos se convirtieron en la película Antes que cante el gallo y en Under my nails, el primer filme de ambos.
El escrito fue sometido a varios proceso de reescritura. Al depurarlo, decidieron presentarlo en varias convocatorias, como a la Corporación de Cine de Puerto Rico (CCPR), para conseguir fondos y poder producirlo, pero la idea fue rechazada. De acuerdo con Cruz, no fue hasta 2013 que el proyecto logró el financiamiento de la CCPR. La película se rodó en el 2014, continuó en postproducción durante el 2015 y se estrenó este año.
En el foro, los presentes elogiaron la estructura narrativa del filme, la cual Cruz identificó como una enfocada en “subtemas”, que no ofrece datos obvios a la audiencia sino que le permite hacer sus propias conjeturas de lo que posiblemente está ocurriendo en la historia.
En el conversatorio se destacó que Antes que cante el gallo abarca temas como el incesto, la falta de responsabilidad por parte de los padres, la hipocresía religiosa, la falta de educación y su correlativo de pobreza.
“La narrativa principal nos lleva por un camino que pareciera común pero cada vez te traiciona hacia una dirección nueva y no te dice lo obvio”, señaló el director.
En apoyo a esta idea, Hernández, profesor de teatro en la UPRH y también actor principal del filme, dijo que “la película te presenta unas imágenes y es el público quien les da el significado. Es el juicio del espectador que llega a conclusiones. Ese juicio puede ser empático y comprensivo con los personajes y con sus mundos o puede ser uno muy severo y llegar a conclusiones severas”.
Asimismo, Purcell reconoció que su papel interpretando a Carmín, el personaje principal de la película, fue un reto. Esto a razón de las múltiples escenas “fuertes” que tuvo que caracterizar. Sin embargo, la joven histrión lo tomó como una enseñanza para cuando en un futuro le toque desarrollar personajes más complejos. Sus padres, aseguró, fueron trascendentales en el proceso de aceptar el papel y todas sus complejidades.