La colección “Soda Pop Anthology”, un compendio de cómics cortos creados, dibujados y escritos por artistas puertorriqueñas del medio, saldrá a la venta el próximo 4 de octubre.
Esta publicación tiene como norte presentar al público lector de cómics el trabajo de un grupo cuya representación es escasa a nivel mundial: las mujeres creadoras en el medio.
La antología fue curada por Soda Pop Comics, dúo compuesto por Carla Rodríguez y Rosa Colón, artistas que crean y publican sus propios cómics, escritos en español e inglés. En la carta del editor que abre este nuevo proyecto, Soda Pop Comics confiesan lo orgullosas que están del trabajo de las artistas invitadas, algunas de las cuales nunca habían hecho cómics antes de colaborar en la primera versión de la antología.
Varios de los trabajos fueron publicados anteriormente en una serie de cuatro cómics del mismo título el año pasado. Por eso, esta nueva edición, compendiada en un libro de portada suave, contiene historias nuevas, entrevistas con artistas, ensayos académicos sobre el medio e instrucciones para hacer cómics.
"Portales", de Ivia E. Pantoja.
Reseña de “Soda Pop Anthology”
Para trabajar en el medio del cómic es necesario dominar dos disciplinas muy diferentes: el arte del dibujo y la escritura de libretos.
Varias de las artistas que aportaron historias para la antología demuestran talento en ambos ámbitos. Ivia E. Pantoja, por ejemplo, posee un estilo de dibujo auténtico y distintivo, con algo de influencia japonesa. Su segunda historia, “Portales”, es una mininarrativa sin diálogo bien lograda. De otra parte, el equipo compuesto por Gretel I. Cummings y Yesenia Rodríguez presentan dos viñetas sencillas que funcionan por la fluidez visual de la historia contada.
Dos de las entradas de Soda Pop Comics en la antología son encantadoras, quizás de lo mejor de su trabajo narrativo. De igual modo, la labor de Rosaura Rodríguez, de Días Cómic, es de fiar, como siempre.
"Navaja Rosa" de Alanna Marie es otro de los cómics destacados de la antología.
A pesar de este notable trabajo artístico, entre las demás colaboraciones del “Soda Pop Anthology”, hay una falta de dominio en el arte del dibujo y en la escritura de libretos.
Pocos de los cómics cuentan con el orden de texto e imagen necesario para contar claramente su historia, característica esencial del medio. También hay errores ortográficos y sintácticos, y al menos dos de las historias cuentan con traducciones torpes del inglés. Por último, parte del arte en el “Soda Pop Anthology” es claramente aficionado, lo que contrasta con las aportaciones que sí ganaron su lugar en la antología.
Creo que, como antología, se hubiese hecho una labor mejor lograda de haber contado con más tiempo o mayor rigor editorial. La industria de los cómics —aquí y en todas partes— es un boy’s club, problema que hay que atacar. Además de las exponentes destacadas de la antología, nuestro País cuenta con una inacabable cantera de talento femenino en las artes gráficas (puedo mencionar algunas: María Varona, Mariela Pabón, Lorraine Rodríguez, Mya Pagán, Carina Tort, Odalis Gómez). Como ávido lector de cómics, considero que sería interesante ver si otras artistas como esas, que normalmente trabajan otros medios como el arte gráfico, la pintura o el dibujo, se motivan a incursionar al arte del cómic.