WASHINGTON (Reuters) – El Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete de $789.000 millones de dólares en recortes de impuestos y programas de gasto destinado a revivir la alicaída economía, lo que significaría una victoria grande -aunque agridulce- para el presidente Barack Obama. El nuevo presidente, con sólo tres semanas en el cargo, había buscado un amplio apoyo bipartidista para la iniciativa de estímulo económico, pero las diferencias irreconciliables con la mayoría de los republicanos sobre el tamaño y el alcance del plan le impidieron lograr esa meta. En cambio, se prevé que sólo un puñado de republicanos vote a favor de la medida, que incluye créditos impositivos para individuos y familias, decenas de miles de millones de dólares para proyectos de infraestructura y ayuda para los crecientes números de desempleados, además de asistencia para las personas que no tienen seguro médico. El paquete se divide entre un 36 por ciento de recortes de impuestos y un 64 por ciento de gastos y otras medidas, algo debajo de la relación 40/60 que había pedido Obama en su esfuerzo para empezar a sacar a la economía de una recesión que comenzó en diciembre del 2007. Como parte de su campaña para conseguir respaldo para el paquete, Obama volará a Peoria, Illinois el jueves y visitará una fábrica perteneciente al productor de equipos pesados Caterpillar Inc, que según dijo el mandatario, volverá a contratar algunos trabajadores despedidos si se aprueba el estímulo. “Estamos a punto de conseguir que este plan sea aprobado por el Congreso, pero el trabajo no terminó”, dijo Obama. “Cuando lo hagamos, el desafío pasará a administrar exitosamente esta tarea de enorme alcance y escala”. El paquete de estímulo fue finalizado tras unas maratónicas conversaciones entre un pequeño grupo de negociadores en la Cámara de Representantes y el Senado. Ambas cámaras podrían votar el jueves el proyecto final, pero también existe alguna posibilidad de que los tiempos se prolonguen. Obama había pedido al Congreso actuar antes del próximo fin de semana largo por un feriado estadounidense, con la esperanza de que el estímulo empiece a crear o salvar hasta 4 millones de empleos. Bajo el acuerdo de compromiso, los senadores estimaron el número de empleos más cerca de los 3,5 millones. La aprobación del proyecto en el Senado ha dependido del respaldo de un grupo de republicanos moderados y los negociadores acordaron reducir algunas propuestas para lograr su apoyo.