
Se trata de saltar al vacío. Esa es la sensación de los creadores del Festival de la Palabra que inaugura este mes del 22 al 25 en el Viejo San Juan. Para la capitana del barco, Mayra Santos-Febres, sin embargo, se trata de mucho más que zarpar a ciegas. De hecho, son doce quienes se lanzan en dicha travesía para intentar posicionar al evento como una ventana al exterior. A su vez, se busca crear un punto de encuentro que propicie un robustecimiento del tejido cultural en nuestro archipiélago, según la escritora.
Para esta edición –a diferencia de las anteriores– se aumentó el número de escritores participantes. “No cortamos el número de autores, de hecho, lo aumentamos porque estamos locos. Tampoco las visitas ni talleres a escuelas”. La locura se debe, en parte, al hecho de que cada vez el festival recibe menos ayuda monetaria de parte del Estado o del Departamento de Educación, dejó entrever, y es entonces cuando se hace preciso redoblar esfuerzos para garantizar que este sea libre de costo al público.
“El festival siempre es una cajita de sorpresas”, dice Santos-Febres al otro lado del teléfono. Precisamente, este año las discusiones girarán en torno a la crisis que atravesamos, esa palabra tan manoseada que en ocasiones se utiliza vaciada de sentido. Escribir en tiempos de crisis, pues, como una forma de problematizarla para intentar entenderla. Y actuar. No en balde, la palabra crisis proviene del griego κρίσις, que sugiere la elección de otro rumbo.
La clave de este año parece residir en las alianzas, según ha quedado demostrado. El Festival de la Palabra, en su sexta edición, ha estrechado lazos con países como España y México, y tiene la valía de ser uno de los pocos festivales literarios de y para la sociedad civil. Según la doctora, el esfuerzo más importante que realiza este junte es el que refiere a las visitas y talleres a escuelas del país. Lo que buscan, en definitiva, es la integración del escritor puertorriqueño a las aulas. “Nos interesa que se fomenten discusiones y lecturas de una manera distinta a la que el sistema educativo tiene acostumbrados a nuestros estudiantes”, indicó. Alrededor de sesenta escuelas tendrán el chance de recibir visitas del festival.
Para esta edición, medio centenar de escritores tanto locales como internacionales llenarán el Paseo de la Princesa, espacio que se transformará en una gran librería. Entre ellos destacan el peruano Fernando Iwasaki, el chileno Hernán Rivera Letelier, los mexicanos Mario Bellatín o Paco Ignacio Taibo II y el dominicano Pastor de Moya. Por su parte, Puerto Rico tendrá una amplia representación: Yolanda Arroyo Pizarro, Aurea María Sotomayor, Juanmanuel González Ríos, Sergio Gutiérrez, entre otros, son apenas una muestra de lo que habrá de esperarse. Además, habrá varias presentaciones musicales: Los Pleneros de la Cresta, Yuba Iré, la PVC, entre otros. Al menú se le suman varias presentaciones sobre literatura infantil.
Como en versiones anteriores, este festival destacará a un escritor. Esta vez le tocará el turno al cineasta Jacobo Morales. De igual modo, el evento le estará dedicado al poeta Francisco Matos Paoli. A la lista de honores se añade el premio Nuevas Voces al escritor y profesor Sergio Gutiérrez, además del Premio Las Américas, el cual destaca una obra contemporánea del continente, tipo Pulitzer, con un jurado compuesto por escritores entre los que sobresalen los españoles José Ovejero y Edurne Portela.
Con respecto a la dedicatoria a Matos Paoli, la escritora fue clara. “Se trata de una promesa”. Esta la contrajo con el fenecido religioso y escritor Ángel Darío Carrero. A ello añadió que era imperativo celebrar o, más que celebrar, agradecer al poeta que le cantó feroz a la locura. No sólo se cumple el centenario de su natalicio, sino que Matos Paoli estuvo preso por razones políticas en el mismo lugar donde se desarrollará el festival. “Nosotros tenemos otro compromiso importante con un preso político que nos queda, que es Oscar López Rivera”, dijo. Y añadió que la situación de López Rivera es “una deuda histórica y de derechos humanos”.
De otro lado, este año el evento recibirá a editoriales extranjeras, además de las locales: Fondo de Cultura Económica (México), La Pereza Ediciones (Miami), La Valiente (Guatemala), entre otras. La editorial Planeta, por su parte, enviará a varios de sus escritores. Como novedad, este mes se traerá a un grupo de estudiantes latinos en los Estados Unidos. “Queremos que Puerto Rico también sea un punto de encuentro para la diáspora latina en EE. UU”, indicó Santos-Febres.
“No somos un montón de egocéntricos buscando un aplauso”, dijo la doctora al ser cuestionada por los ataques de que ha sido objeto en varios círculos literarios del país. De otra parte, bromeó al decir que el festival le “deja muchos divorcios”. Y en tono menos jocoso resaltó la labor de sus compañeros. “Hemos logrado crear un equipo de trabajo excepcional. Un equipo ma-ra-vi-llo-so de doce locos montando un festival”. Con la voz más suave, añadió que “hay gente que quiere servir desde las artes. La visión de lo que yo creía que era crear se ha ensanchado”, remató.