Empecé a trabajar a los 16 años. Como cualquier adolescente ansiaba la independencia, por lo que encontré pertinente entrar al mundo laboral para, poco a poco, poder adquirirla. Siempre he conocido lo que es estudiar y trabajar. No es imposible, pero tan poco es fácil mantener notas decentes y cumplir con los requisitos de profesores exigentes, mientras cubres turnos de 18 a 30 horas semanales. Actualmente, estoy en mi último semestre de barchillerato, por lo tanto, la presión de pasar las clases es extrema. Estoy cursando cuatro clases, cumplo con 12 horas semanales de práctica supervisada y trabajo 25 horas semanales en una carreta en Plaza Las Américas. Además, tengo sólo 21 años por lo que me gusta tratar de tener una vida social, aunque a veces la Universidad exige tanto en el poco tiempo libre que me queda, que me convierto en una ermitaña y no veo el sol por un mes. El tiempo no da, y sé que hay muchos como yo. Las cosas están malas y tenemos que trabajar. Mis únicos momentos de respiro son después de las 9 de la noche, cuando salgo de trabajar, y los domingos, que son turnados entre los empleados, y cuando los tengo que trabajar salgo a las 5 (a menos que sea día de hacer inventario), lo que permite tener la tarde para estudiar y socializar. ¿A qué viene todo esto? En estos momentos, algunos legisladores entienden que es pertinente enmendar la Ley para Regular las Operaciones de los Establecimientos Comerciales, mejor conocida como Ley de Cierre. Actualmente, los centros comerciales operan de 9 de la mañana a 9 de la noche, y los domingos, de 11 a 5 de la tarde. Además los empleados que trabajan domingos cobran a tiempo doble. Esta medida, de aprovarse, permitiría que abran todos los días de 5 de la mañana a 12 de la media noche. Entre los argumentos, explican que ayudaría a la economía y a crear más empleos, ya que, al tener más horas para operar tendrían que conseguir empleados que cubran esas plazas. Hay que darles un ¨reality check¨ a nuestros senadores y representantes. A continuación, 9 razones por las que esta idea no sólo propone todo lo contrario para los comerciantes, sino que además es frívola y cruel. 1. Los centros comerciales han bajado las ventas tanto que, en una misma semana, cerraron tres joyerías en un pasillo de Plaza las Américas, el centro comercial más grande del Caribe. Sólo por mencionar un ejemplo. 2. En la mayoría, sino todas, las tiendas están bajando las horas a los empleados. Esta medida obligaría a los comerciantes a contratar empleados para crubir los turnos nuevos sin poder pagarles o tener que venir ellos a cubrir las horas. 3. La razón por la que no se está vendiendo no es por el horario, es porque no hay dinero. Tener más horas no va a hacer que se venda más, sólo que las personas cambien su horario de compras. 4. La mayoría de los empleados de las tiendas son estudiantes. Este proyecto llevaría a que les suban las horas quitando a los estudiantes horas que necesitan para sus trabajos y/o reuniones universitarias. 5. Se quita el beneficio de cobrar doble los domingos. !Fatal! Eso no es un alivio al bolsillo, al contrario, le hace un boquete. 6. ¿Qué día tendrán, entonces, los empleados de tiendas para compartir con su familia? o -aunque sea y si es el caso- ir a la Iglesia… 7. No sólo pierden los empleados, los comerciantes pequeños, también salen afectados. 8. Los días que se tiene que hacer inventario, se gasta más dinero todavía. Se le pagó al empleado que cerró a las 12 el domingo, y al que se quedó de 12 a 5 haciendo el inventario de la tienda. Eso, si no es que se le tuvo que pagar horas dobles. 9. Las tiendas que requieren de un gerente presente en todo momento, tendrán que contratar otro gerente, es decir un sueldo adicional a más del minímo federal o doblar el turno de algún gerente. Lo que significa más dinero gastado que no se reflejará en las ventas y menos tiempo para ese gerente descansar y compartir en familia. No digo que la Ley sea perfecta, es cierto que el hecho de cerrar ciertas góndolas en los estableciemientos afecta el derecho del consumidor a comprar lo que necesita, cuando lo necesite, y tal vez, esa pauta se pueda modificar. Pero tampoco es algo del otro mundo, es sólo un día. Además, el derecho de comprar cuando lo necesite, la ley no lo afecta. Los consumidores tiene muchos establecimientos que permanecen abiertos las 24 horas del día, y mientras, tienen todo el día para salir a comprar, ¿acaso 12 horas no son suficientes? No entiendo como los comerciantes pueden estar de acuerdo, ¿es que no ven cómo les puede afectar? Volvemos a perder el tiempo en el Capitolio. Gastando energías y tiempo tratando de cambiar asuntos que no afectan la situación actual del país, en lugar de preocuparse por las cosas importantes. Siguen haciendo proyectos de ley para enmendar leyes, en lugar de hacer cambios nuevos, que de verdad ayuden. Sin olvidar, cuando pierden el tiempo creando leyes de más, con asuntos que estan estipulados en otras leyes existentes. Y todo esto para hacer creerle al pueblo que están haciendo algo. Vamos a despertar ya, por favor, que nos tienen adormecidos.