LAHORE, Pakistán (Reuters) – Fuerzas de seguridad paquistaníes tomaron el control de una academia de policía en Lahore, después de que milicianos irrumpieron temprano en la mañana en el inmueble, matando hasta 26 personas y dejando a 89 policías heridos antes de atrincherarse durante horas. “La operación ha concluido. Cuatro terroristas murieron y tres fueron arrestados”, dijo a Reuters el secretario del Ministerio del Interior Kamal Shah, quien agregó que 89 policías resultados heridos, pero que aún están evaluando el número de fallecidos. Canales de televisión mostraron policías festejando, alabando a Dios y disparando al aire, poco después de un intenso estallido de armas de fuego dentro de la academia. “Parecía el Día del Juicio Final; cada hombre estaba por su cuenta. Todos los jóvenes intentaban correr para salvarse”, dijo a periodistas un joven cadete con las manos vendadas en un hospital. Inevitablemente, este ataque aumentará los temores por la creciente inseguridad en Pakistán, un país que cuenta con armas nucleares.
El asalto se produjo menos de un mes después de que una decena de personas armadas atacara en esta ciudad al equipo de cricket de Sri Lanka, matando a seis policías y un conductor de autobús. Los responsables del hecho escaparon. Un policía herido describió cómo los atacantes lanzaron su ofensiva cuando los reclutas estaban realizando su ejercicio matutino en la plaza de armas de la academia de Lahore, en el este del país. “Una granada alcanzó a la sección que está al lado de la nuestra (…) luego se escucharon disparos durante 20 minutos”, dijo el policía a periodistas reunidos alrededor de su cama de hospital. “Un hombre con ropa clara, creo que era blanca, se paró frente a nosotros y comenzó a disparar. Querían causar todo el daño posible”, describió. Los islamistas han lanzado una campaña de violencia para desestabilizar el país, de 170 millones de personas y mayoría musulmana, y han puesto en jaque la capacidad del Gobierno, que lleva un año en el cargo, para afrontar el reto. Tropas paramilitares y del Ejército organizaron un asedio al centro, disparando desde los tejados de los edificios cercanos, mientras los atacantes devolvían el fuego con pistolas y lanzaban granadas para mantener alejadas a las fuerzas de seguridad. Antes de que terminara el asedio, el jefe de la policía de Punjab, Khawaja Khalid Farooq, dijo que uno de los supuestos atacantes había sido capturado. Las imágenes mostraban a agentes pateando a un hombre con barba antes de llevarlo a través de un grupo de periodistas. Los informes indicaron que el sospechoso fue capturado con una granada y que tenía un pasaporte afgano, aunque un cadete que salió ileso del asalto dijo que escuchó a los atacantes hablando un dialecto común del sur de Punjab, cuya capital es Lahore. Canales de televisión dijeron que varios cientos de reclutas se hallaban en el centro cuando ocurrió el ataque. Taseer dijo que algunos de los milicianos usaron máscaras. Un testigo contó a Reuters que los atacantes se movieron en grupos de tres o cuatro desde todos los flancos, y lanzaron granadas antes de comenzar a disparar contra los cadetes reunidos en la plaza de armas. Un canal mostró imágenes donde decenas de policías se hallaban tirados en el suelo, algunos aparentemente sin vida y otros intentando incorporarse. La violencia militante aumentó en Pakistán desde mediados del 2007, con ataques contra las fuerzas de seguridad, miembros del Gobierno y blancos occidentales. Aunque ha habido ataques en todas las grandes ciudades de Pakistán, la mayor parte de la violencia ha ocurrido en la región noroeste, cerca de la frontera afgana. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apoya al Gobierno del presidente Asif Ali Zardari una pieza central de su revisión de la política estadounidense hacia Afganistán y Pakistán anunciada el viernes, y que supuso la supresión de Al Qaeda como su principal objetivo.