El mundo es tan diverso como la cantidad de seres humanos que lo habita. Cada uno con necesidades específicas y maneras de vivir la realidad. La comunidad de personas con impedimentos auditivos, por ejemplo, es un grupo que -como todos los demás- requiere de servicios de salud particulares. Para esto, existe un profesional que se especializa en atenderles: el audiólogo.
De acuerdo con la doctora Soami Santiago, catedrática del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), este experto se encarga de proveer servicios preventivos, de diagnóstico y rehabilitación a las personas con discapacidad auditiva y patologías en su sistema de balance.
Un audiólogo, por ejemplo, puede dedicarse a hacer cernimientos a recién nacidos para detectar si tienen algún inconveniente en su sentido de audición. También, está capacitado para recetar prótesis o audífonos y ofrecer terapias para contrarrestar los daños en el sistema de balance. Puede, además, hacer análisis de los niveles de ruido en ambientes de trabajo para recomendar a los patronos cómo proteger a sus empleados de sufrir daños en sus oídos. La preparación holística de este profesional, sostuvo la profesora Santiago, le permite desempeñarse en ambientes educativos, instituciones hospitalarias, iniciativas comunitarias, la práctica privada y realizar investigación.
Según el Buró de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, se prevé que esta profesión crezca en un 29% para el 2024. La misma fuente destaca que el salario promedio es de $74,890 al año. En Puerto Rico, sentenció la doctora Grace Owen, directora del programa de Audiología del RCM, no existe un dato específico de cuánto genera anualmente un profesional de la audición. No obstante, Owen recalcó que es un trabajo “atractivo” y que vale la pena invertir en educarse para él.
Santiago comentó que en la isla hay audiólogos que pueden generar hasta $200 mil al año, dependiendo del área geográfica en la que trabajen, la población que atiendan y los servicios que ofrezcan. Pero para esta audióloga, lo mejor de dedicarse a tratar a las personas con impedimentos auditivos es la satisfacción de ayudar a otros.
La salud auditiva en Puerto Rico, un terreno de contradicciones
En el 2000, en Puerto Rico había 150,000 personas con impedimentos auditivos, de acuerdo con el Buró del Censo de los Estados Unidos. Al momento, se desconoce la cantidad de individuos que componen esta comunidad.
“Yo cuestiono esa cantidad de ciudadanos. Las preguntas del Censo no fueron muy discriminatorias en ese sentido y hay muchos cuestionamientos sobre la data que se recogió. Ese número para mí está subestimado, en Puerto Rico hay más personas con problemas de audición”, explicó la doctora Santiago.
Para la catedrática del RCM, hay personas que no reconocen que tienen problemas de audición y la falta de atención preventiva en el país hace más difícil su identificación. La Organización Mundial de la Salud ha previsto que, en los próximos años, la población de personas con impedimentos aumente, a causa del envejecimiento poblacional. Empero, Owen acotó que el uso excesivo de audífonos y la contaminación de ruido en nuestro país está también afectando a los más jóvenes, quienes cada vez más requieren de los servicios de un audiólogo.
A pesar de que esta población es numerosa en Puerto Rico, Santiago manifestó que el Estado no provee los servicios necesarios para atender sus problemas. En el gobierno, de acuerdo con la doctora, las plazas de audiólogos se han visto reducidas e imperan los contratos por servicios profesionales.
En el 2003, en Puerto Rico se aprobó la Ley de Cernimiento Auditivo Neonatal con el propósito de identificar a los recién nacidos con impedimentos de audición y así mantener un récord, para posteriormente desarrollar programas de atención. No obstante, aunque esta práctica está en vigor, tanto Owen como Santiago calificaron las acciones del gobierno como contradictorias, pues no ha desarrollado programas de atención para darle seguimiento a estos ciudadanos y más bien han precarizado la participación de los audiólogos en escenarios públicos.
El RCM da la mano en la atención de la población con discapacidad auditiva
Por tal razón, el programa de Doctorado en Audiología del RCM, único en Puerto Rico y el Caribe, prepara a sus egresados para desarrollarse en la práctica privada y así continuar contribuyendo a la salud de esta comunidad.
Es un grado competitivo, comentó Owen a Diálogo. Anualmente, el RCM recibe más de 50 solicitudes de admisión y solo acepta a cinco estudiantes.
El programa se nutre de alumnos de todos los trasfondos educativos, como es el ejemplo de Noelia Rodríguez y José Piñeiro, quienes poseen bachilleratos en Educación. La práctica de seleccionar estudiantes con diferentes bagajes, puntualizaron ambos alumnos, enriquece la discusión en los salones de clase y aumenta la visión del mundo de los profesionales de la audición.
Rodríguez, por ejemplo, señaló que su preparación como maestra de español le ha ayudado en el proceso de educar a los pacientes sobre sus diversas condiciones. También, a comunicarse mejor y desarrollar sensibilidad, habilidad que desarrolló en el salón de clase.
Por su parte, Piñeiro acentuó la satisfacción de dar la mano a otros como el principal atractivo para estudiar audiología. El alumno contó a Diálogo cómo las experiencias de servicio comunitario que desarrolla el RCM, brindando servicios educativos y preventivos, le ayudaron a fortalecer su deseo de ser audiólogo. En específico, resaltó su participación en una actividad de la Escuela de Audiología en el municipio de Vieques, en la que atendieron a niños y jóvenes con difícil acceso a servicios de salud auditiva. La iniciativa fue parte de un consocio entre el RCM y la fundación Ronald McDonald.
Precisamente, con el propósito de contribuir a la comunidad, generar sensibilidad en los alumnos de audiología y presentar a la universidad como una solución para los problemas del país, la Escuela de Audiología lleva acabo varias actividades comunitarias, además participar de ferias educativas y de salud. Más aún, en el currículo del programa doctoral subsiste un proyecto de comunidad, en el que los estudiantes deben desarrollar una actividad que impacte a la población puertorriqueña.
De la misma forma, el programa de Audiología del RCM contribuye con importantes investigaciones. Al momento, las más destacadas son las de la doctora Mitzarie Carlo, quien pretende adaptar a la realidad puertorriqueña varias pruebas de evaluación que están construidas en inglés.