La cuarta edición del Festival de la Palabra arrancó el jueves, 10 de octubre en el Museo de Arte de Puerto Rico.
Uno de los primeros eventos fue una serie de charlas amenas e informativas con diversos autores puertorriqueños titulada Yo también soy lector. La moderadora Eileen Carvallo explicó que la intención de este foro era inspirar al público a leer, especialmente a los jóvenes. Por esto decidieron hacer algo diferente y no enfocarse en la obra del autor, sino en sus libros y escritores favoritos y sus propios hábitos de lectura.
María Juliana Villafañe fue la primera autora en presentarse. Luego de contar que comenzó a leer con frecuencia a los doce años para entretenerse en su tiempo libre, señaló la importancia de la literatura como un medio que permite aprender sobre mundos imposibles de conocer a través de otros espacios. Añadió que El Principito fue el primer libro que la marcó y que la obra de Kahlil Gibran cambió su vida porque la ayudó a descubrir su mundo interior.
La escritora y profesora Janette Becerra siguió a Villafañe y habló extensamente de sus autores favoritos. Nombro a Cortázar, Borges, Kafka y García Márquez como sus influencias principales, pero dijo que Don Quijote ha sido el libro que más ha influido en su vida porque toca temas que siguen siendo vigentes. Según la autora, la buena literatura no envejece, y declaró que en el mundo actual “estamos rodeados de Don Quijotes, Sanchos y Dulcineas”.
La próxima autora en hablar, Beatriz Santiago Ibarra, también mencionó sus influencias, pero el tema principal de su charla fue la necesidad que tenemos los humanos de leer y de expresarnos. Ofreció ejemplos de bebés que agarran periódicos y tratan de vocalizar como si estuvieran leyendo y de niños pequeños que sienten una pasión hacia el dibujo porque, al no tener vocabulario, es la manera más fácil de expresarse. Al final de su charla, enfatizó la necesidad de la lectura y su viabilidad como agente capaz de salvar vidas y rescatar a personas de situaciones precarias.
El único autor masculino en participar fue el joven Sergio Gutiérrez. Comentó que empezó a leer literatura fantástica en inglés a los doce años y eventualmente desarrolló un amor hacia la novela. Las prefiere sobre los cuentos porque le gusta el desarrollo de un personaje a través de un tiempo extendido. Para explicarle esto al público, usó una analogía jocosa que comparaba los cuentos cortos a una aventura de una noche y las novelas a una relación de tres años que te permite conocer los aspectos más íntimos de tu pareja.
La jornada concluyó con la escritora y periodista Luisita López Torregrosa. Debido a que vive en Nueva York desde los 14 años, admitió que la literatura latinoamericana no la ha influido tanto. Sin embargo, profesó su amor hacia Pablo Neruda y declaró orgullosamente que ha aprovechado su posición como profesora del Departamento de Literatura en la Universidad de Fordham para retar los estereotipos de los latinos al enseñarles a sus estudiantes la gran tradición de literatura hispana. También afirmó la importancia de la filosofía francesa, el periodismo narrativo y la novela Anna Karenina en su desarrollo como autora y como persona pensante.
Quizás el aspecto más agradable del evento fue la participación de varios grupos de estudiantes de escuela superior. Estos aprovecharon la oportunidad de conocer a los escritores, hacerles preguntas y compartir sus opiniones sobre los temas discutidos con mucho entusiasmo. Janette Becerra dijo que su reto más grande como profesora es manejar la apatía de los estudiantes hacia la lectura. Si todos los jóvenes de Puerto Rico pensaran como los que fueron ayer al Festival de la Palabra, no tendría motivo para preocuparse.