¿Quién tiene la deuda pública? ¿Con quién está negociando el gobierno? La respuesta estaría en una base de datos que prepara la compañía BondCom para el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), según un contrato que identificó el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
Bond Holder Communications Group, que es el nombre corporativo de BondCom, fue contratada el 12 de junio de 2015 para elaborar una “Base de Datos para la Comunicación con los Bonistas” que debe contener información sobre los bonos emitidos por el BGF y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), así como por otros emisores de deuda del gobierno de Puerto Rico seleccionados por el BGF y BondCom.
La información recopilada por esta empresa debe incluir el total de los bonos en poder de los inversores que han comprado deuda del gobierno de Puerto Rico y su valor total. La presidenta del BGF, Melba Acosta, se reunió ayer en Nueva York con un grupo de bonistas que ya han formalizado acuerdos de no divulgación que rigen las discusiones en torno a posibles transacciones asociadas con la deuda del ELA.
El contrato de BondCom fue firmado inicialmente por un tope de $100,000. En principio, tenía vigencia hasta el 30 de junio, pero fue enmendado para extenderse hasta el 31 de diciembre de 2015.
Según el BGF, ya hay avances en las tareas de esta empresa. “Bondcom ha producido la identidad de varios tenedores de deuda relacionada con el Banco Gubernamental de Fomento, la Corporación para el Financiamiento Público de Puerto Rico y la Autoridad de Energía Eléctrica. El BGF está en un análisis de cuánta de esa información puede ser pública, debido a la existencia de ciertos acuerdos de confidencialidad con BondCom y con otras entidades subcontratadas por dicha compañía y debido a que no se puede afectar los derechos de terceros”, dijo al CPI la presidenta del BGF mediante su oficina de prensa.
El contrato indica que todos los datos recopilados por BondCom serán propiedad del BGF, quien tendrá el derecho de usarlos y proveerlos a terceros. “BondCom debe manejar los datos de un modo diseñado para asegurar que no se hagan públicos, debe tratarlos de forma estrictamente confidencial y no debe revelar los datos a nadie excepto al BGF”, lee el acuerdo.
¿Qué sabemos de BondCom?
La firma con base en Nueva York ganó popularidad en el mundo de la tecnología y las finanzas en 2012 al utilizar 100 iPads de Apple como herramienta para comunicaciones internas y confidenciales entre los tenedores de la deuda griega. Mediante la transacción, BondCom instaló en las máquinas una aplicación y las entregó a bonistas que tenían cierto liderazgo en la renegociación de la deuda helénica y que estaban repartidos por Europa. Como parte de la mediación tecnológica de BondCom, se logró un recorte sustancial de la deuda, asegura Robert C. Apfel, fundador y presidente de BondCom.
La empresa se hace llamar “el líder mundial en la asistencia a los emisores de bonos, sus abogados y el grupo de trabajo para navegar por las iniciativas de los tenedores de bonos con éxito”. Ha estado involucrada en distintos procesos de deuda de ciudades como Detroit, agencias públicas o países soberanos como Argentina, Grecia, Belize, República Dominicana, Italia, Perú, África del Sur, Filipinas, Uruguay, México, Islas Vírgenes estadounidenses y Estados Unidos. También ofrecen servicios a empresas privadas en América Latina, en las áreas de banca, servicios de salud, energía, medios de comunicación, entre otras industrias.
Además de ser agente de comunicaciones entre bonistas y acreedores, BondCom ofrece servicios de agente de bolsa y hace de intermediario en compras de empresas, indica su página de Internet.
Apfel consideró héroes a los bonistas individuales que han comprado deuda del gobierno y enfatizó que estos tienen más del 50% de la deuda del país. “La mayoría de los inversores en Puerto Rico no son ricos, no son instituciones, no son millonarios. Son familias e individuos que viven en los Estados Unidos y en sus territorios. El milagro de Puerto Rico es la cantidad enorme de inversores que son puertorriqueños. Los fondos de cobertura son reservas temporeras de dinero. Los bonos de Puerto Rico son únicos, únicos en el mundo y en los Estados Unidos. La cantidad de ciudadanos griegos que invirtieron en los bonos de Grecia era muy pequeña”.
El ejecutivo se aventuró a opinar sobre escenarios futuros. “Si hay una ley de quiebra, los pequeños van a tener gran control sobre el resultado. Yo digo que se abra la mesa a la gente. Los fondos de cobertura no tienen ningún derecho a tomar control”, dijo.
Agregó que “esta situación provee a Puerto Rico una oportunidad para ir donde sus pequeños inversores, los que no son expertos, que no quieren hacerse ricos, que solo quieren tener un retiro, los que son reales, en lugar de los de mentira, los temporeros”.
Hasta el momento el BGF y La Fortaleza han mantenido una política de proteger la identidad de las firmas de inversión que han comprado bonos de Puerto Rico, sosteniendo que tienen reuniones con representantes de las firmas de inversión pero que no recuerdan sus nombres y que no tienen registros de las reuniones.
Apfel también opinó sobre la divulgación de la información sobre los bonistas. “Imagina que tienes un vecino que ha invertido 20 mil para enviar a su hijo a la universidad. ¿Por qué su nombre debe ser publicado?”.
Desde julio se sabe que varias firmas de fondos buitre con bonos del BGF y de otras agencias formaron grupos y contrataron bufetes de abogados para demandar en caso de impago. El 21 de octubre, el BGF informó que fracasó en las negociaciones con un grupo de bonistas de su agencia sin dar detalles sobre la identidad de las firmas con las que negociaba. Dos fuentes revelaron a Bloomberg que las firmas que se retiraron de las negociaciones con el BGF fueron los fondos buitre Avenue Capital, Fir Tree, Candlewood, Perry Capital, Claren Road, Fore Research and Management y Solus Alternative.
En julio se divulgó que este grupo de fondos buitre, denominado el Ad Hoc Group del BGF, contrató al bufete de abogados Davis Polk and Wardwell, expertos en la litigación corporativa representando a las compañías y a las instituciones financieras más grandes del mundo, para que los represente en caso de que el BGF entre en impago. El BGF ha informado que tiene hasta el 1 de diciembre para hacer un pago de sus bonos.
Este artículo fue publicado originalmente en la página web del Centro de Periodismo Investigativo. Puedes leerlo pulsando aquí.