Más que la fuente que ilumina nuestros espacios, enciende aparatos que reviven muertos, la energía es el motor de nuestra sociedad. Pone en el mapa países antes desapercibidos por los ojos de las grandes corporaciones del imperio energético. Pero lo que para algunos países es su salvavidas económico, para otros es su condena. Cuando no se cuenta con los recursos endémicos para generar energía y no se planifica de forma integrada, multidisciplinaria y sobre todo a largo plazo, la generación de energía provoca diversas externalidades negativas. En el sector eléctrico de Puerto Rico se pueden identificar cuatro problemas mayores; (1) ausencia de una política pública energética efectiva, (2) alta dependencia del petróleo, (3) alto consumo energético y (4) elevado costo de energía. Dichos problemas se dividen en dos categorías: operacional y de administración pública. En la primera se proponen medidas que puedan mejorar la eficiencia energética y la oferta energética diversificada. La segunda, un poco más difícil de visualizar, es de administración y política pública de la energía en la que se propone una política pública energética más efectiva. En esta ocasión se propone el siguiente modelo para lograr la sostenibilidad en el sector eléctrico de Puerto Rico.
Como primer paso, se debe establecer una Junta Fiscalizadora que como ente externo a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), evaluaría el desempeño de dicha corporación pública entre otras tareas. Esta Junta debe contribuir a la transparencia e imparcialidad de los procesos en el sector eléctrico y no debe ser un organismo gubernamental que suponga un obstáculo en el camino hacia la sostenibilidad. Según lo explica el Dr. O’neill, “La junta propuesta debe tener mecanismos más efectivos, donde se reciba el insumo de diferentes sectores, haciendo un esfuerzo real por atender las preocupaciones de todos.”
Este organismo debe velar por que exista por una sostenibilidad económica y operacional del sistema eléctrico. Luego se propone reestructurar la Administración de Asuntos Energéticos (AAE) con el objetivo de concederle mayor poder de decisión. La AAE actualmente se limita principalmente a inspecciones energéticas, asesoría técnica y certificaciones de equipo cuando además de esto tiene entre sus deberes el coordinar el desarrollo y la implementación de la Política Pública Energética de Puerto Rico junto con otros sectores de País. En los Estados Unidos, la AAE está adscrita al programa de las Oficinas de Energía Estatales.
En territorios como las Islas Vírgenes, esta oficina sirve de foro de discusión sobre asuntos energéticos además de informar sobre incentivos económicos para energías renovables y datos del sistema eléctrico. Por su parte, en Carolina del Norte, se designó la Oficina Estatal de Energía como la agencia líder en programas y servicios energéticos para ofrecer información y asistencia a consumidores, negocios y al propio gobierno. Estos dos ejemplos así como otros más podrían servir como guía para la reestructuración de la AAE. A través de una colaboración entre la AAE y la Junta Fiscalizadora, así como con otras agencias públicas, el sector privado y académico se procedería a establecer un Plan Energético Nacional (PEN). Este modelo establecería procedimientos para la generación del suministro adecuado de energía; así como estrategias lograr el desarrollo de las energías renovables, una mayor eficiencia energética y una disminución de consumo eléctrico.
Cabe destacar que sin un PEN, el sector eléctrico no tiene un rumbo trazado para lograr la sostenibilidad ni satisfacer las necesidades del pueblo. Tomando en consideración el problema de diversificación e independencia energética se propone el desarrollo de la energía renovable de una forma planificada tanto operacional al seleccionar las tecnologías a usar como económicamente al establecer los mejores instrumentos económicos de promoción. Por otro lado, también es necesario estudiar la aceptación social.
La selección de las tecnologías de energía renovables debe ir acorde de nuestra realidad social, económica y ambiental. También se deben tener en cuanta que no existe una sola solución en energía renovable perfecta para todo Puerto Rico. Todas tienen externalidades negativas y no tenemos los recursos renovables para satisfacer toda nuestra demanda eléctrica con una sola tecnología. Es por esto que la mejor solución es una diversificación de energética que se incline mayormente por las energías renovables.
Sea de fuentes renovables o fósiles, las energía que se transmite atreves de la red eléctrica de Puerto Rico no es aprovechada totalmente puesto que parte de la misma es perdida en forma de calor en la red, lo cual demanda mejoras en la infraestructura del sistema. Por último, se debe entender que vale poco si la energía generada es mayormente renovable y que se logre la reducción de perdida de energía en la red eléctrica, si continuamos con el alto consumo energético.
Tomando en consideración lo antes mencionado, debemos entender que, el camino hacia la sostenibilidad en el sector eléctrico no es lineal, más bien debe visualizarse como un punto en donde convergen diferentes caminos operacionales, administrativos, de política pública, sector privado y ciudadano para el bien de esta y futuras generaciones.