Una pared derrumbada en el cuarto piso y la cocina inundada, fueron los dos principales escenarios que encontró en su negocio tras el paso del huracán María, Fabián Ramírez, cocinero y propietario de Café Paraíso.
“Aquí cerramos todo antes, se trató de remover las cosas que sabíamos que iban a volar, pero aún así se metió mucha agua”, explicó Fabián sobre los efectos que tuvo el fenómeno natural el pasado 20 de septiembre sobre la estructura de cuatro pisos que alberga su negocio de comida en la Calle González en Río Piedras.
Los daños ocasionados por María aún no se han logrado calcular en su totalidad, “hasta que no llegue la luz, no sabremos si tenemos daños en el equipo. No sabemos si el horno nos va a funcionar, tampoco la nevera”, añadió el cocinero mientras le explicaba a Diálogo las pérdidas que habían afrontado tras el paso del huracán Irma el pasado 6 de septiembre. “Con Irma ya habíamos perdido más de 4,000 dólares en equipo y utensilios”, aclaró. Hasta el momento la estufa y la freidora de gas, parte del equipo que habían comprado recientemente, no habían confrontado ningún problema en su funcionamiento.
El restaurante, que es un negocio familiar, reabrió apenas hace dos semanas luego del huracán María. Allí permanece trabajando su esposa, Jacqueline Rodríguez, quien siempre recibe a los clientes con una sonrisa y un amable “buenas, bienvenido, ¿como estás?”. Las sonrisas también las puede esperar de otras de las personas que trabajan en ese espacio: Carmen, la cuñada de Fabián, quien se ocupa de entregar las comidas y las meseras Ambar y Wanda.
“El apoyo en familia ha sido esencial para sobrellevar esta situación. Mi cuñada ahora sale más temprano, va al colmado y trata de conseguir carnes, una de las muchachas tiene luz y se encarga de hacer y traernos hielo y así vamos apoyándonos mutuamente”, agregó el amable propietario mientras le comentaba a Diálogo las motivaciones principales que han influenciado la pronta apertura del negocio. “Mira, de Paraíso dependen unas 10 familias, esa ha sido la principal motivación para abrir lo antes posible”, explicó .
Cambios en la rutina
La dinámica en la cocina de Café Paraíso ha cambiado drásticamente. “Estamos comprando día a día. Es por eso que no puedo planificar un menú, porque no sabemos lo que vamos a conseguir. Cada día que pasa, vemos en los mercados menos carnes, pollo y vegetales, ya estamos teniendo problemas para conseguir todo fresco”, compartió Fabián mientras se mostraba preocupado por la poca mercancía que está encontrando en la Plaza del Mercado en Río Piedras, espacio que acostumbra visitar diariamente para asegurar la obtención de los productos de la mejor calidad. “Allí [en la Plaza] ya nos dijeron, que los plátanos que compramos esta semana podrían ser los últimos que queden”, expresó el empresario.
Indicó que hace más de dos semanas comenzaron a ofrecer un menú alterno, pues ahora todo depende de lo que se encuentre diariamente en los mercados.
“Siempre tratamos de tener pescado, carne de res y pollo. Pero [tras la emergencia] hemos servido jamonilla, pollo enlatado guisado, arroz con salchicha, lo que se encuentre”, explicó Fabián mientras celebraba en sus palabras la acogida del menú que ha logrado ofrecer. “La gente está muy receptiva y entiende la situación”, comentó.
“Precisamente esta semana [semana pasada], mucha gente de la comunidad, que tampoco tiene luz, ha venido a comer”, compartió Fabián quien también explicó a Diálogo que la semana después del huracán puso todos sus platos a cinco dólares para así ayudar a la comunidad y no perder todo su producto congelado. “Todo se fue a cinco dólares, pescado, carnes, todo”, expresó quién también alguna vez fue estudiante de Contabilidad en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, carrera que no ejerce directamente por su gusto por la cocina y el éxito que ha tenido como empresario.
Los retos van y vienen
La disminución de las ventas por eventos extraordinarios no ha sido algo nuevo para Fabián y su familia. Anteriormente, Fabián tenía su restaurante en el Café del Centro, un local ubicado en el primer nivel de la fundación de la exgobernadora Sila María Calderón. Allí, mientras comenzaban a operar, se desató la Huelga del 2010 en el Recinto de Río Piedras.
El propietario de Café Paraíso recuerda que aunque inicialmente las ventas se fueron frenando, comenzó a visionar su negocio como un centro de reuniones para la comunidad universitaria, pues mientras la huelga se desarrollaba al local llegaban estudiantes, profesores y gente de la comunidad. Esa fue la dinámica que hizo que los ojos de Fabián se enamorara más de Río Piedras, principalmente por la diversidad de públicos que desembocan en ese casco urbano.
Siete años después de haber trabajado en el Café del Centro, Fabián se mudó junto a su familia para un local propio, justo detrás de lo que fue el antiguo y emblemático cine Paradise. “Un día pasamos por la Ponce de León y Jaqueline [su esposa] me dice: “mira todavía el cine Paradise tiene su letrero, y por que no le ponemos Paradise al local” y yo le digo, pero porqué no le ponemos Paraíso, en español, para que se sienta”, narró jocosamente Fabián mientras recordaba los distintos locales que anteriormente le daban vida a esa parte de Río Piedras. “Donde está nuestro negocio, hace mucho tiempo era una cafetería, más abajo había una ferretería y aquí de vecinos teníamos una boutique bien fina”, explicó.
En octubre de este año fue la inauguración del Café. Poco tiempo después se gestó otra huelga universitaria. “Ya para enero o febrero otra huelga iba sonando hasta que explotó. Fue un tiempo muy difícil, pero como siempre permitimos la entrada de todo el mundo, pudimos mantenernos en unos márgenes razonables de ventas”, añadió Fabián, mientras le explicaba a Diálogo lo fuerte que fue el verano corto que se extendió en el mes de agosto, luego de que terminara la huelga. “Eso sí que nos dio duro, pues en septiembre prácticamente se perdió el mes de venta, no se vendió ni una décima parte de lo que se vende regularmente”.
“Seguir construyendo”
Luego de contarle a Diálogo su experiencia luego del huracán María, Fabián se notaba esperanzado, con la confianza de continuar construyendo un espacio para la comunidad. “Café Paraíso sigue, y con él continúa nuestra visión de seguir poniendo en marcha nuestro proyecto de comunidad”, aseguró mientras explicaba su deseo de continuar abriendo la tiendita de segunda mano en el segundo nivel del negocio. También quiere seguir desarrollando la librería libre, que adorna el comedor del restaurante.
“Además, siempre he querido desarrollar un espacio para que los profesores y profesionales vengan a dar charlas y demás”, explicó mientras compartía algunas de las actividades que planifica hacer para la comunidad: un mercado agrícola mensual en el callejón (el pasillo contiguo a su negocio) y también coordinar una actividad para que artistas pinten el mural del Paraíso “y así seguir dándole vida a Río Piedras”.