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Humanos puertorriqueños: Con la presente epístola, nosotras, las gallinas del país, queremos expresarle nuestro desazón al Pueblo boricua. Resulta que leyendo los recortes de periódico que forran el piso de nuestras jaulas, nos hemos enterado en los últimos días del execrable uso de huevos como instrumento de protesta contra los políticos del país. ¡Estas noticias nos han dejado turulecas! ¿A quién se le ocurre usar los potenciales futuros hijos nuestros como proyectiles en servicio de la protesta ciudadana? ¡Para eso creó Dios las pleneras y las pancartas! A través de las décadas, nosotras las gallinas ya hemos sufrido bastantes ignominias a manos de los puertorriqueños. Ignorando el hecho de que nos tienen enjauladas en granjas avícolas con el propósito de que les regalemos nuestros huevos para que después eventualmente nos corten el pezcuezo, culturalmente también nos han tenido siempre por el piso. Si eres un cobarde, eres un “gallina”; cuando quieren decirle a sus hijos que no interrumpan a los adultos, les dicen que “los niños hablan cuando las gallinas mean”; cuando alguien tiene miedo, “se le pone la carne de gallina”… ¡basta ya de ponernos siempre por el piso! Total, no podemos ver por qué ustedes son tan malagradecidos: sin nosotras no sé qué pondrían en sus caldos, qué comerían de desayuno, o qué freirían en KFC. Volviendo al tema de usar huevos para vocalizar sus inconformidades políticas, tenemos que confesar que no entendemos qué piensan ustedes-exactamente- que lograrán con el exterminio de nuestras potenciales crías. ¿Creen ustedes que aventándole huevos al Gobernador (¡y para colmo fallando!) él cambiará sus posturas y su plan de gobierno? ¿Que empezará a importarle un bledo lo que piensen las clases no adineradas? ¿Que mágicamente va a re-contratar a los miles de empleados públicos que puso de patitas en la calle? ¡No! ¡Si acaso lo que logrará tanta tiradera de huevo es que le dé hambre y se dé la vuelta por Denny’s a comerse un plato de revoltillo con tocineta! Si podemos ser tan osadas como para hacerles una sugerencia a ustedes los humanos: ¿qué tal si simplemente se encargan de usar su cerebro al momento de votar, en vez de botar nuestra progenie en actos futiles de protesta? ¡Con este tipo de demonstración el único cambio que lograrán es hacer que los huevos se pongan literalmente a peseta! Atentamente, Las Gallinas del País El autor es colaborador del periódico humorístico El Ñame: www.elname.com