Estoy escuchando Comfort y música para volar en repeat. Leo La extracción de la piedra de la locura de Alejandra Pizarnik. Anoto estas dos líneas: “He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz” y “Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes”. Esto no es un homenaje. Es una breve crónica acerca de una de las maneras en que gente random en el mundo se despide de un músico famoso. La muerte del músico es la falta de luz. Iluminarme es mi encomienda. Sin embargo, esta luz particular duele.
Detalles urgentes para la crónica: hoy es jueves, 4 de septiembre. Al minuto 39 con 47 segundos, Cerati comienza a cantar “gira el disco lentamente por la habitación”. La palabra lentamente en su voz amenaza con durar el tiempo total de duración del disco (1:22:15). Escribe Pizarnik: “toda la noche escucho el llamamiento de la muerte”. Cerati responde: “en cada mínimo detalle creo oír tu voz”. Las conversaciones sobre la muerte me incomodan. Sobre todo si quienes conversan suponen estar ausentes.
Para hacer una buena crónica uno debe ser fiel a lo acontecido. Estoy escuchando un disco, y leo poemas para que la música del ídolo muerto no me hiera. No hay muchísimo más para contar. Si a algo le soy fiel es a la tristeza (con minúscula) que hoy sienten millones de personas alrededor del mundo porque el nombre en las carátulas de sus discos favoritos de secundaria quedará iluminado a la luz de su falta de luz para siempre. Es una tristeza pequeñita, claro, la de nosotros los y las fans. A duras penas merecería una canción. Pero el detalle, mis amigos, es que él ya no podrá de la nada despertar y cantárnosla. Y sí, yo contaba con eso. Es una de las promesas de la música. El nombre de esa promesa es: El-mundo-podrá-volar-en-cantos-pero-mientras-yo-tenga-mi-casetera-portátil-y-la-voz-de-Gustavo-en-las-bocinas-vivo-feliz-perdido-en-el-espacio.
Pizarnik cierra su poema Las promesas de la música así: “Es la música, es la muerte, lo que quise decir en noches variadas como los colores del bosque”. Disco eterno de Soda Stereo dice así: “Un espíritu/ a veces seguro/ otras veces incierto/ vengo a descubrir/ porque este deseo crece”. Los colores de esta crónica son distintas tonalidades de gris. No obstante, deseo mucho hacerla canción. ¿Habrá homenaje más antiguo que ese deseo? ¿Quién quiere dolerlo conmigo?
Guillermo Rebollo Gil es ensayista, poeta, sociólogo, abogado y profesor universitario. También es parte del grupo de colaboradores permanentes de Diálogo Digital.