“Once recintos, una Universidad”. Aunque la afirmación ha servido para denunciar los problemas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), para recordarnos que más allá del recinto donde estudiamos vive gente (o estudiantes) y, sobre todo, para reunir el reclamo estudiantil en una sola voz proponente de soluciones, la realidad es que cada unidad del sistema universitario enfrenta dificultades domésticas muy distintas.
En un intento por dar a conocer los esfuerzos de los estudiantes en los once recintos de la UPR, Diálogo realizó una serie de entrevistas a los presidentes de los Consejos Generales de Estudiantes para apalabrar el quehacer estudiantil local que mayormente pasa desapercibido, inclusive por miembros de la comunidad universitaria donde se desarrollan.
Para Jesiel Díaz Colón, estudiante de cuarto año en Ciencia Política y Economía, y presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE-M) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), la creación de condiciones que permitan que los estudiantes y consejos de facultades participen directamente en la toma de decisiones y se empoderen de los espacios de gobernanza estudiantil es fundamental.
En entrevista con Diálogo, Díaz Colón conversó sobre el rol que juega el CGE-M en ese proceso y otras iniciativas que propone el cuerpo que preside, así como algunos de los problemas que han manifestado los ‘colegiales’ y las soluciones que han ofrecido.
Seguridad y transportación, dos preocupaciones recurrentes
Para Díaz Colón, uno de los focos de trabajo más importantes del Consejo ha sido el tema de la seguridad, que se ha convertido en una inquietud general del estudiantado, sobre todo luego de que un profesor fuera apuñalado en medio de un asalto dentro del campus en agosto.
El estudiante sostuvo que han unido esfuerzos con la administración para trabajar con la creación de un plan de seguridad institucional -que no existe- y mejorar las medidas de seguridad, en especial en la noche y la madrugada.
“Los estudiantes no tienen un lugar de estudio de 24 horas en ningún momento del año, a pesar de que somos un Recinto graduado. Muchos estudiantes se ven obligados a estudiar en los vestíbulos de los edificios hasta altas horas de la noche y es una situación que nos preocupa mucho”, mencionó Díaz Colón, como otro ejemplo de la problemática de seguridad en el RUM.
Para atender el reclamo de un espacio de estudio seguro, explicó que en el período de exámenes finales la biblioteca estará abierta 24 horas, lo que servirá como prueba para ver la acogida de los estudiantes y de ahí poder extender ese plan a largo plazo.
Otro problema es la transportación. Díaz Colón expuso que en la actualidad el Recinto no dispone de estacionamientos para todos los estudiantes. Ante esa realidad, el CGE-M ha estado trabajando en mejorar la transportación colectiva dentro del RUM, así como promover el transporte alternativo como la bicicleta y desarrollar espacios para su uso y estacionamiento.
Entre reglamentos, consejo de facultades y asociaciones estudiantiles
Díaz Colón expresó que el propósito de los trabajos del CGE-M es “crear un Consejo más cercano a los estudiantes, que tengan la confianza de venir a nosotros para atender sus quejas y sus problemas, porque de nada nos vale estar allí, pero que los estudiantes no conozcan lo que nosotros hacemos y que no confíen en nosotros”.
Para lograr lo anterior, indicó que este semestre lo han utilizado como preparación para los planes del semestre que viene, que incluyen la publicación de un boletín mensual con la información de las actividades, trabajos, y logros del cuerpo estudiantil, así como la distribución de mesas de información en los diferentes edificios del RUM para entablar el lazo directo con los estudiantes.
Díaz Colón planteó que han preferido distribuir los recursos del Consejo a las asociaciones estudiantiles y los consejos de facultades para ayudarlos económicamente y facilitarles las herramientas que necesiten.
“Hemos empoderado a los consejos de facultad para que ellos sean el motor principal del gobierno estudiantil y no se concentre toda la atención en el CGE-M, porque ellos tienen más acceso al estudiantado del Recinto y pueden enfocarse en las necesidades particulares que tienen los estudiantes de cada uno de los cuatro colegios académicos del RUM”, declaró.
Añadió que “hemos creado un comité de asociaciones para mantener un enlace entre las asociaciones del Recinto y el Consejo, que es casi un experimento porque nunca se había hecho, pero estamos dando los primeros pasos para entablar ese tipo de comunicación”.
Otros de los trabajos del cuerpo durante el semestre ha sido el proceso de revisión de reglamentos, certificaciones y normativas que aplican a los estudiantes. Díaz Colón agregó que también se encuentran en el proceso de redacción de un reglamento de profesores, una idea novel que obtuvo la aprobación del Senado Académico.
“Además, también estamos abogando por el mejoramiento del proceso de evaluación de los profesores, que se hagan de manera electrónica para garantizar su pureza, que sean de registro púbico y que el estudiante pueda ver esas evaluaciones”, dijo.
Una política de transparencia y apertura
Aunque Díaz Colón señaló que en el pasado ha habido la percepción de que el estudiantado mayagüezano no ha mostrado interés en los asuntos que le afectan, celebró que en el tiempo que lleva como líder estudiantil “he podido ver que al estudiante sí le interesa realmente todo lo que sucede en el Recinto y quiere insertarse en esos procesos”.
Para explotar ese interés del estudiantado, el CGE-M ha adoptado una política de apertura y transparencia que le facilite al estudiante insertarse en los espacios donde se dan la toma de decisiones, y que se ha visto reflejada en la inclusión de estudiantes no concejales en comités institucionales y del Consejo y, próximamente, con la transmisión de las reuniones vía Internet, cuyo reglamento está bajo redacción.
Disposición y confianza en el Consejo
Para Díaz Colón, la finalidad principal del CGE-M es “que los estudiantes conozcan que estamos aquí para servirles y ayudarles en todas y cada una de sus necesidades, no importa su índole; e inclusive, no limitándonos a los perímetros del Recinto, porque también tenemos una responsabilidad con los estudiantes afuera del campus, velando por su seguridad y bienestar en las comunidades donde se hospedan”.
“Un Consejo más abierto, que inspire confianza y que facilite a los estudiantes insertarse en el quehacer de la toma de la decisiones y empoderarse de esos espacios”, puntualizó.