El ser humano es una figura con inquietudes espirituales. Desde comienzos de la civilización se ha cuestionado el origen de la vida y ha buscado, de diferentes maneras, llegar a un entendimiento de su función y su lugar en el planeta Tierra. Esa curiosidad por conocer y tratar de explicar su relación con el mundo espiritual ha aumentado con el paso de los años, dando marcha al desarrollo de diversas teorías sobre las implicaciones del mundo espiritual en los seres humanos.
Sin embargo, en esa búsqueda de descifrar esa necesidad espiritual se han explorado dos grandes vertientes: la ciencia y la dimensión espiritual. Ambas, desde su perspectiva, buscan dar un norte a las relaciones utilizadas por el hombre para suplir su necesidad.
No obstante, por años ha existido un debate entre lo que dice la ciencia y lo que dice la teología acerca de esa dimensión espiritual del ser humano. Algunos niegan la relación entre ambos términos y otros apuestan a su cercanía. Pero, ¿será posible la conciliación de ambas perspectivas? ¿Puede existir una relación cercana entre la ciencia y la espiritualidad? ¿Desde cuándo ha habido una interacción entre ambos paradigmas? ¿Existen nuevas formas de estudiar o descubrir esa dimensión espiritual? ¿Qué es eso que entendemos por ciencia o espiritualidad?
Un abanico de definiciones
Ciertamente, el estudio de la ciencia y la espiritualidad ha generado multiplicidad de interpretaciones y es un asunto sobre el cual existen numerosas opiniones.
El tema es tan complejo y abarcador que hasta definir lo que se entiende por ciencia o espiritualidad puede ser objeto de estudio. Para el doctor Jorge Ferrer Negrón, especialista en el tema de bioética y ciencia, hay toda una bibliografía reciente que trata de distinguir entre espiritualidad y religión, usando el término religión para las tradiciones espirituales organizadas.
El doctor Jorge Ferrer Negrón es especialista en el tema de bioética y ciencia. (Foto por Ricardo Alcaraz)
“Cuando hablamos de espiritualidad y ciencia hablamos de dos términos polisémicos. Es decir, son dos términos que pueden tener muchísimos significados distintos. Espiritualidad viene del término espíritu.
Espíritu originalmente significa soplo, spiritus en latín, de hecho, la palabra griega que traducimos para espíritu es neuma y neuma es aire, es viento, es soplo. El espíritu es el aliento, el ánimo de vida”, explicó el profesor del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico.
No obstante, el catedrático indicó que el término espiritualidad puede ser visto de otra manera desde el punto de vista filosófico. Desde la disciplina filosófica el término espíritu se ha utilizado para referirse a los seres que tienen autoconciencia, que son capaces de reflexión. “El espíritu no necesariamente tiene que entenderse, en ese sentido filosófico, como se entendería un alma platónica que es distinta del cuerpo, sino que hay también maneras de concebir el espíritu desde el punto de vista filosófico como fruto de la progresiva complejización de la materia”, añadió Ferrer.
Para éste la espiritualidad también tiene que ver con la capacidad que tiene el ser humano de vivir en una dimensión “que podemos llamar de lo espiritual”. Ferrer considera que “es esa capacidad de trascenderse a sí mismo y de vivir en un mundo, que es el mundo de las ideas, es el mundo de los valores, que es el mundo que nos permite vernos a nosotros mismos como parte de un todo más grande”. “Yo creo que todos los seres humanos, seamos religiosos, seamosateosoagnósticos,tenemos necesidades espirituales”, dijo.
De otro lado, en el caso de la ciencia, opinó que algunas personas reducen la comprensión de la ciencia estrictamente a las ciencias naturales. Para él hay una comprensión más amplia del término.
“Yo diría que la ciencia es un saber sistemático, un saber basado en conocimientos fundamentados en la razón, en argumentos, en demostraciones racionales. Es un saber metodológico. Las teorías científicas son esbozos racionales para explicar la realidad, pero la realidad siempre es mayor que nuestras teorías y por eso tenemos que ir reemplazando nuestras teorías científicas”, declaró.
Por otra parte, para el sacerdote jesuita Luis Jiménez, hay una dimensión religiosa o espiritual, que tiene tres momentos, a la que muchos le llaman experiencia religiosa o una experiencia de la divinidad. “Es una experiencia de una realidad última que fundamentatodo.Quefundamenta mi propia vida, fundamenta la vida de los otros, que fundamenta el cosmos completo.
Los creyentes llamamos a esa experiencia religiosa también experiencia de Dios, desde el punto de vista filosófico se llama también la experiencia de un orden trascendental que no se agota en el ahora, en el momento presente”, detalló.
Jiménez indicó que la espiritualidad es esa experiencia fundamental de toda dimensión religiosa e incluso aquellos que no profesan una religión poseen esa experiencia.
El segundo momento de esa dimensión espiritual es el lenguaje. “Yo altero, modifico el lenguaje ordinario y lo transformo para describir e identificar esa experiencia. Ahí es que a través de la historia, en ese lenguaje transformado, se va creando una tradición religiosa, un cúmulo de descripciones de esas experiencias”, subrayó.
Del lenguaje se pasa al momento de la razón, un momento más cercano a la razón teológica. Según el doctor Jiménez, la teología es una explicación racional con teorías y sistemas racionales para describir esa experiencia, o los textos y ritos que han ido elaborándose a través de la historia.
“Detrás de la teología hay una interpretación de esos eventos religiosos, de ese lenguaje religioso, de esos textos religiosos, de esas tradiciones religiosas, de esos ritos”, enunció. Para Ferrer Negrón es en este punto, en términos del momento de la razón, donde la teología puede encontrarse al mismo nivel de las ciencias naturales. Pues ambas parten de una experiencia. Para unos es una experiencia empírica, y para otros es una experiencia de la divinidad o del fundamento último de la realidad.
No obstante, esa experiencia empírica también puede ser descrita a través de tres momentos. El también profesor de ingeniería eléctrica del RUM, dijo que el momento primero es el momento de la experiencia.
“Todos somos afectados, uno está afectado por algo, puede ser una experiencia en términos de un experimento donde antiguamente se planteaba como una realidad empírica. Yo no me puedo relacionar con ninguna realidad, sea eso que llamamos naturaleza o con algún ser humano, si no hay una experiencia”, acotó. El segundo momento para entender esa experiencia empírica lo es el lenguaje, el cual permite describir, identificar y comunicar a otros esa experiencia.
Para Jiménez ese momento del lenguaje es fundamental. “La ciencia tiene su propio lenguaje, tiene un momento de descripción que va creando una tradición científica gracias a ese lenguaje”, opinó. Finalmente, el tercer momento también está relacionado con la razón.
Jiménez indicó que en ese momento se va de la descripción a la elaboración de una explicación, por lo cual es el momento en que se elabora una hipótesis. “Sobre eso que estoy describiendo elaboro una teoría, elaboro un sistema o un modelo científico y lo tengo que ir verificando con pruebas en la marcha histórica”, esbozó. Otra de las personas que presentó su opinión acerca de la relación de la ciencia, la espiritualidad y la razón lo fue el sacerdote Juan José Santiago, experto religioso de la Iglesia Católica.
“Yo diría que la espiritualidad es la búsqueda de lo trascendente. La búsqueda que va más allá de lo cotidiano, de lo que yo puedo percibir con los sentidos”, esbozó. El padre Santiago dijo que si se entiende la espiritualidad de esa forma un ateo puede ser una persona muy espiritual y un hombre puede aparentar ser muy religioso pero no ser espiritual.
De otro lado, el doctor en religiones comparadas definió religión como la búsqueda de lo trascendente expresado en forma de rito, en forma de doctrinas. Éste añadió que para él la razón es “la facultad o la capacidad que tiene el ser humano de tratar de buscar una explicación lógica al mundo en el que vive”. Entonces, para el Padre la ciencia, partiendo de los sentidos y de los datos empíricos, busca encontrar una explicación a los hechos del mundo material.
“Aquí lo importante es que, partiendo de los sentidos, la ciencia intenta buscar una explicación a los datos del mundo físico.
“Es una disciplina que parte del dato empírico, del dato experimental”, concluyó.
Nota del editor: Este escrito es la primera parte de la serie especial titulada "Ciencia y Espiritualidad: un debate ancestral". Para leer nuestra más reciente edición accede aquí.