El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP) fue el escenario principal del foro ambiental titulado Vieques: Perspectivas sobre la Descontaminación de Tierra y Mar, ofrecido en coordinación con el Colectivo Cayo La Yayí.
En el evento, científicos, ambientalistas y activistas por los derechos civiles denunciaron las irregularidades en el proceso de descontaminación en la isla municipio de Vieques, por parte de la Marina de Guerra Estadounidense e insistieron sobre el peligro que continúa representando la presencia de metales pesados en suelo viequense.
“El asunto de la limpieza es de vida o muerte”, dijo Héctor Olivieri, miembro del Colectivo, refiriéndose al continuo bombardeo al que estuvo sometida Isla Nena por más de 60 años. El activista añadió que “la limpieza en Vieques no se lleva de igual manera que en otros lugares, como en sitios de comunidades blancas que enfrentan situaciones de contaminación similares”.
Según el comunicado de prensa, Olivieri recalcó sobre cómo el proceso de limpieza por parte de la milicia norteamericana, es uno en el que su residual es mucho más tóxico para cualquier forma de vida, cuando existen otros procesos más seguros para el desarme de las bombas encontradas en el área, a pesar de ser mucho más costosos.
“Comprar una cámara de detonación, dicen, les resulta caro, piensan que los viequenses no lo valen y no es prioridad para la Marina”, argumentó Olivieri dando alusión a que existe un patrón de racismo por parte de la milicia, al no tratar adecuadamente el proceso de restauración en Vieques.
Entre los hallazgos de una investigación realizada por el Colectivo, encontraron que el patrón racista se extiende desde la selección de la Isla Municipio como plataforma para las prácticas de tiro, hasta el uso indebido de balas de uranio en las costas viequenses.
Por otra parte, el doctor Jorge L. Colón, del Departamento de Química del recinto de Río Piedras, puntualizó cómo la antigua zona de tiro continúa perjudicando la salud pública de Vieques.
“Sobre 200 sustancias químicas, se generan y se liberan cuando explotan estas bombas, son muchas de ellas causantes de daños a la salud de diferentes maneras”, explicó el químico al hablar de todo el armamento probado en las costas viequenses, que luego fue utilizado en la Guerra de Vietnam.
Además, el doctor Colón mencionó dos preocupaciones primordiales; la similitud entre la cantidad y tipo de partículas liberadas por la detonación de las bombas, sea por el bombardeo de aviones u otros vehículos de tipo bélico, o por la explosión de estos para su desarme y la movilización de las partículas a otras zonas civiles posiblemente a causa de los vientos alisios.
Por su parte, el ambientalista y doctor, Arturo Massol Deyá, sostuvo que “los contaminantes no se quedan en el suelo, sino que se pueden mover a tejido, a sistemas más vivos, nos lo proveía la evidencia de estos cangrejos, que pueden ser consumidos al menos por 5 aves que habitan en todo Vieques”.
Los altos niveles de cadmio encontrados en estos crustáceos demostraban la movilidad de estos elementos tóxicos a través de sistemas biológicos, lo que representan otras vías en que estos contaminantes pueden llegar a las comunidades, según explicó Massol.
El experto en biología microbiana, denominó a este y otros hallazgos como “indicadores biológicos de un crimen contra la humanidad”, con la que denuncia que las autoridades responsables por estas zonas, como la Laguna Anones, una de las áreas más afectadas, no han tomado acción para verdaderamente sanar las costas y devolverle la salud a los viequenses.
El foro tuvo la participación del profesor invitado de la Universidad de Yale, el doctor John Wargo, quien se ha destacado por estudiar los límites y posibilidades de las leyes ambientales con relación a la salud. También contó con la ponencia de varios representantes de distintas entidades entre ellos la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), la agencia Fish & Wildlife Service de Estados Unidos, el Centro para la Ecología Tropical Aplicada y Conservación y el Colegio de Médicos y Cirujanos.